CSS empuja licitación de $101.2 millones

CSS empuja licitación de $101.2 millones


La Caja de Seguro Social (CSS) ahora tiene entre sus prioridades desarrollar un sistema que incluye el montaje de cuatro plantas productoras de oxígeno, lo cual requerirá de una partida de $101.2 millones.

Transcurridos los días mas complicados de la pandemia, la CSS proyecta que habrán más pacientes que requerirán oxígeno, ya sea por las secuelas de la covid-19 o por tratarse de necesidades geriátricas.

El pasado jueves 22 de septiembre, la administración de la Caja de Seguro Social (CSS) presentó a la junta directiva de la entidad un millonario proyecto que necesitaba su visto bueno para el uso de la partida presupuestaria a futuro.

La CSS, liderada por Enrique Lau Cortés, certificó desde el pasado mes de mayo que tendrá en su presupuesto las partida que necesita para seguir con sus planes.

Este año, separó $5 millones y para los próximos cuatro años destinaría $19.7 millones en cada periodo fiscal. Luego, en 2027, tendría que desembolsar otros $17.2 millones.

Alex González, director Ejecutivo Nacional de Servicios y Prestaciones en Salud, es la cara visible frente al plan de embarcar a la CSS en un nuevo esquema administrativo, de compra y operacional para la puesta en marcha de una planta de generación de oxígeno medicinal.

El visto bueno para la partida del proyecto de carácter industrial, que implicará el uso de $101.2 millones, se obtuvo con el aval de la directiva; 8 votos a favor le dieron paso expedito a una futura licitación. Estos serían Miguel Ángel Edward, Guillermo Puga, Alfredo Macharaviaya, Roberto Valencia, Manuel Pérez, Victoria de la Rosa, Justo Medina y Fernando Méndez.

Se conoció que hubo tres disidencias. Aida Maduro se abstuvo de votar, mientras que Camilo Valdés y Gregorio Guerrel fueron los únicos dos que dijeron no estar de acuerdo.

Según la administración de la CSS, el plan pretende implementar una nueva estrategia de contención en el gasto de oxígeno medicinal, generar abastecimiento continúo y reducir trámites de compra.

Pero a lo interno de la junta directiva se habrían generado ciertas dudas por tratarse de un proyecto para el cual necesitan mucho más información que les permita determinar los ahorros que, aseguran, se obtendrán en el tiempo.

También habría cierto escepticismo de que la entidad encare la responsabilidad de coordinar la contratación de una planta de oxígeno, cuando hay tareas operativas y administrativas que han fracasado, como es el caso del atolladero informático en el que se encuentra.

Basta recordar que en la última década la entidad de seguridad social ha destinado $176 millones en sistemas de computación que no se comunican entre sí ni se utilizan de forma eficiente.

En el caso actual del oxígeno, como parte de las justificaciones, la administración de la CSS aseguró a la junta directiva que la pandemia de la covid-19 ha disminuido en 50% o más la capacidad de duración del oxígeno que actualmente se compra, debido a un exceso de la demanda que supera la capacidad.

Pero a medida que avanza exitosamente el programa de vacunación, menos pacientes necesitan estar conectados al oxígeno.

El consumo histórico de los últimos cuatro años, tres de estos antes de la pandemia, en comparación con un período completo con covid-19, demostró un incremento de costos impresionante, argumentaron.

Entre el periodo de 2017 y 2018, en comparación con 2019, el incremento presupuestario fue de 33% en este renglón.

Mientras que en la comparación de los años 2019 y 2020 el alza en el presupuesto para la partida de oxígeno habría sido de 93%.

Sin embargo, sería válido presentar la comparación de costos ahora que la demanda de oxígeno ha bajado porque son menos complicados los casos por covid-19. Y cuando los hospitalizados bajan, también disminuye la necesidad de usar oxígeno.

Según la CSS, hay un incremento del consumo por enfermedad y aumento de la población geriátrica, desde el año 2016, aunado a los pacientes con secuelas de covid-19, lo que representa un gasto anual de $18.3 millones.

Como parte del análisis del problema, la CSS evalúo la posibilidad y capacidad de la entidad para la generación, producción y distribución de oxígeno, ya sea líquido o gaseoso, para abastecer una red de 15 hospitales, 25 policlínicas, 17 unidades de atención primaria, 15 centros de atención de promoción y prevención en salud.

Sería un sistema integrado de 4 plantas generadoras de oxígeno medicinal a un mínimo de 99% de pureza.

Tres de las plantas cubrirían la totalidad de la demanda, poniendo a la cuarta como parte de un equipo de respaldo.

Habría, además, un sistema de almacenamiento para atender la totalidad de la demanda en caso de que en el país haya una emergencia eléctrica.

Se trataría de un sistema que tendría que estar operativo los 365 días del año por el periodo que dure el contrato, ya que con el aval de la junta directiva, la administración del director de la CSS, Enrique Lau Cortés, tiene el camino libre para convocar a una licitación en la que empresas interesadas pujarían por un millonario negocio.

La administración de la CSS emitió desde el mes de mayo una certificación en la que valida que para este año la entidad ya tiene $5 millones para atender el proyecto.

En esta misma certificación, la Dirección Nacional de Prestaciones de Salud se comprometió a tener partidas presupuestarias hasta el año 2027.

La Caja de Seguro Social argumenta que generará un ahorro estimado de $7 millones al año, tendrá un equipo cuya vida útil es de 10 a 15 años después de terminado el contrato, con una producción de oxígeno que duplica lo que actualmente está comprando.

La licitación y las reglas que en esta se establezcan definirá el alcance del proyecto y el apetito de las empresas dispuestas a competir por el jugoso contrato.

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