Comunicación y licencia social para proyectos de desarrollo



Los tiempos han cambiado y, con ello, hemos empezado a hablar de la importancia de los grupos de interés como parte de la actividad empresarial y de los proyectos de desarrollo. Los grupos de interés son aquellas organizaciones, grupos o personas que tienen algún interés en las actividades, decisiones y resultados de un proyecto o actividad.

En la actualidad, el éxito de un proyecto de desarrollo no depende únicamente de la ingeniería y la financiación, sino también de factores sociales y comunicacionales. La comunicación efectiva, transparente y oportuna, así como la licencia social, son claves para la continuidad de estos proyectos, para mitigar los riesgos reputacionales y de crédito, y para garantizar que realmente impulsen el progreso de una nación.

Lo que hemos visto con el tema de la mina, ahora con el proyecto del Corredor del Caribe, y lo veremos próximamente con el tren Panamá-David, tiene y tendrá mucho que ver con estos dos factores: comunicación y licencia social.

La comunicación efectiva es la piedra angular de cualquier proyecto de infraestructura. Desde la fase de planificación hasta la ejecución y operación, la comunicación clara y transparente con todas las partes interesadas es esencial, pero frecuentemente subestimada.

Una comunicación bien estructurada con los grupos de interés genera activos clave como confianza y respaldo. Pero fundamentalmente, y a pesar de las complejidades en la relación con ciertos actores, genera legitimidad, y de allí nace la licencia social.

La comunicación abierta y honesta sobre los objetivos, beneficios y posibles impactos del proyecto ayuda a construir confianza entre los promotores del proyecto, sean privados, públicos o alianzas público-privadas, las organizaciones ambientalistas y las comunidades locales, entre otros actores.

Es claro que la mayoría de las organizaciones ambientalistas en la actualidad buscan un adecuado balance entre progreso y medio ambiente, lo que llamamos el triple impacto: social, ambiental y económico.

Por ello, conscientes de que el activismo ambiental es inminente en nuestro tiempo, debemos trabajar en conjunto con estos expertos, escuchar sus opiniones, escenarios posibles para mitigar impactos y vías complementarias de desarrollo sostenible. Desarrollar proyectos a espaldas de los grupos de interés, sin incluirlos bajo la premisa de que pueden ser adversarios al proyecto, es un gran error que nace desde el proceso de planificación.

La transparencia reduce la incertidumbre y las preocupaciones, creando un entorno más receptivo y cooperativo, y ayuda a gestionar las expectativas de todas las partes interesadas.

La licencia social es un concepto que se refiere a la aceptación y aprobación continua de un proyecto por parte de la sociedad y partes interesadas. No es una licencia formal, sino más bien un consenso social que permite que un proyecto avance sin enfrentarse a una resistencia significativa.

Por ello, es crucial que los proyectos de desarrollo demuestren beneficios tangibles, mantengan procesos de participación y consulta en el tiempo, y establezcan criterios en materia de sostenibilidad y responsabilidad ambiental como una condición clave para su viabilidad.

El autor es consultor en sostenibilidad, riesgos y comunicación estratégica.


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