Ricaurte Vásquez, administrador del Canal de Panamá, está en una especie de viacrucis en el que relata lo que fueron los años de bonanza en términos de agua para la vía interoceánica y la escasez que se está enfrentando.
Esto se ha convertido en el preámbulo de lo que será un plan que espera presentar en los próximos meses. Se trata de la hoja de ruta o postura de cómo enfrentar la sostenibilidad del negocio para los próximos 40 años, incluyendo la ya conocida necesidad de ampliar los límites de la cuenca.
Así lo dio a conocer hace poco en un encuentro con con periodistas y estudiantes universitarios de las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro, donde informó sobre las acciones que desde el punto de vista operativo, económico y socioambiental ha implementado el Canal de Panamá para enfrentar los retos originados por el impacto del fenómeno de El Niño y de las variaciones en el clima.
Con el tiempo en contra, Vásquez busca aliados ciudadanos a los largo del país para poner en marcha un plan hídrico que garantice la disponibilidad de agua para el Canal y el consumo humano, lo que incluye dos puntos específicos: que se elimine la restricción para la construcción de nuevos embalses y que se redefinan los límites de la cuenca.
Una de las frases icónicas de su visita en Chiriquí fue: “estamos bien lejos de que el Canal de Panamá se acabe”.
También dijo que el Canal no regala “subsidios” y que la vía acuática no es parte del gobierno central. “Y esa diferencia, que parece trivial, es una diferencia importantísima en la forma en que el Canal toma sus decisiones y cómo toma las decisiones el gobierno central”.
Aprovechó el momento para mencionar que nadie es profeta en su tierra, en un intento de explicar que mientras se enaltece la operación del Canal en otras latitudes, locamente no se dimensiona lo que se hace porque hay una necesidad constante de ver resultados rápidos.
Con un tono enfático y casi silabeando recalcó que el Canal, “ni con sus clientes, ni con sus contratistas, ni con los vecinos de la cuenca tiene una relación de transacción. El Canal de Panamá es relacional”.
A diferencia de las decisiones que se toman internamente en el Canal, en el caso de la crisis hídrica, ampliar los límites de la cuenca hidrográfica sería posible a través de la aprobación de reformas legales que promueva el gobierno central y avale la Asamblea Nacional.
El Gobierno de Laurentino Cortizo ha llegando al fin de su mandato sin haber enviado proyectos de ley a la Asamblea en esta temática, pese a que el Canal le dijo que esto era necesario para garantizar el almacenamiento de más agua.
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La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) tampoco se movió con la rapidez que se había anticipado. Presentaron al Ejecutivo la recomendación de hacer un embalse en septiembre de 2023, cuando ya los lagos que abastecen la operación se habían debilitado.
“La presión sobre Panamá para encontrar una solución de agua se hace cada vez mayor. Y no tenemos todo el tiempo del mundo para tomar una decisión”, reconoció Vásquez.
En su discurso explicó que en un año normal e histórico del siglo XX, caía suficiente agua en la cuenca del Canal para mantener 54 tránsitos por día. Hoy posiblemente está entre 37 y 48 tránsitos equivalentes por día.
Pero cuando se contabiliza la cantidad de agua que se utiliza para abastecer a la mitad de la población panameña, “tengo que restar 7 tránsitos, lo que me pone en la raya de 40. Y con las ampliaciones en las plantas potabilizadoras que fueron autorizadas en 2015 y 2016, el número se reduce en 4 tránsitos más. Así que nos quedan como 35 a 37 tránsitos por día” en un año sin sequía.
Pero como ha dicho la ACP, la capacidad de tránsito se ve limitada por un factor que va y viene. “Es como un número de lotería, la cantidad de lluvia que va a caer”.
¿Qué ha ocurrido?
“Bueno, lo que ha ocurrido es bien sencillo. Este año, por primera vez, le hemos dicho al mercado que solo íbamos a pasar 24 tránsitos por día... inédito, 24 tránsitos por día, Se formaron las filas, hicimos subastas, las navieras pagaron precios exorbitantes por la urgencia de transitar, pero nosotros no podemos vivir de esa inestabilidad del negocio. Al contrario, y es por eso que una solución de agua para el Canal es tan importante”, sentenció.
Por ahora, las perspectivas y las proyecciones indican que las lluvias aumentarán de intensidad luego de abril y el Canal podría volver a aumentar progresivamente los tránsitos hasta alcanzar los 36 diarios de buques por la vía. Actualmente se permiten 27 tránsitos diarios.
“Entendamos el papel que juega este país para el comercio internacional, que ha sido la razón por la cual este país ha crecido de una manera diferente a cualquiera de los vecinos. Y es la razón por la cual los países vecinos nos quieren quitar el mandado. Pero reitero, una vez más, y en lo que toca con el Canal de Panamá, no le vamos a dar esa oportunidad”.
