El desafío del Biomuseo ante la convulsión que mantiene a los visitantes alejados



El Biomuseo está en un lugar único y estratégico en la ciudad de Panamá. Pero paradójicamente esa misma ubicación, desde donde se pueden ver los rascacielos de la ciudad, el Casco Antiguo, el Puente de las Américas y el cerro Ancón ha sido una maldición por estos días. Llegar a Amador ha sido imposible para cualquier visitante.

La convulsión social que ha vivido el país, con los cierres de calles, bloqueos y protestas en rechazo al contrato minero, revivió los temores de la pandemia, cuando no había turistas que atender, ni suficientes ingresos para seguir con las puertas abiertas de par en par.

La crisis actual por las protestas redujo en 70% el flujo de caja del museo. Ocasionó la cancelación de eventos y se tuvo que reducir la planilla en 50%. Solo estarán abiertos los fines de semana. Así lo comunicó la Fundación Amador, que administra el Biomuseo.

El desafío del Biomuseo ante la convulsión que mantiene a los visitantes alejados
Protestas en El Chorrillo. Ciudadanos encapuchados se enfrentaban a los agentes de la Policía que intentaban reabrir las avenidas. Richard Bonilla

Ana Lucrecia Tovar, presidenta de la Fundación Amador, habló con La Prensa sobre la titánica tarea de mantener, en tiempos turbulentos, las exhibiciones, el acuario y la misma escultura que representa el edificio diseñado por el arquitecto Frank Gehry.

El desafío del Biomuseo ante la convulsión que mantiene a los visitantes alejados
Océanos divididos, el nuevo acuario del Biomuseo

Los tiempos han sido desleales con el museo, que tuvo un costo superior a los $90 millones.

Inició operaciones desde el 2014, pero fue hasta el 2018 cuando se tuvieron listas todas sus salas. “Fue un total éxito. En el 2017 tuvimos alrededor de 147 mil visitantes; en el 2018, igual cantidad. Y en 2019, alrededor de 140 mil visitantes”, recordó Tovar.

Sin embargo, aterrizado el 2020 -bautizado como el año de la pandemia- el Biomuseo estuvo cerrado desde abril hasta octubre de ese año. “En noviembre de ese año abrimos parcialmente. Ese año tuvimos 34 mil visitantes en el museo y en el 2021, unas 30 mil visitas”.

Todavía el covid-19 rondaba la economía, pero a partir de ese 2021 se empezó a ejecutar un programa paulatino de apertura, en el que se iba midiendo la temperatura de los ingresos, por donación y taquilla, y el número de visitantes, hasta finalmente abrir seis días a la semana justo en octubre de 2023, cuando explotó el hartazgo nacional, que tenía como centro de lucha el rechazo al contrato minero entre el Estados y Minera Panamá.

Ese Biomuseo, que cerró el año 2022 con 54 mil visitantes, ya había conseguido 96 mil visitantes en 2023, para intentar finalizar “con un promedio de más o menos 110 mil a 115 mil visitantes”, según explicó Tovar.

Sin embargo, el esfuerzo de los últimos dos años se vino a pique.

“El museo había logrado llegar a un punto de equilibrio de más o menos 85% de sus ingresos. Eso para un museo es excelente. Los museos, en términos generales, no viven solo de la taquilla. Los museos viven principalmente de donaciones”, indicó Tovar.

Desde marzo del 2020, debido a las crisis del Covid-19, el Biomuseo se vio forzado a cerrar sus operaciones. Este cierre se extendió por un año, poniendo nuestras finanzas en una situación complicada. A partir del 2021 volvieron a abrir las puertas al público, pero con horarios reducidos que se fueron normalizando, hasta caer en un ciclo regresivo ahora en 2023, producto del bloqueo de calles en Panamá.


¿Por qué deciden cerrar prácticamente todos los días?

“Al no haber clases, se cancelaron todas las visitas escolares que quedaban hasta final de año. Noviembre y diciembre son dos meses muy importantes en visitas escolares. Todos los turoperadores, que son los que tienen relación directa con los cruceros, con las agencias de viajes, tuvieron que cancelar todas sus reservas”.

Para poner en perspectiva lo que representa el Biomuseo, éste recinto simboliza una poderosa sinergia, entre el arte de Gehry [que diseñó el edificio] y las exhibiciones científicas que cuentan la historia del surgimiento del istmo de Panamá hace tres millones de años y de cómo ese surgimiento unió continentes, dividió mares y cambió la biodiversidad del planeta.

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Frank Gehry es reconocido por las innovadoras y peculiares formas de los edificios que ha diseñado. LP Richard Bonilla

¿Cuánto cuesta un día operativo del museo?

“Para bien o para mal tenemos la experiencia de lo que significó dejar de operar y volver a abrir en la pandemia. Tener el museo abierto por día, en términos generales, cuesta entre 8 mil y 9 mil dólares... El estándar que tiene el Biomuseo es alto y eso cuesta mucha plata. Cuando cerramos en pandemia, igual teníamos gastos y es lo que nos está pasando ahora. El hecho de que nosotros no abramos de lunes a viernes, no significa que no tenemos que tener el aire prendido, por ejemplo. Dentro del museo tenemos equipo tecnológico, fósiles, un acuario, material artístico muy antiguo que necesita de una temperatura específica para que no se deteriore. La estructura, que es una de las cosas que más cuesta”.

" Lastimosamente nos vamos a mantener así hasta que encontremos un punto de equilibrio que nos permita abrir poco a poco”, precisó Tovar respecto a los únicos dos días que están operativos por semana.

El Biomuseo pasó de tener entre 600 y 700 visitantes diarios a cerca de 200 personas.

Probablemente si sus gastos no fueran tan alto y los años previos a la actual crisis no hubiesen sido tan traumáticos, las decisiones que hoy se han tomado fueran menos estrictas. Pero ese no es el caso.

“Hemos logrado cubrir un mes de déficit. Con las donaciones que hemos recibido, el mes de noviembre está cubierto. Pero estamos aspirando a recolectar alrededor de 30 mil dólares más con donaciones. Ya tenemos varios compromisos de donantes que nos apoyarán...”, expresó Tovar, que aunque sabe que la situación actual es transitoria, ha visto en el pasado reciente el tiempo que toma lograr el equilibrio en la cantidad de visitantes.

La mano de obra también ha sufrido un revés. Antes de la pandemia habían alrededor de 100 personas activos, cantidad que bajó a cerca de 23, para sumar a cerca de 44 personas antes de la crisis, pero la planilla se redujo en 50%.

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Hojas fósiles se reflejan en la superficie de la roca que es parte de la colección del Biomuseo.

Se trata de una mano de obra altamente calificada: curadores de museos, biólogos, especialistas en acuarios, guías bilingües, arquitectos, diseñadores gráficos, cuyo trabajo trasciende lo que hacen directamente, pues también dan servicios externos a otros museos que generan ingresos de autogestión para el Biomuseo.

Tovar espera que se vuelvan a contratar todas las personas que han resultado desvinculadas.

El desafío del Biomuseo ante la convulsión que mantiene a los visitantes alejados
El Biomuseo es un centro de historia natural que se encuentra en la ciudad de Panamá. Su intención es cambiar la manera en que vemos, entendemos y conservamos la naturaleza y su biodiversidad. Archivo

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