Hay dos problemas fundamentales en el mercado laboral. No hay suficientes plazas de trabajo en las áreas que tradicionalmente absorbían la mayor cantidad de mano de obra, mientras que las actividades que se están convirtiendo en las fuentes de empleo más sobresalientes no encuentran la cantidad de trabajadores que necesitan. La brecha que ha existido entre lo que demanda el mercado y lo que estudian los jóvenes está representando un reto sin precedentes tras el rápido salto de la tecnología y los efectos de la pandemia.
Un reporte del Banco Mundial reveló que 3 de cada 10 empresas no encuentran personal con las habilidades requeridas en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
Los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida como Unesco, indican que no se cubre el 48% de la mano de obra digital requerida en América Latina.
En Colombia, por ejemplo, hay un déficit de cerca de 200 mil especialistas y una falta anual de 3 mil en Uruguay cada año.
Los datos fueron dados a conocer por la directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina de la Unesco, Claudia Uribe en la Cumbre de Talento Digital de Latinoamérica, organizada por Unesco, Huawei, y la agencia EFE, donde la conclusión más importante del encuentro de 300 expertos y estudiantes es la urgencia de formar a los jóvenes talentos en áreas tecnológicas.
En Panamá, un informe de la CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, concluye que la escasez de mano de obra especializada con respecto a lo demandado es consistente.
El estudio titulado Diagnóstico de Necesidades Actuales y Futuras de Trabajadores para el Sector de Tecnologías Digitales muestra en el país hay una demanda adicional de puestos de trabajo asociados a la digitalización, que puede promediar los 6,702 empleos anuales hasta 2024, en un escenario “normal”.
“Considerando los efectos económicos negativos de la pandemia, esa cifra podría reducirse a 4,362 en el peor de los escenarios previstos, esto sin contar con la reestructuración laboral hacia un mayor uso de las herramientas digitales como resultado de los meses de confinamiento”, rescata el reporte.
Si se toma en cuenta que actualmente Panamá gradúa a 3,212 profesionales STEM al año, ello significa una brecha entre demanda y oferta de unos 1,150 trabajadores bajo el escenario económico más pesimista, y de unos 3,500 en el escenario de normalidad.
Esto sin contar que lo que muchas veces se enseña en las aulas no está ni cerca de lo que se necesita en el mercado laboral.
De allí que todos aboguen por cambios en los planes de estudio y un papel más activo del sector privado y las organizaciones para contribuir a políticas de reconversión y actualización de destrezas y talentos que el mercado requiere.
La falta de talento
10 millones
en la región habrá una demanda de 2.5 millones de profesionales relacionados con las TIC para el año 2026, cantidad a la que se l debe agregar los 8 millones de vacantes, que existen actualmente.
46%
de acuerdo con información de Global Knowledge 2021, este porcentaje de empresarios encuestados dijo que la escasez de habilidades desaceleró sus programas y proyectos.
9%
cree que esta realidad representa un problema de gravedad para su empresa
Pérdidas de oportunidades en el mercado laboral
Según el informe de habilidades y salarios de Tecnologías de la Información (TI) de Global Knowledge 2021, citado en el encuentro regional por el ingeniero Juan Carlos López, cofundador de CriptoNube, el 54% de los tomadores de decisiones dicen que no han podido cubrir al menos un puesto de acuerdo a sus requerimientos. Mientras que el 38% informa que tiene tres o mas puestos vacantes.
“Vivimos en una economía que se digitaliza rápidamente, lo que significa que el sector digital contribuye y transforma una proporción cada vez mayor de la producción económica general, y el talento digital es la base de esta economía digital”, dijo Marcelo Pino, vicepresidente de Relaciones Públicas de Huawei Latinoamérica.
Pino aterriza esa idea al precisar que el próximo año la economía digital superará el 50% de la economía general. Y mientras esto ocurre, el 90% de las empresas tecnológicas proviene de Estados Unidos y China, y solamente el 1% nace en Latinoamérica y África.
Catalina Araya, directora del Laboratorio de Educación de la Fundación País Digital de Chile, habló entonces de las prioridades que se deben asumir, abordando la necesidad de que las políticas públicas educativas se traten como “políticas de Estado” y que, por lo tanto, no estén supeditadas a los cambios de signo político.
Localmente, a manera de reflexión, el consultor empresarial René Quevedo dijo que el déficit de personal es el reflejo del panorama laboral postpandemia y el proceso de transformación hacia una economía basada en el conocimiento; “todo un reto para Panamá, donde el 70% de los empleos son presenciales”.
“Panamá debe encarar la necesaria transformación digital de la economía a través de la educación, ante la inminente amenaza de que la tecnología acentúe aún más las brechas sociales en el sexto país más desigual del mundo”, insistió Quevedo.