La deuda externa de Argentina permaneció elevada en el segundo trimestre del año, en un momento en que el gobierno nacional está redoblando su apuesta por el mercado de deuda local en pesos para financiarse y cumplir con los preceptos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el ‘stock’ de deuda externa bruta total con títulos de deuda a valor nominal de Argentina se situó a finales del segundo trimestre en 274 mil 837 millones de dólares, 482 millones de dólares más que en los primeros tres meses del año.
En tanto, el ‘stock’ de deuda externa bruta total de Argentina, pero medido a valor de mercado, ascendía al finalizar el sexto mes del año a 228 mil 15 millones de dólares, lo que implica un retroceso de 341 millones con respecto al primer trimestre del 2022.
La deuda del Gobierno está compuesta por 77 mil 26 millones de dólares en préstamos y por 84 mil 653 millones de dólares en títulos de deuda a valor nominal, pero cuyo valor de mercado es de $40 mil 235 millones, lo que evidencia la escasa valuación de mercado de los bonos soberanos de Argentina.
El gobierno de Alberto Fernández selló a fines de marzo un acuerdo con el FMI para refinanciar deudas con ese organismo por más de 40 mil millones de dólares, que incluía un programa de facilidades extendidas (EFF) por un plazo de dos años y medio.
Sin acceso a los mercados de crédito internacionales, por una prima de riesgo que este jueves se ubicó en los 2,423 puntos básicos, Argentina sólo tiene dos alternativas para financiarse: los créditos procedentes de organismos internacionales y acuerdos bilaterales y el mercado de deuda local en pesos.
El programa pautado con el FMI contempla, entre otros puntos, una reducción de la asistencia del Banco Central al Tesoro, que se recortará del actual 1% del PIB hasta el 0.6 % en 2023, obligando a profundizar todavía más el desarrollo del mercado de deuda doméstico.
Sin embargo, la última semana de junio concluyó con un terremoto en los mercados locales, con inversores que vendieron sus títulos ante la expectativa de impago o reestructuración de los mismos, lo que impactó en una pérdida de mil 162 millones de dólares en valor de mercado de los títulos del gobierno respecto al primer trimestre.
La asunción de Sergio Massa como ministro de Economía el 3 de agosto calmó un poco esos ánimos y el Ejecutivo ha reorientado la naturaleza de los títulos que ofrece para licitación, destacando la menor presencia de bonos CER que, ajustados a la inflación, no ofrecían suficientes garantías a los inversores.