Bancos en Panamá cuentan con solvencia para enfrentar escenarios adversos



El índice de Estabilidad Financiera del sistema bancario panameño cerró el 2022 por encima del 70%, superando los niveles previos a la pandemia respiratoria del coronavirus (covid-19) y dejando atrás la caída registrada en 2020, cuando se situó por debajo del 60%.

Para crear este financiera, la SBP utiliza los niveles liquidez, rentabilidad, calidad de cartera y de capital, obteniendo al final el nivel de estabilidad financiera. La institución indica que a pesar de que el índice se contrajo, en el momento de crisis, se recuperó rápidamente, mostrando la capacidad de los bancos de adaptarse a los diferentes factores macroeconómicos.

El Superintendente de Bancos de Panamá, Amauri Castillo, señaló que a pesar de los retos externos como el aumento de la tasa de interés por parte del banco central de Estados Unidos, la banca panameña supera ampliamente los requisitos de liquidez, rentabilidad, calidad de cartera y adecuación.

Indica que los riesgos externos y locales continuarán durante 2023, pero confía en que el Sistema Financiero Nacional tenga la capacidad para solventar cualquier obstáculo que se presente.

Bancos en Panamá cuentan con solvencia para enfrentar escenarios adversos
Las prueba de estrés que realizó la Superintendencia de Bancos a los bancos que operan en el país arrojaron que ninguno presenta niveles bajos de liquidez y solvencia que puedan afectar la estabilidad de la plaza. Archivo

Ninguno de los 70 bancos que operan en la plaza panameña presenta indicadores que pongan en riesgo la estabilidad del sector bancario nacional, indica el informe de la SBP.

Uno de los indicadores que reflejan la estabilidad financiera de la plaza bancaria panameña es de activos líquidos de alta calidad, que alcanza los 18 mil millones de dólares, fondos suficientes para mantener la estabilidad del sector en caso de darse un retiro masivo de fondos, situación que no se registró durante los momentos más críticos registrados durante la pandemia.

Además de los riesgos externos, Castillo explicó que a nivel local, el informe sobre estabilidad financiera toma en cuenta la situación de la Caja del Seguro Social, que de no atenderse puede escalar a niveles que pueden afectar la reputación del país, así como sus calificaciones de grado de inversión, situación que provocaría un incremento en los costos de financiamiento.

El subsistema exclusivamente de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) está próximo a quedarse sin reservas, en 2024. Y a la fecha el Estado no ha tomado ninguna decisión para solventar la crisis de falta de fondos para pagarle a los más de 200 mil jubilados.

Castillo comenta que permanecer en la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) se mantiene como otro riesgo para la banca local, ya que también puede traducirse en aumentos en los costos de financiamiento para el país.

A pesar de los retos internos y externos, el informe de la SBP destaca que “el sector bancario evolucionó positivamente durante 2022, luego de períodos difíciles a consecuencia de la pandemia. Aunque bajo un contexto económico complicado, marcado por problemas en las cadenas de suministro globales, altos niveles de inflación, fuertes aumentos de tasas de política monetaria por parte de los bancos centrales, tanto en economías avanzadas como en desarrollo, Panamá cerró el año 2022 con una positiva expansión”.

Castillo confía en que las decisiones que se vienen tomando para cumplir con los requisitos del GAFI permitan al país salir de la lista gris. Indica que una vez se cumpla el objetivo, el sector bancario nuevamente podrá captar la atención de grandes bancos internacionales, en especial europeos y estadounidenses, permitiendo a la plaza, recuperar su estatus de centro financiero internacional.

El documento de la SBP indica que en 2022, las utilidades de los bancos del centro bancario internacional totalizaron mil 901.3 millones de dólares, una cifra que representa un aumento de 45.8% frente al mismo período del año anterior. Con este resultado, la utilidad neta de la banca se situó en niveles superiores al año previo a la pandemia.

Más protecciones

Con la estabilidad financiera del sector bancario superior a la registrada en 2019, la SBP se prepara para implementar nuevos requisitos a la banca que desde hace unos años se establecieron en los acuerdos de Basilea.

El director de Estabilidad Financiera de la Superintendencia de Bancos, Javier Motta, explica que los acuerdos de Basilea introdujeron colchones o instrumentos para reforzar la solvencia de los bancos o evitar la insolvencia rápida de una entidad financiera.

En Panamá a los bancos ya se le solicita el colchón anticíclico y para 2024 y 2025 se contempla introducir los llamados “colchones de conservación y sistémicos”.

El colchón de conservación, explica Motta, busca que los bancos cuenten con más capas o niveles de resiliencia en caso de un aumento en las posiciones riesgosas que puedan provocar una insolvencia rápida.

Por su parte, el colchón sistémico sería un requisito que tendrían que cumplir los bancos más grandes, porque de ellos dependen la estabilidad del sector.

Motta explica que introducir estos nuevos instrumentos no aumentará el estrés sobre la banca local, ya que actualmente, el índice de solvencia de la plaza panameña es de 15.1%, superando ampliamente el 8% que establece la normativa internacional, por lo cual, hay espacio para introducir los colchones fijaros por los acuerdos de Basilea.

“Sería un proceso para establecerlos formalmente, porque ya los bancos cuentan con los niveles para implementarlos”, comentó.


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