Terminó el año 2023 y los sistemas de embalses del Canal de Panamá registraron un déficit significativo de lluvia. Se reportó una disminución del 30 % en las precipitaciones en comparación con el promedio histórico y en estos momentos se almacena solo el 50% del agua que usualmente se colecta y resguarda.
Así lo confirmó Gloria Arrocha, meteoróloga de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), en una conversación con este diario. La lluvia o más bien la falta de lluvia fue noticia durante todo el año 2023, provocando la reducción en la cantidad de barcos que utilizan la vía, generando largas filas de espera para el paso de los buques y el establecimiento de medidas de ahorro para hacerle frente a la sequía.
Es un golpe duro para un Canal que se vale del agua dulce para el paso de los barcos y que años antes había vivido bajo el esquema de pasar de 36 a 38 barcos, gracias a sus nuevas esclusas. Pero el cambio climático y la falta de un nuevo embalse le están pasando factura a la ruta comercial.
Las cifras a las que alude Arrocha, aunque alarmantes, eran lo que se había previsto para arrancar el 2024 en una de las principales arterias del comercio mundial.
Sin embargo, éstas no dejan de sorprender y generar expectativa ante la industria marítima mundial, que puede reconocer que las bipolaridades del clima están fuera del control de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), pero que intenta descifrar por qué el país no reacciona y pone en marcha un proyecto para realizar nuevos reservorios de agua.
Precisamente ayer, 7 de enero, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap) hizo un llamado para garantizar el futuro del país a través del agua.
“La planificación y construcción de reservorios de agua es una tarea pendiente del Estado desde hace décadas, esencial tanto para garantizar y proporcionar agua potable a toda la población, como para la operación del Canal”, indicó el gremio en su habitual mensaje dominical.
La junta directiva de la ACP ya recomendó al Ejecutivo en septiembre del año pasado los pasos que se deben tomar para poner en marcha un nuevo reservorio: Se necesitan reformas legales para ampliar el territorio que es considerado como cuenca del Canal y además, eliminar la restricción de hacer embalses.
El Gobierno, sin embargo, no ha hecho pública su posición frente a este vital tema, por lo que la Cámara de Comercio enfatizó en el hecho de que la crisis actual con el agua −agravada por el fenómeno de El Niño− no da otra opción que actuar con “urgencia y visión a futuro”.
Arrocha, alejada de ese radar de decisiones, recapitula y cuenta que el mes de octubre del año 2023 marcó un hito en la historia climática del Canal. Fue el más seco en 73 años.
El Niño se caracteriza por disminución de las lluvias y el aumento de las temperaturas, provocando calor y evaporación.
Recuerda que se declaró el fenómeno desde junio de 2023. Y de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), El Niño estará presente hasta abril de 2024, influyendo en los patrones que inciden en el aumento de las temperaturas tanto en tierra como en el océano.
El Canal de Panamá ha vivido su impacto de cerca. “El total de lluvia de 2023 quedó 30% por debajo del promedio. Eso desde 1950 es el tercer peor año, solo superado por 1997 y 2015. Efectivamente, El Niño evoluciona desde junio hasta ahora y está en condición fuerte. En los próximos meses sería catalogado como muy fuerte”, dijo Arrocha.
La estrategia que se ha establecido es guardar la mayor cantidad de agua posible en el lago Alajuela. “Para un uso más eficiente y por temas de evaporación- el agua- se guarda allá arriba”, dijo la meteoróloga.
Y el agua “que no se necesita para consumo humano, se pasa al lago Gatún para garantizar el tránsito de barcos”.
La ACP reportaba dentro de sus hechos relevantes, que el pasado 10 de diciembre, el embalse de Gatún (principal fuente de almacenamiento de agua), presentaba un déficit de 7.39 pies, pues se encontraba a 81.55 pies sobre el nivel del mar, cuando lo normal sería que estuviera en 88 pies.
La superficie de este embalse es de 436 km², por lo que se habría dejado de reservar una cantidad de agua equivalente a 360 mil piscinas olímpicas que hará falta ante los pronósticos de la severa temporada seca en el verano de 2024.
Para ese momento, el embalse Alajuela alcanzó niveles significativamente mejores; pero su superficie es de solo 44.3km², con lo cual su capacidad de almacenamiento es bastante limitada.
Ayer, domingo 7 de enero, el embalse de Gatún estaba en 81.63 pies, mientras que el lago Alajuela en 251.65, cuando su ideal es de 252.24 pies.
Debido a la escasez de lluvias, el caudal de los ríos que aportan agua a los embalses Gatún y Alajuela se mantiene bajo.
Arrocha indicó que esperan que los actuales niveles de los lagos mejoren o se mantengan durante la temporada seca, para permitir el paso de los 24 barcos programados a partir del 15 de enero y todo el mes febrero, sin que haya restricciones al calado de 44 pies para los buques neopanamax.
“En estos momentos hay un 60% de probabilidades de que El Niño cambie a neutral en abril, mayo o junio”, precisó Arrocha. Estar bajo estas condiciones no significa que llueva como siempre, pero el déficit de agua puede que no sea tan marcado.
El 2023 quedará entre los hitos canaleros. La capacidad de los embalses es de 1,857 hectómetros cúbicos (hm3) y solo se almacenó 900 hm3.
