La migración es uno de los desafíos para lograr ciudades inclusivas que respondan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU, coincidieron este miércoles 24 de agosto especialistas en la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y el Caribe 2022 que concluyó en la ciudad de Guadalajara.
En la mesa de diálogo “El desafío de la migración para ciudades Latinoamericanas”, Dana Graber Ladek, representante en México de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dijo que la región enfrenta flujos migratorios mixtos “sin precedentes” que han afectado la calidad de vida de los habitantes de las ciudades fronterizas.
Consideró esta problemática como “uno de los asuntos más apremiantes por resolver” principalmente porque las políticas migratorias de Estados Unidos han derivado en la expulsión de miles de personas que ha puesto en jaque la capacidad de recepción de países como México.
“Los flujos migratorios que arriban a la frontera sur (de México) han ido a la alza de manera exponencial entre 2021 y 2022 con presencia de personas de Haití, Venezuela, Cuba y Centroamérica; por otro lado las políticas migratorias de Estados Unidos han derivado en la expulsión de personas en situación de vulnerabilidad que han hecho presión importante en la capacidad de recepción de las ciudades de la frontera norte”, explicó.
Puso como ejemplo el caso de la fronteriza ciudad mexicana de Tapachula, en Chiapas, una de las que tiene los índices más bajos de bienestar social y en donde solo 4 de cada 10 personas tiene acceso al mercado laboral formal. En este panorama los migrantes llegan con demandas de servicios básicos y de empleo que no son satisfechos.
Por su parte, Aldo Morales, representante de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Guadalajara, consideró que la migración no debe constituir un problema sino una oportunidad para las ciudades, y puso como ejemplo los puestos de trabajo que no son ocupados y en los que los migrantes pueden aportar mano de obra.

