Sin reservas para el pago de pensiones en tan solo cinco meses y en medio del torbellino electoral que tomará más fuerza en 2024, el diálogo por la Caja de Seguro Social (CSS) se encuentra en estado crítico, aunque se intenta reanimarlo de forma tardía.
Tras un año y ocho meses de parálisis, la junta directiva de la CSS introdujo la discusión de la reactivación del diálogo en una reunión extraordinaria realizada ayer jueves 10 de agosto.
Principalmente se habló de reestructurar el esquema de conversaciones para que sea un diálogo tripartito, en el que sólo participen con voz y voto los representantes del Gobierno, empleadores y trabajadores. Además, de escoger un nuevo facilitador y reemplazar a Joaquín Villar García.
La Prensa pudo conocer que se propuso preliminarmente abrir un periodo de postulaciones para que se recomiende a las personas que puedan ser los moderadores de la conversación más importante a la que se enfrenta el país, pues del subsistema exclusivamente de beneficio definido dependen más de 290 mil jubilados que reciben todos los años pagos por más de $2,000 millones, y en este programa no hay reservas.

Además, en la reunión de junta directiva se propuso que el diálogo cuente con la figura de observadores, entre los que podría estar representantes del Programa de las Naciones Unidas y de la Organización Internacional del Trabajo. Sin embargo, antes de tomar cualquier decisión, se recomendó hablar con la ministra de Trabajo, Doris Zapata, para definir la postura del Gobierno, ante lo que sería un diálogo tripartito.
Un cambio de este tipo implicaría reestructurar los mecanismos de votación para presentar las propuestas de reformas en la CSS. Sólo este tema de forma podría tomar meses.
Y suponiendo que dicha etapa sea expedita, los tiempos políticos marcan otras prioridades frente a la contienda de elecciones generales en 2024. Es así, como una discusión de tal envergadura quedó extemporánea, a pesar del fuerte impacto económico que implica postergar la situación económica del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).

De acuerdo con la última información financiera compartida por la administración de la CSS a su junta directiva durante este año, el subsistema de beneficio definido IVM tuvo costos y gastos por $2,032 millones en 2021, mientras que sus ingresos corrientes de ese año apenas llegaron a $1,314 millones, más otros $100 millones por gestión financiera.
Las reservas o ahorros del programa se han ido utilizando para poder financiar las pensiones. Al cierre de 2021 las reservas institucionales del subsistema de pensiones terminaron en $1,001 millones, lo que significó una reducción de 14% o $169 millones al comparar el resultado con el del año 2020. La proyección de la OIT es que el próximo año no quede nada.
Las reservas, que se constituyeron como el ahorro del IVM, han llegado a un punto de quiebre porque se utilizan para hacerle frente a los gastos corrientes.


