El Canal panameño: 15 veces más beneficios en 25 años



Un cuarto de siglo bajo administración panameña ha convertido al Canal de Panamá en una de las mayores fuentes de orgullo nacional y progreso económico, ya que representa aproximadamente entre el 6% y 8% del producto interno bruto del país.

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Ajuste de tarifas en el Canal de Panamá ha sido un proceso constante

Entre 2000 y 2024, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) aportó al menos 28 mil 232 millones de dólares al Estado, un beneficio directo al Tesoro Nacional que no incluye la derrama económica que se genera alrededor con empresas que proveen materiales, equipos y servicios para su funcionamiento.

La Ley Orgánica de la ACP (Ley No. 19 – 1997) establece en su artículo 41: “Una vez cubiertos los costos de funcionamiento, inversión, modernización y ampliación del canal, así como las reservas necesarias previstas en la Ley y en los reglamentos, los excedentes serán remitidos al Tesoro Nacional en el período fiscal siguiente”.

En contraste, durante los 85 años de administración estadounidense (1914-1999) el país solo recibió mil 879 millones de dólares, es decir, que en menos tiempo la administración panameña le ha entregado al Estado panameño, por lo menos 15 veces esa suma.

El próximo martes 31 de diciembre, los panameños conmemorarán 25 años desde que el Canal volvió a sus manos, un hecho histórico que fue posible gracias a los tratados Torrijos-Carter firmados en 1977.

Para la subadministradora del Canal de Panamá, Ilya Espino de Marotta, “el mayor logro es que la fuerza laboral de los 8 mil 500 trabajadores ha cumplido esa meta de ser un Canal 100% panameño manejado con una tremenda eficiencia. Si nos ponemos a pensar en ciertos hitos específicos, el día de la transferencia el Canal siguió operando de una manera transparente tan eficiente más que antes de diciembre 31 de 1999″.

La ingeniera Espino de Marotta, que ya suma 39 años de servicios en el Canal ocupando distintas posiciones, también recordó que, apenas seis años después de asumir el control, Panamá emprendió el ambicioso proyecto de ampliación, un hito que transformó la industria marítima mundial.

El Canal panameño: 15 veces más beneficios en 25 años
El tercer juego de esclusas es un carril adicional para permitir el paso de buques de mayor tamaño. Opera desde el 26 de junio de 2016. LP Alexander Arosemena

El proyecto, también conocido como el tercer juego de esclusas, se comenzó a construir en 2007, luego de la aprobación del pueblo panameño mediante referéndum, y comenzó a operar nueve años después, el 26 de junio de 2016. Esta obra ya representa el 55% de los ingresos de la vía acuática.

Durante estos 25 años, el Canal ha enfrentado numerosos desafíos. Entre ellos, la pandemia de covid-19 y el impacto de una de las sequías más severas en su historia reciente.

“El Canal no cerró ni un solo día durante la pandemia, y en 2023, el tercer año más seco de nuestra historia reciente, logramos mantener tanto el Canal ampliado como el panamax operando al 100% y asegurando agua potable para el 50% de la población”, explicó Espino de Marotta.

Además de los aportes directos al Estado, que han financiado programas sociales y de infraestructura pública a través del presupuesto del Estado, el Canal ha impulsado el desarrollo de un robusto sector logístico.

Espino de Marotta resaltó que “el 72% de los portacontenedores que transitan por el Canal tocan alguno de los cinco puertos del país, lo que refuerza a Panamá como un centro logístico clave en la región”.

Reto del agua

El recurso hídrico es uno de los pilares más críticos para la operación del Canal de Panamá y para garantizar el acceso al agua potable para gran parte de la población panameña.

Actualmente, el 50% de los habitantes del país (unos 2 millones de personas que residen en la periferia del Canal) dependen del agua que se extrae de los lagos Gatún y Alajuela, los mismos reservorios que suministran el líquido necesario para las esclusas del Canal.

El Canal panameño: 15 veces más beneficios en 25 años
Lago Gatún. Vista aerea del Canal de Panamá. 25 de junio de 2024. Foto: Alexander Arosemena

Este equilibrio entre el consumo humano y las operaciones del Canal se ha vuelto cada vez más desafiante debido a los efectos del cambio climático y las sequías recurrentes.

Espino de Marotta recordó que en 2023 el país enfrentó el tercer año más seco en la historia del Canal, lo que obligó a reducir los tránsitos de buques para priorizar el suministro de agua potable a la población.

Este fenómeno no es aislado; los años secos se han vuelto más frecuentes y severos, revelando la urgencia de adoptar soluciones a largo plazo para garantizar el recurso hídrico.

Entre las iniciativas planteadas, el proyecto del embalse o lago de río Indio surge como una alternativa clave para atender las necesidades tanto del Canal como del consumo humano. Este proyecto se encuentra actualmente en la etapa de consulta con las comunidades de esa zona de la cuenca hidrográfica. La ACP ha comenzado un censo para identificar el impacto del proyecto en las comunidades afectadas. Se estima que la construcción del embalse, si el proyecto es aprobado, podría comenzar en 2026 y estar listo en 2031.

El Canal panameño: 15 veces más beneficios en 25 años
Reunión de la subadministradora Ilya Espino de Marotta con moradores de comunidad de Las Marías de Penonomé. Cortesía

La necesidad de nuevos reservorios es urgente. Se están construyendo dos nuevas plantas potabilizadoras que incrementarán la extracción de agua de los lagos existentes, una medida que, aunque necesaria, añade presión a los ya limitados recursos hídricos.

Espino de Marotta subrayó que estos desafíos no son exclusivos de Panamá, ya que otras grandes vías fluviales del mundo, como el Amazonas y el Mississippi, también enfrentan problemas derivados del cambio climático.

Sin embargo, dijo que el Canal tiene una ventaja estratégica: una gestión comprometida con el desarrollo sostenible y proyectos que beneficien tanto a las comunidades afectadas como al país en su conjunto.

En este contexto, se pretende garantizar el agua no solo para mantener la competitividad del Canal, sino también para asegurar la calidad de vida de más de 2 millones de panameños. Este doble reto refuerza la importancia de planificar y ejecutar medidas que protejan este recurso vital, sin el cual el Canal no podría continuar siendo el motor económico y social del país que ha sido en los últimos 25 años.


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