El mes de octubre marca el inicio de la temporada comercial más importante del año, cuando las empresas de transporte de carga locales mueven toda la mercancía que se venderá en la época navideña en la región centroamericana.
De allí que haya incrementado la incertidumbre por los efectos adversos que podría provocar la interrupción del tránsito de furgones que salen y entran del país, producto de las protestas y el cierre de calles contra la aprobación y sanción exprés del contrato minero.
Antonio García-Prieto, de la Asociación de Transporte de Carga Terrestre de Panamá (Atracapa), dijo a La Prensa que hasta la mañana de hoy lunes 23 de octubre se habían registrado interrupciones “leves” de la carga que va desde Panamá a Centroamérica, y viceversa, lo que no supone una afectación de consideración, por ahora, respecto al volumen que manejan.
Sin embargo, sí hay escepticismo de que las cosas continúen en calma y que el comercio regional resulte ileso de los cierres de calles que se darán desde la región fronteriza en Chiriquí hasta la ciudad capital.
En Panamá se mueven diariamente entre 200 y 300 furgones que entran y salen del país.
La mercancía que se reexporta a Centroamérica proviene de la Zona Libre de Colón, desde donde se embarcan electrodomésticos y ropa, mientras que desde Centroamérica se introduce mayormente materia prima para la industria local, dijo García-Prieto.
“Si el libre tránsito de estos productos se retrasa, todo el sector comercial y logístico se resiente. No estamos en condición de entrar en otra crisis después de la que tuvimos en medio de la pandemia de la covid-.19 y los cierres de 2022″, indicó García-Prieto.
Las protestas de julio de 2022 duraron cuatro semanas, cuando agrupaciones estudiantiles, sindicales y ciudadanía en general reclamaban al gobierno de Laurentino Cortizo por el alto costo de la vida y el despilfarro de los fondos públicos.

El movimiento de los furgones que menciona García- Prieto no incluye el transporte de carga por carretera y tren de los contenedores que no pueden movilizarse a través del Canal de Panamá.
Toca recordar que la disminución del nivel de agua en el Canal de Panamá debido a la sequía, así como la limitación en la cantidad de buques que pueden transitar diariamente ha propiciado el auge del sistema alternativo de transporte de carga por carretera y ferrocarril, conocido como el canal seco.
Los contenedores, propiedad de las líneas navieras, que se manejan vía terrestre se han triplicado, según García-Prieto. Y hasta este momento no se ha trastocado su paso desde los puertos en la ciudad de Panamá a la provincia de Colón.
“Se solían mover por carretera alrededor de 500 contenedores en transbordo semanalmente, y hoy contabilizamos unos 1,500 contenedores en igual periodo”.
Desde que empezaron las restricciones del Canal, el Puerto de Balboa ha atendido 42 llegadas de barcos adicionales con más de 20,000 movimientos de contenedores. Luego esos contenedores se han transportado por ferrocarril y camiones a los otros puertos panameños del Atlántico, comunicó la empresa en agosto pasado.
Sería una estocada que estos contenedores no se puedan mover, cuando Panamá necesita demostrarle al mundo marítimo que es una ruta confiable y segura, dijo el empresario.
“No se trata únicamente de un complemento para el Canal, sino de la ayuda para la economía porque todo lo que permea del transporte terrestre se queda en el país”, puntualizó.

