Emprender un negocio está en el ADN de muchos panameños, ya sea por convicción o necesidad. La caída del empleo formal, sumado a la pérdida del valor del salario, la lenta situación económica o las aspiraciones de llegar a ser empresarios empuja a algunas personas a emprender sus propios proyectos de negocio.
El último Monitor Global de Emprendimiento (GEM por sus siglas en inglés), que mide el ánimo para crear nuevos negocios y el nivel de madurez de estos emprendimientos, refleja en el caso de Panamá que se incrementó la cantidad de emprendimientos tempranos en un año, al pasar de una tasa de 22% a 28%.
El estudio presentado en la Ciudad del Saber, indica que el llamado TEA (Tasa de Emprendimiento Temprano) que se ubicó en 28% en 2022, refleja el porcentaje de personas que han realizado actividades específicas para la creación de nuevas actividades empresariales y ha pagado salarios o cualquier tipo de remuneración (en dinero y/o en especie) a empleados y/o propietarios por más de 3 meses o por menos de 42 meses.
Por otra parte, el GEM revela que la cantidad de emprendimientos nacientes, es decir que tienen menos de 3 meses de operaciones, se ubica en el 27% luego de estar en 31% en 2021 y en 40% en 2020. Con la pandemia muchas personas que perdieron sus empleos formales o fueron suspendidas, comenzaron transitoriamente emprendimientos y al cabo de dos años, algunos de estos proyectos dejaron de existir o se han transformado en empresas establecidas.
En ese rango el estudio refleja que la proporción de empresarios establecidos subió de 4 puntos a 6 en los últimos dos años contando desde 2020 a 2022.
Igualmente se indica que el porcentaje de adultos que manifiestan una percepción positiva para emprender aumentó a 69% el año pasado, luego de estar en 66% en 2021.
Sobre el estudio
El Monitor Global de Emprendimiento es un estudio que abarca a 200 mil personas encuestadas en 120 países, entre ellos Panamá, donde se aplica desde hace 14 años. La edición 2022 en Panamá se hizo a través de 2,002 entrevistas efectuadas entre el 23 de junio al 10 de septiembre del año pasado.
Alejandro Carbonell, director del Centro de Innovación de Ciudad del Saber, resalta que en Panamá, la mayoría de la gente considera que emprender un nuevo negocio es una elección de carrera profesional deseable; igualmente que al emprender las personas que tienen éxito gozan de un alto nivel de estatus y respeto y que además muchos emprendimientos llegan a ser tan exitosos que se transforman en negocios de escala que incluso salen en las noticias nacionales.
Carbonell refiere que además hay muchas personas que tienen un perfil para emprender y manifiestan la intención de hacerlo pero algunos no terminan por concretar sus ideas para iniciar un proyecto.
“A pesar de la vuelta a la normalidad durante el 2021, la economía panameña se ha visto impactada por diversos factores en el último año (presiones inflacionarias), impulsando nuevamente la intencionalidad de emprendimiento”.
Adjuntos
Estudio-GEM-2022.pdf
En Panamá, el 85% de los encuestados dijo que había emprendido un negocio para ganarse la vida porque el empleo formal es escaso, igualmente 46% de las personas dijo que para continuar una tradición familiar y 59% dijo también que para crear una gran riqueza y generar una renta muy alta.
Estos resultados se comparan con la cantidad de empleo informal que se ha incrementado en Panamá. Según las cifras de abril de 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Censo, 737,922 personas están en el sector informal, es decir 48.2% de la Población Ocupada No Agrícola.
Cristina Collazos, gerente del Programa de Inversión en Startups de la Fundación Ciudad del Saber, dijo que otro hallazgo del estudio es que se elevó la proporción de emprendimientos que en lugar de cerrar pasaron a manos de otras personas lo que genera una continuidad de esos negocios.
Mientras un 8% dijo que cerró su emprendimiento en el último año, 25% dijo que lo traspasó a otras manos.
Entre los que cerraron sus negocios, el 39% dijo que por la pandemia, 38% porque el negocio no era rentable, 11% por problemas de financiamiento, 5% por motivos personales o familiares, 3% porque encontró otro trabajo y 2% porque tuvo una oportunidad de vender el negocio o traspasarlo.
El estudio además revela que por género siguen siendo los hombres los que registran una mayor tasa de emprendimiento temprano o TEA con el 31%, mientras que entre las mujeres la tasa se ubica en 25%.
En proporción 56% de los emprendedores tempranos son hombres y 44% mujeres, mientras que en los negocios ya establecidos esa diferencia es mayor, 68% son hombres y 32% mujeres.
Por edades, los emprendimientos tempranos en su mayoría con el 71% son de personas entre los 18 a los 44 años, y el 29% tiene más de 45 años. En el caso de los emprendimientos establecidos que tienen más de tres años de operaciones, el 56% tiene entre 18 y 33 años de edad y 44% más de 45 años, este rango ha registrado un crecimiento de 15% con respecto a la última medición.
La mayoría de los emprendedores tempranos, con el 57% tienen educación universitaria y 48% pertenecen a un nivel socioeconómico medio, es decir, que tiene ingresos de entre 600 y 1,499 dólares; el 30% tiene ingresos inferiores a 599 dólares; y el 22% de los emprendedores tempranos pertenece al rango de ingresos superiores a los 1,500 dólares.
Por países los niveles de emprendimiento son muy similares entre las primeras 5 posiciones (Guatemala, Colombia, Panamá, Chile y Uruguay), México junto con Venezuela destacan como los países con menor nivel de emprendimiento en la región.
¿En qué sectores emprenden?
El estudio revela que el sector del comercio al por menor, hoteles y restaurantes sigue predominando entre las actividades empresariales realizadas por los emprendedores tempranos, con un 43% de participación, sin embargo, ha crecido la cantidad de nuevos emprendimientos dedicados a servicios profesionales con el16% y de actividades de información y comunicaciones con el 8%.
Igualmente 10% de los emprendimientos se dedican a actividades de agricultura, 6% a temas de salud, educación, gobierno y servicios sociales, 4% a transporte y almacenamiento, otro 4% a actividades de manufactura al igual que 4% a minería y construcción.
Una proporción menor con el 3% emprende en actividades de personal de servicios y actividades de consumo, 2% a temas de intermediación financiera y actividades inmobiliarias y 2% a servicios administrativos.
