El Biomuseo ha visto reducido su flujo de caja en 70% desde el mes de octubre, lo que pone en peligro la operación del sitio y ante el riesgo del “cierre total y definitivo”, advirtió la organización en una carta dirigida a sus donantes, aliados y amigos.
El déficit de caja supera los $30,000 mensuales, por lo que están considerando un posible plan de cierre total en caso de que “la situación no se normalice en las próximas semanas”, se lee en la misiva que firman Ana Lucrecia Tovar de Zarak y Víctor Cucalón, presidenta y director ejecutivo de la Fundación Amador, que administra el Biomuseo.
El difícil momento financiero por el que atraviesa el Biomuseo, inaugurado en 2014 un costo superior de $90 millones, es atribuido por su administración a la crisis política generada por las protestas en contra del contrato minero, que a su vez ocasionó que los visitantes cancelaran sus planes de visita para lo que resta del año, incluyendo giras estudiantiles programadas de todo el país, cancelaciones de los operadores de viajes turísticos, desembarque de cruceros, conferencias y distintos eventos familiares e internacionales.
En la misiva, los directivos de la Fundación Amador indican que han cancelado o dilatado los pagos de contratos de servicios con terceros, han disminuido su planilla al 50%, están abriendo solamente los fines de semana y gestionando arreglos de pago para servicios básicos de agua, electricidad y seguros.
La carta está fechada al 16 de noviembre de este año y finaliza con un llamado a sus donantes y aliados a adquirir paquetes de visitas para el próximo año y a hacer donaciones de cualquier monto para mitigar el mínimo flujo de caja que experimentan.
El museo fue diseñado por el arquitecto canadiense Frank Gehry e impulsado por la Fundación Amador, con el respaldo de donantes, empresas privadas y el gobierno de Panamá. En el recinto hay ocho galerías nos explican cómo el surgimiento de Panamá cambió el mundo hace 3 millones de años.