Crece el PIB; rezago en construcción y turismo

Crece el PIB; rezago en construcción y turismo
El país necesita activar la promoción de los destinos turísticos localmente para fomentar el turismo interno, de acuerdo con los especialistas. Archivo


Tras dos años de fuerte impacto económico por las restricciones impuestas durante la pandemia respiratoria, 2022 cerró con un producto interno bruto (PIB) superior al de 2019.

Visto en términos globales, se completó el proceso de recuperación tras el desplome económico de 2020. Sin embargo, hay sectores importantes para la economía que aún no han superado el nivel previo a la pandemia.

Se trata de la construcción, el turismo y las industrias manufactureras, siendo los dos primeros los sectores que más sufrieron durante la pandemia.

El economista Luis Alberto Morán manifestó que los bajos niveles de inversión explican los resultados de la construcción, con un presupuesto público en el que tiene más peso el gasto corriente.

En el caso del turismo, Morán se refirió a la escasez de políticas para promover el turismo local y la marca país a nivel internacional.

El presidente del Sindicato de Industriales de Panamá, Luis Frauca, también apuntó a la necesidad de que la administración de Laurentino Cortizo haga los pagos a proveedores de manera oportuna y que se agilicen los trámites burocráticos para dinamizar la inversión privada.

PIB supera nivel prepandemia

Al cierre de 2022 y tras un crecimiento del producto interno bruto (PIB) real de 10.8%, el tamaño de la economía superó por primera vez el nivel que existía en 2019, es decir, en el último ejercicio previo a la pandemia.

Sin embargo, cuando se analiza el desempeño de cada actividad económica, se observa que algunos sectores clave siguen rezagados respecto a la realidad previa a la crisis sanitaria. Este es el caso de construcción, turismo e industrias manufactureras.

Medido a precios del comprador, el PIB panameño se ubicó en 2022 en $76,522.5 millones, superando ampliamente los $67,406.7 millones del ejercicio anterior y los $69,721 millones del PIB de 2019.

Estas son las cifras publicadas recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec), que incorporan la actualización del año base de las cuentas nacionales desde 2007 a 2018, cambio que provocó un incremento en las cifras de PIB a partir de 2018.

En 2022, la mayoría de actividades económicas experimentó un crecimiento en comparación con 2021, en medio de un proceso de recuperación tras los dos primeros años de impacto por la pandemia. Esto se refleja en unas tasas de crecimiento interanuales elevadas en sectores como el comercio; el grupo de transporte, almacenamiento y correo, donde se incluye la operación del Canal de Panamá; la construcción, y hoteles y restaurantes, ligada al turismo.

No obstante, cuando se hace la comparación por sectores con el ejercicio de 2019, el último previo a la pandemia, se observa que la recuperación ha sido desigual. Algunas actividades han recuperado ampliamente el terreno perdido durante la crisis sanitaria. Este es el caso del comercio, que incluye la actividad al por mayor y al por menor, y de transporte, almacenamiento y correo.

La explotación de minas y canteras, por su parte, experimentó un fuerte repunte de 160% entre 2019 y 2022, siendo una de las fuentes de crecimiento de la economía y ganando peso específico en la composición del PIB.

En cambio, hay otras actividades importantes para el desarrollo del país y para la generación de empleo, como construcción, turismo e industrias manufactureras, que aún no rebasan las cifras registradas en 2019.

El economista Luis Alberto Morán dijo que los resultados reflejan una recuperación desigual de la economía, lo cual genera vulnerabilidades ante eventuales crisis o shocks internacionales. En el caso de la construcción, la producción de mercado está un 11% por debajo del nivel prepandemia.

Para Morán, esto está vinculado a unos niveles bajos de inversión. “Se ha priorizado más en el gasto corriente al desarrollo de infraestructura, que tiene un efecto multiplicador en la economía”, dijo en referencia a la composición del gasto público. Además, subrayó, al sector le han afectado los compromisos pendientes con los proveedores por parte del Estado, situación que “desincentiva la actividad privada y el clima de negocios”.

Respecto al turismo, fuertemente afectado también en la pandemia por las restricciones impuestas por el Gobierno, Morán dijo que “son muy pocas las políticas de promoción de turismo local, así como la promoción de la marca país a nivel internacional”.

De igual forma, apuntó a la necesidad de mejorar la infraestructura turística para recuperar el sector y corregir las deficiencias de servicios básicos que existen en algunos destinos en el interior, una situación “inexplicable en un país de servicios”, señaló el economista.

De los tres sectores en cuestión, el de la industria manufacturera es el que sufrió un menor impacto por la pandemia y también el que más cerca se encuentra de los registros de 2019. Luis Frauca, presidente del Sindicato de Industriales de Panamá, se refirió a varios factores que han derivado en un despegue más lento del que se habría esperado.

El rezago de sectores como construcción y turismo redujo la demanda de las empresas manufactureras, que también notaron la pérdida de poder adquisitivo de la población en un entorno en el que el empleo formal pierde protagonismo y el poder adquisitivo se vio limitado por la inflación y por la subida de tasas de interés.

En el lado de la oferta, las empresas debieron lidiar en 2022 con la escasez de materia prima y materiales y el precio de los fletes para importar los productos.

Además, cuando la recuperación marchaba a buen ritmo, las protestas de julio de 2022 detuvieron la actividad durante varias semanas. Frauca señaló que en los meses siguientes hubo una recuperación en las ventas, pero que el repunte habría sido mayor de no haberse producido la crisis social en julio.

El empresario se refirió también a los atrasos en los pagos a proveedores por parte del Gobierno, a la ralentización de trámites burocráticos y a los cambios en los marcos legales que generan inestabilidad y falta de certidumbre sobre la seguridad jurídica. Se refirió, por ejemplo, a la imposición de precios tope y márgenes de comercialización implantados después de las protestas o a iniciativas legales más recientes de la Asamblea para conceder bonificaciones a los trabajadores de las bananeras.

Otra muestra de que la herida económica abierta en la pandemia no ha terminado de sanar se observa en el empleo.

El especialista en el mercado laboral René Quevedo comentó que “la pandemia asestó un duro golpe a la confianza en el clima para la inversión privada, lo cual tuvo un impacto dramático en la capacidad de nuestra economía para generar empleos dignos”, lo que se tradujo en mayores niveles de desempleo e informalidad.

En cuanto a los nuevos contratos registrados en las oficinas del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, Quevedo dijo que en 2022 se tramitaron 20,000 nuevos contratos laborales por mes, mientras que en 2019 el promedio era de casi 32,000 mensuales.

Para propulsar el crecimiento de estos sectores será clave el aumento de la inversión. Para que esto suceda, según Frauca, es necesario que el Gobierno pague de manera oportuna a los proveedores, que se reduzca el gasto corriente para dar espacio a la inversión, agilizar los trámites tanto para empresas nuevas como para la ejecución de inversiones, abordar los problemas de infraestructuras básicas del país y mejorar la educación, lo que permitirá a las personas optar por mejores puestos de trabajo y a las empresas encontrar el personal capacitado necesario, elevando en conjunto la competitividad del país.



LAS MÁS LEÍDAS