La Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) reveló ayer lunes, 12 de agosto, que durante la última década (2014-2024), los productores de arroz han recibido $860 millones en subsidios sin cumplir con su compromiso de abastecer adecuadamente el mercado.
Según Acodeco, esta práctica ha contribuido a la escasez de arroz de primera en los comercios, a pesar de los esfuerzos estatales por controlar los precios y garantizar la disponibilidad de este alimento básico para la población. Por el contrario, detectaron que abunda el arroz especial, que se consigue a un costo superior.
El administrador de la entidad, Ramón Abadi Balid, subrayó que, durante inspecciones realizadas por los funcionarios de Acodeco, se detectó que, en promedio, la presencia de arroz de primera o subsidiado en los comercios es de solo el 7.29% del inventario, frente al 92.71% de inventario del arroz especial.
“Esa proporción significa que existe una distorsión total del mercado. Cuando un consumidor va al supermercado o al minisuper a buscar su arroz de primera, que es el arroz protegido por el control de precios, se encuentra con que está desabastecido, lo que lo obliga a agarrar y comprar el arroz especial, que es el más costoso”, acotó.
En palabras de Abadi, los hallazgos indican que esta es una práctica habitual por parte de algunos agentes económicos. Han podido constatar en la investigación que lo hacen de manera voluntaria para afectar al mercado y al consumidor.
Sobre quiénes se han beneficiado con estos montos millonarios y la distorsión del mercado, el funcionario precisó que estos subsidios han sido entregados a los productores y a los molineros de arroz.
Precisó que, a partir de enero de 2022, se fue desvirtuando el mercado y ampliando la diferencia entre un tipo de arroz y otro en los establecimientos. “Se ha estado creando una escasez en el mercado por parte de los productores de arroz, o los vendedores en este caso”, puntualizó.
Siguiente paso
Sobre lo que viene ahora después de este hallazgo, Abadi explicó que el siguiente paso es presentar un informe completo con todas las estadísticas al Ministro de Desarrollo Agropecuario y al Órgano Ejecutivo, para tomar las mejores decisiones respecto a lo que ha sucedido con este tema.
El administrador de Acodeco recordó que se paga a los productores un subsidio de $16 por quintal. “Este caso es muy particular porque el panameño consume arroz. Es un producto básico de nuestra alimentación diaria”, apuntó.
Su conclusión fue clara: “La anomalía está en cobrar el subsidio y posiblemente no producir el arroz, pero para mí y para los otros especialistas en Acodeco, el problema es el desabastecimiento. Si hay un desabastecimiento de un producto que debería estar en el mercado, entonces, obviamente, está afectando la calidad de vida del consumidor y su capacidad de poder comprar un producto que supuestamente debe estar garantizado por el control de precios y que debe estar en los anaqueles de todos los minisuper y supermercados”.
La otra cara de la moneda
Se consultó a Nunzio Girlando, gerente de Agrosilos S.A., quien sostuvo que los productos desaparecen cuando se les regula el precio, ya sea arroz, leche o cualquier otro.
“Llega un momento en que es inviable el costo de producción y no se puede comercializar. Lo más conveniente es eliminar el control de precios y que nuevamente los productores y los molineros comercialicen unos con otros y se pueda pagar un precio justo. Eso también implicaría que el consumidor reciba buena calidad de arroz a un precio justo”, aportó.
A juicio de Girlando, este subsidio tiene unos 10 años y el costo de la materia prima ha subido a un nivel que no permite vender el arroz de primera al precio que está regulado, que es 0.40 centavos la libra. De hecho, recordó que, como molineros, anteriormente le pagaban al productor $17 por quintal, y ahora el costo es de $22.
Así resumió el molinero lo que sucede desde su óptica: “Después de 10 años, ¿Cuánto ha subido el salario mínimo, el material de empaque y la materia prima? Las bases con las que se creó el control de precios en 2014 no son las mismas que ahora”.