La economía panameña sentirá un leve frenazo luego del crecimiento de más de 10% registrado en 2022 producto del rebote de la caída acentuada por la pandemia.
Las estimaciones de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, dadas a conocer por la economista del organismo, Carolina Camacho, en la Conferencia Anual de Ejecutivos CADE 2023, apuntan a que en 2023 el producto interno bruto (PIB) panameño crecerá 3.8% y para 2024 proyectan que crezca 4.3%.
Camacho indica que este año la economía mundial se desacelerará de manera fuerte con el endurecimiento de la política monetaria y la incertidumbre geopolítica. En ese contexto refiere que Latinoamérica de alguna manera se enfrenta a ese deterioro del entorno externo y por tanto el desempeño de algunos países es muy heterogéneo.
De hecho, Latinoamérica se enfrenta a un crecimiento inferior a 1% este año.
“Pese a la desaceleración Panamá se destaca y mantiene un desempeño que es muy favorable, gracias a la regla fiscal, a la reducción de las presiones inflacionarias, al cierre del déficit corriente y particularmente a la resiliencia en los flujos de inversión que no ocurren solamente hacia Panamá, sino en general hacia la región, y eso favorece la situación. También se destaca en Panamá la solidez del sistema financiero y la capacidad de haber enfrentado la pandemia de una manera muy adecuada”, plantea la economista de CAF.

En temas financieros y monetarios persiste en la región la incertidumbre sobre el incremento de las tasas de interés que podría afectar al sistema bancario, aunque se vislumbra que la inflación tenderá a ceder a lo largo del año.
Ciertamente, la economía se moverá a un ritmo más lento este año en la mayoría de los países, hay sectores que muestran cierta reactivación con excepción del turismo que todavía no se ha recuperado de los indicadores prepandemia.
Desafíos pendientes
Precisa Camacho que entre los retos que presenta la economía panameña está trabajar para reducir la gran brecha social existente y que se acentúa cuando se analizan los indicadores de pobreza en las provincias y comarcas.
“Hay que pensar, pese a las restricciones que se tengan en el gasto público, cómo hacer para llegarle con políticas y programas sociales a la población vulnerable”.
Indicadores laborales
9.9% de desempleo
La tasa de desempleo de Panamá pasó de 11.3% registrado en octubre de 2021 a 9.9%, de acuerdo a esta última medición de abril de 2022.
48.2% de informalidad
El porcentaje de informalidad en Panamá se ubicó en 48.2% (abril 2022), un incremento con respecto a octubre 2021 cuando se ubicó en 47.6%.
Considera que Panamá debe trabajar en revertir esas pérdidas acumuladas en los indicadores sociales como el desempleo, la alta informalidad, desigualdad de los ingresos. Insiste en que es necesario que el país sea efectivo en reducir la pobreza, y trabajar para mejorar la calidad de la educación.
“Esto va a seguir siendo un reto y para afrontarlo definitivamente es clave pensar en los motores de crecimiento de largo plazo”, apuntó Camacho.
Otro desafío que tiene Panamá, según agrega la economista de CAF, es mejorar los niveles de productividad y la capacidad del capital humano.
Explica que Panamá en un indicador de 1 a 100, tiene el 40% del ingreso per cápita de Estados Unidos que es de 100%. Y el 62% de esa brecha existente tiene que ver con la productividad y el 27% con el capital humano. “En Panamá hay sectores que tienen una productividad muy cercana a la de Estados Unidos como servicios financieros y construcción, pero no le va bien a agricultura, servicios domiciliarios, servicios de gobierno, ni transporte ni manufactura”.
Camacho señala que la gran parte de la falta de productividad está relacionado con la informalidad que existe en muchos sectores y el ingreso que reciben. Lo ejemplifica diciendo que un trabajador informal gana 37% menos que un trabajador formal.
Para la CAF, este año se debe estar alerta sobre varios temas, como las mayores tensiones del gasto en un contexto preelectoral, la desaceleración de las metas del Canal debido a una posible fragmentación comercial, el encarecimiento de la deuda externa a niveles superiores a los esperados, y en el tema monetario y financiero, seguirle el ritmo al riesgo y el deterioro de las condiciones externas.
Sobre el tema de la Caja del Seguro Social, la economista de la CAF, considera que es importante no caer en alarmismos y atender este problema con el enfoque de garantizar el servicio. “El problema pensional es un problema de justicia social, más que una alarma en lo fiscal. Hay que resolverlo y es importante que haya la voluntad política para hacerlo”, dijo al señalar que hay que garantizar una buena calidad de vida a la población en su vejez.
“Si se aborda desde ese punto de vista es mucho más fácil que se llegue a consensos, en lugar de abordarlo solo desde el punto de vista fiscalista. Y está muy vinculado al mercado laboral, a cuánto desempleo hay, a cuánta informalidad hay y cuánto aporte se está dando al sistema”, apuntó.
Otra alarma que se percibe según Camacho son los rebrotes y movilizaciones por el descontento social, por lo que considera fundamental mantener el diálogo.
“Creemos que es fundamental reducir las barreras a la formalización, fortalecer las capacidades del Estado e invertir en capital humano.