El atasco de buques que esperan entre 9 y 11 días para cruzar el Canal de Panamá ha visibilizado dos problemas fundamentales en la vía: la escasez de agua para que transite la cantidad de barcos promedio por día y la falta de un proyecto hídrico en firme que, precisamente, brinde una solución a futuro, ante la incertidumbre del cambio climático.
La visión del exadministrador del Canal de Panamá, Jorge Luis Quijano, deja claro el tamaño de un problema que temporalmente se intenta resolver con el ajuste en la capacidad de tránsito diarios, medidas de ahorro de agua y restricciones de calado.
Hasta las 4:00 p.m. del miércoles 23 de agosto, había 121 buques en espera de tránsito, cuando en circunstancias normales se suelen tener cerca de 90 buques que hacen la cola para transitar por el Canal.
Quijano explicó que la espera de los barcos retrata la combinación de varios factores, empezando por el hecho de que el Canal se encuentra en una época de alta demanda, justamente en el grupo o el segmento de portacontenedores, que transportan carga a Europa, y principalmente a Estados Unidos para que la mercancía llegue a los comercios o puestos de venta antes de diciembre.
A esto hay que sumarle una escasez de agua, anunciada por el actual administrador Ricaurte Vásquez, por lo que se ha tenido que reducir la capacidad de manejar 36 tránsitos diarios y ajustarlos a 32.
Desde finales de julio, la Autoridad del Canal del Panamá (ACP) indicó que una reducción en el número de tránsitos diarios durante un período prolongado “invariablemente aumenta el tiempo de espera de algunos buques, en particular, de aquellos que no obtienen una reserva”. Y esto es lo que está sucediendo.
¿Por qué se reduce el tránsito de barcos diarios? Porque el Canal intenta cuidar cada gota de agua ante la escasez en los embalses de Alajuela y Gatún, fuentes de agua para alrededor de dos millones de personas y las operaciones de la vía acuática.
El día de ayer, 23 de agosto a las 7:00 p.m., el lago Alajuela, tenía un nivel de 226 pies, cuando su máximo operativo es de 252 pies.
El Gatún, en tanto, estaba en 79.7 pies y su nivel máximo es 87.50 pies.
Quijano explicó que aunque hemos tenido días de intensa lluvia, el problema no se resuelve tan rápido, debido a la prolongación de la época seca este año.
Además, los primeros meses de la temporada lluviosa 2023 (abril, mayo, junio) ocupan el segundo lugar entre los más secos del registro histórico. Y por ello, el caudal de los ríos que aportan agua a los embalses Gatún y Alajuela se mantienen bajos.
“El peligro de todo esto es si vamos a tener la capacidad de llenar ambos lagos para llegar a diciembre con los dos lagos llenos y tener suficiente agua para el verano (2024), que se dice puede ser largo, posiblemente hasta mayo-junio. La situación es difícil porque hay una demanda muy alta de barcos y también es alto el consumo humano de agua”, indicó Quijano.
El exadministrador de la vía precisó que en este momento el consumo humano de agua representa o equivale a unos ocho tránsito de barcos al día, “y lo que me preocupa, tal como lo he dicho en otras entrevistas, es que ahora mismo estamos creando el equivalente a otros 3.5 tránsitos adicionales”.
Se refiere a la mayor cantidad de agua que se necesitará para abastecer a la población con la puesta en marcha de las nuevas plantas potabilizadoras que se están construyendo y las ampliaciones de las ya existentes. “Entonces, qué vamos a hacer. Esto definitivamente no puede seguir así”, afirmó.
Quijano recordó que desde 2015 identificaron el problema, y “dijimos aquí hay que buscar otro embalse. Hemos tenido dos embalses que se crearon para el negocio del Canal de Panamá, uno de 109 años y otro de 88 años”.
Poniendo las cosas en perspectiva, precisó que en 1935 eran alrededor de 6,000 tránsitos, y ahora el Canal maneja 14,000 tránsitos, “con las mismas dos ollas [embalses] estamos recogiendo la misma cantidad de agua” para el paso de más buques, precisó.
Desde que salió de la ACP “han pasado cuatro años y no hemos hecho nada. Ya no es postergable... Hay otros paliativos que se pudieron haber dado y no se han dado”, afirmó.
En 2020, el Canal publicó el pliego para la precalificación de los interesados en participar como proponentes de la licitación para el diseño, construcción y puesta en ejecución de un sistema optimizado de administración del recurso hídrico que permitiría asegurar la disponibilidad de agua para el consumo humano y las operaciones, así como la competitividad de la vía interoceánica en el corto, mediano y largo plazo.
Las propuestas se esperaban recibir a finales de 2021, y en 2025 contar con un sistema de administración hídrica que le diera mayor confiabilidad al Canal de Panamá y garantizara el consumo de agua a la población.
Sin embargo, hubo un replanteamiento de la licitación y su alcance. La ejecución se ha atrasado. La ACP buscó asesoría técnica del cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos y ahora con las opciones y posibles soluciones, las mismas están bajo el escrutinio de la junta directiva del Canal para entregar su recomendación al Ejecutivo.
Una de las opciones podría ser un embalse en la región del río Trinidad, con el propósito de reducir la carga sobre el lago Alajuela, el cual ya no puede ser ampliado.
Se tratará de un proyecto cuya planificación y diseño estaría en manos de la ACP, pero que se debe desarrollar en conjunto con el Estado, al tratarse del manejo del agua, que entre otras cosas, sirve para atender al 50% de la población.