Con el proceso de homologación del pliego de condiciones para la licitación por mejor valor para el suministro, instalación y mantenimiento de sistemas de concentradores de oxígeno médico en las instalaciones de salud de la Caja de Seguro Social (CSS), han quedado expuestos los cabos sin atar de un faraónico contrato de $101.2 millones.
Han saltado a la vista inconsistencias y posibles inconveniencias, que causarán que no necesariamente se genere el ahorro prometido por la administración del director Enrique Lau.
En el último trimestre de 2022, la CSS convenció a la mayoría de los miembros de su junta directiva para que aprobara un proyecto que “garantizaba” ahorros a la entidad, que se había enfrentado durante los últimos años a un alza en la factura por oxígeno médico.
El doctor Alex González, director ejecutivo nacional de los Servicios y Prestaciones en Salud de la CSS, afirmó “que con esta contratación la entidad no tendrá que comprar a empresas externas este insumo, el cual constituyó durante la pandemia de la covid-19, la diferencia entre la vida y la muerte”.
Sin embargo, el pasado 15 de marzo, cuando los representantes de 10 compañías asistieron al proceso de homologación de la licitación se corroboró que el oxígeno que eventualmente se produzca en las plantas no será suficiente para atender a los pacientes ambulatorios ni a los de urgencia; tampoco los que son transportados en ambulancias.
Por tanto, la CSS sí seguiría dependiendo de empresas externas para darle soporte a los pacientes que necesiten oxígeno médico de forma ambulatoria.
La presentación de ofertas fue convocada inicialmente para el 15 de abril y luego pospuesta, a través de una adenda, para el 15 de mayo.
Una referencia importante es que los pacientes ambulatorios representan cerca del 20% de la factura que paga la CSS en oxígeno, de acuerdo con los actuales proveedores de la entidad.
Por otro lado, cuando el proyecto se le presentó a la junta directiva, la administración de Lau aseguró en un documento que, como parte del análisis del problema, la CSS evalúo la posibilidad y capacidad de la entidad para la generación, producción y distribución de oxígeno, ya sea líquido o gaseoso, para abastecer una red de 15 hospitales, 25 policlínicas, 17 unidades de atención primaria y 15 centros de atención de promoción y prevención en salud.
Pero el pliego de condiciones enlista expresamente la cantidad de unidades médicas que estarán conectadas a las plantas productoras de oxígeno y está lejos de atender las necesidades que habían detallado previamente a la junta directiva.
Son solo 16 los lugares que aparecen como los elegidos para la instalación de las plantas, nombradas con la cantidad de sistemas de concentración de oxígeno médico en sitio ( 4 en cada una), las capacidades mínimas de concentración de cada sistema a instalar y la capacidad de almacenamiento de respaldo.
La CSS tiene en total 72 unidades ejecutoras, entre las que se encuentran hospitales, centros de atención primaria de salud y policlínicas, pero si en el pliego de condiciones solo se incluye 16 lugares para la instalación de las plantas, se entiende que habrían unos 56 sitios que quedan por fuera de la contratación de los $101. 2 millones.
La CSS alega que anualmente gasta $18.3 millones en oxígeno y que la contratación de un sistema de plantas, por $101.2 millones, generará un ahorro estimado de $7 millones al año, considerando el contrato de cinco años, la inversión y la supuesta proyección de la demanda del medicamento.
Sin embargo, la referencia de precios que ha hecho la CSS respecto a lo que hoy paga y la adjudicación que tramita ni siquiera es comparable, porque el alcance del proyecto no es equiparable con el despacho de oxígeno al día de hoy.
A falta de un estudio público de factibilidad del proyecto, se desconoce si se han considerado otros gastos ocultos, como el de electricidad, para mantener las plantas trabajando las 24 horas del día y el costo del personal de la institución que tendrá que estar al mando de la maquinaria cuando la empresa que sea contratada termine de dar el servicio.
El suministro de energía es un tema de preocupación entre los participantes en el proceso de homologación. La empresa Corporación Hospitalaria América preguntó si la CSS tenía la capacidad eléctrica para hacerle frente a la instalación de las plantas de producción de oxígeno, que en muchos casos consume más energía que el mismo hospital.
Los funcionarios presentes en el acto de homologación indicaron que proporcionarían la información en las visitas de campo programadas.
Según el pliego de condiciones, la empresa que se adjudique el contrato solo dará el soporte técnico a partir de la puesta en marcha, durante cinco años. Por este mismo periodo se tendría garantía en piezas y mano de obra contra defectos de fabricación.
Esto significa que luego de cinco años, la CSS tendrá total autonomía sobre un equipo altamente técnico, habiendo comprobado en el pasado que no es capaz de operar ni un laboratorio de medicamentos, como lo evidenció el envenenamiento masivo con dietilenglicol.
Actualmente, los hospitales más grandes y la mayoría de las policlínicas son atendidas con una red de suministro que es alimentada a través de tanques de almacenamiento de oxígeno líquido, suministrado por empresas externas.
En los centros médicos más pequeños, a falta de una red, se utilizan cilindros que son conectados directamente los pacientes,
Ahora, el plan es montar las plantas de oxígeno y conectarlas a las redes existentes para que en tiempo real despachen el oxígeno que requieran los pacientes. Pero no habría forma de hacer dicha operación en los sitios en donde no hay una red.
De acuerdo con Baltazar Moreno, representante de Aceti-Oxígeno (actual proveedor de la CSS), lo más riesgoso de la licitación es que las plantas de oxígeno que se pretenden instalar no pueden garantizar de forma constante el 99% de pureza de oxígeno, que es lo que establece la reglamentación de la FDA de Estados Unidos y de la norma DGNTI-COPANIT 15-77-99, del Ministerio de Comercio e Industrias de Panamá.
Este fue uno de los puntos alertados en el proceso de homologación, especialmente porque en los requisitos de la contratación se precisa que el concentrador de oxígeno de diseño médico debe proporcionar una pureza de oxígeno estable mínima del 99%, pero con opción de ajustar dicha pureza hasta 95%.
Los funcionarios que participaron del proceso aseguraron que este punto sería modificado para que quedara claro que se solicitará una pureza del 99%, pero hasta el día de ayer no se habían observado cambios de este tipo en la documentación vinculada con el capítulo técnico de la licitación.
Por el lado de los administrativos de la CSS se ha interpretado que las críticas a la licitación responden a una estrategia de las empresas proveedoras actuales que intentan seguir con el negocio de suplir oxígeno.
Aceti-Oxígeno es el único productor local, con más de 70 años en el mercado, pero también participan con importaciones otras dos empresas: Linde y Gaspro.
El año pasado, el director ejecutivo nacional de los Servicios y Prestaciones en Salud de la CSS indicó que entendía que el proyecto tuviese cuestionamientos, ya que el mismo rompe con el esquema tradicional, en que la CSS ha adquirido este insumo médico.
Lau, por su parte, dijo que lo que están haciendo es “pisando muchos callos” y que " todos tienen que ver con aspectos económicos”.
“Tocas medicamentos y vas a tener problemas, tocas oxígeno y vas a tener problemas...”, declaró a una publicación llamada CSS avanza.
La entidad no ha dicho cómo se dará el ahorro que prometió si tendrá que seguir comprando oxígeno a las unidades que no será atendidas con esta nueva contratación.