El Canal de Panamá vive momentos inciertos ante la sequía que ha obligado a reducir el número de barcos que pasan por la ruta. Y la urgencia de tomar decisiones para desarrollar un proyecto hídrico se intensifica ante el temor de que la crisis actual empeore y la ruta marítima pierda competitividad.
Se han estudiado, al menos, 12 opciones o combinaciones de proyectos para solucionar la crisis del agua, sobreviviendo dos grandes ideas: Una sería sacar el agua del embalse de Bayano para llevarla al lago Alajuela. Otro proyecto implicaría construir un embalse en el río Indio y enviar el agua al lago Gatún.
La actual administración de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), bajo el mandato de Ricaurte Catín Vásquez -además de los dos exadministradores, Alberto Alemán Zubieta y Jorge Luis Quijano- se inclina por desarrollar un reservorio o embalse en la región de río Indio.
Pero para la ACP no es posible ponerse manos a la obra por cuenta propia, y por eso es que el proyecto hídrico no arranca.
Hacer el reservorio en río Indio implica dos cosas previas: que se elimine la restricción legal para la construcción de nuevos embalses en el país y que se definan los límites de la cuenca hidrográfica para que la ACP tenga control del territorio donde se ubicaría el reservorio.
Ambas decisiones corresponden al Órgano Ejecutivo, que debería proponer proyectos de ley ante la Asamblea Nacional para hacer las reformas que se necesitan.
Sin embargo, la crisis política, social y económica que provocó la aprobación del contrato ley que permitía la operación de Minera Panamá, y que posteriormente se declaró inconstitucional, mantiene al gobierno de Laurentino Cortizo en inacción, evitando - posiblemente- otro enfrentamiento con los grupos que se oponen a un embalse.
Fuentes a las que ha tenido acceso este diario han explicado que esta sería una de las razones por las que Bayano, como respuesta a la crisis hídrica, persiste en el radar del Gobierno. Sin embargo, los costos de ese proyecto en comparación con los de río Indio son enormes.
El administrador Vásquez ha dicho a La Prensa que sacar agua de Bayano es mucho más caro que cualquier otra alternativa. “Una tubería de Bayano hasta el lago Alajuela pasa por comunidades y es una ruta más cara que pasar [agua] de río Indio al lago Gatún”.
Indica que los costos de traer agua de Bayano son aproximadamente tres veces más altos que traer agua de río Indio.
“Lo más eficiente tiene que ser un embalse nuevo como río Indio, cualquier otra solución saldrá más cara que esta referencia”, sostuvo el administrador.
Después de hablar con varias fuentes vinculadas al tema, revisar documentos de la ACP y hacer varias consultas a la entidad sobre las diferencias de estos dos proyectos es que realmente se puede entender de qué habla Vásquez.
Por un lado, el trasvase de agua desde un reservorio en río Indio al lago Gatún se produciría por gravedad lo que resultaría en costos operativos bajos.
En tanto, mover el agua de Bayano implicaría necesidades de bombeo y un consumo de energía anual de hasta 1,100 gigavatio-hora, lo que podría resultar en costos anuales por encima de los $100 millones sólo en este segmento.
En ambos casos hay que hacer una estructura para transportar el agua, pero en río Indio sería un túnel de aproximadamente 8 kilómetros, mientras que en Bayano tendrían que montar una tubería de hasta 100 kilómetros.
La ACP aseguró que la distancia más corta entre Bayano y el embalse Alajuela es superior a los 70 kilómetros, pero esta cifra se incrementa al realizar los análisis técnicos que definirían el alineamiento final del proyecto.
Además, en Bayano se requiere de patios con estaciones de bombeo, sistemas eléctricos y tanques de agua, lo que significa también costos operativos superiores a la solución de río Indio.
Los estudios contemplados en el Plan Nacional de Seguridad Hídrica, para la construcción del embalse y el túnel de trasvase en río Indio (sin incluir los costos sociales y las indemnizaciones) indican que la obra civil costaría $500 millones.
En ese mismo estudio se estimó que el proyecto de río Indio, incluyendo las contingencias, como las indemnizaciones y programas sociales e infraestructuras para las comunidades afectadas, estaría por el orden de $900 millones.
Estos valores habría que revisarlos y actualizarlos, aunque no habría forma que se acercaran a los costos de mover agua desde Bayano.
Esos mismos análisis indican que se necesitarían entre $1,200 millones y $2,400 millones para proyectos de trasvase de agua desde Bayano a la cuenca del Canal.
A este monto habría que sumarle la compensación que habría que hacerle a la empresa AES Panamá, que podría ser de al menos $500 millones.
Es decir, que mientras el proyecto en río Indio ronda los $900 millones, el de Bayano puede terminar costando entre $1,700 millones y $2,900 millones.
En Bayano está emplazada la central hidroeléctrica actualmente operada por AES Panamá, a quien se le debería pagar por la transferencia de bienes y la compensación por el contrato de generación de energía que está vigente hasta el 2048, con opción de extensión por 50 años adicionales previa solicitud del concesionario).
Se suponía que al evaluar esta opción, se tomaría en cuenta un avalúo contratado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para determinar cuál es el valor estimado de la hidroeléctrica. Pero ninguna autoridad ha dicho los resultados del estudio. Desde el Canal tampoco dan cuenta de dicha información.
AES Global es propietaria del 49.07% de las acciones de Bayano, la República de Panamá es titular del 50.46% y el 0.47% restante corresponde a las acciones de otros socios.
Esto significa que si el Gobierno decidiera seguir con la idea de desarrollar el proyecto hídrico desde Bayano, a pesar de los costos, sería el Estado el que tendría la potestad y administración del reservorio de agua que pondría a disposición del Canal.
Otra opción sería venderle a la ACP está operación, pero para la entidad no resultaría viable, entendiendo que se trata de un área distante a la cuenca del Canal donde no existe experiencia previa, lo que haría más demorado los procesos de gestión ambiental y gobernanza.
Además, la ACP asegura que el proyecto de río Indio es el más estudiado, por lo que puede ahorrar dos o más años de preparación de los requisitos técnicos en comparación con cualquier proyecto con beneficios hídricos comparables. Bayano, sin embargo, no cuenta con esta ventaja.
En río Indio podría haber cierta resistencia a la idea de hacer un embalse. La ACP ha previsto que la obra afecte a cerca de 2,000 habitantes.
Pero las complejidades de este tipo también inciden en Bayano, debido a la necesidad de servidumbre, con dueños legales e invasores a lo largo de la tubería soterrada de 3.5m de diámetro.
“La cuenca de Bayano no está exenta de conflictos sociales y ambientales que pudieran afectar el control del agua para uso del Canal, incluyendo reclamaciones de pueblos indígenas y de afectados por inundaciones aguas abajo de la represa. Posible impacto ambiental y solicitudes de permisos debido a la cercanía del alineamiento de la tubería de agua cruda a los parques nacionales de Soberanía y Camino de Cruces”, dijo la ACP.