No solo los océanos sufren los efectos del cambio climático. Los mares y aguas de interior como el mar Caspio afrontan un importante ritmo de evaporación que presagia un descenso en el nivel de sus aguas de entre 9 y 18 metros en este siglo, con consecuencias en la población, la biodiversidad y la geopolítica.
La ciudad de Bakú (Azerbaiyán), sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que arranca el lunes 11 de noviembre de 2024, está bañada por las aguas de este mar interior que, con 371.000 km2, es el más grande del mundo y se encuentra ubicado entre Asia y Europa y rodeado por cinco países: Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Rusia y Turkmenistán.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), estas aguas, ricas y con reservas importantes de petróleo y gas natural casi únicas en el mundo, tienen un gran interés económico y político, riqueza, que a la vez ha acarreado grandes amenazas ambientales.
Entre ellas destacan la contaminación industrial, la evaporación, los desechos tóxicos y radioactivos, los derrames de hidrocarburos, la sobre-explotación de la pesca y la destrucción de parte del hábitat marítimo con serios peligros para el futuro de estas aguas, punto de confluencia de diversas culturas y políticas a lo largo de la historia.
Eje vital de antiguas civilizaciones, estas aguas se extienden a lo largo de unos 1,400 kilómetros con una anchura máxima de 320 kilómetros, lo que favorece diferencias en su salinidad, más dulce en el norte, por la entrada de aguas de río, y más salado al sur. Su profundidad media es de 211 metros, pero cerca de la costa iraní puede alcanzar hasta los 1,025 metros.
Es además un ecosistema único en biodiversidad y el hogar de un gran número de especies, entre las que destacan los esturiones (caviar), y la foca del Caspio (Phoca caspica) especie endémica y una de las pocas focas que viven en aguas interiores.
El descenso observado en las últimas décadas en las aguas del Caspio es un recordatorio diario de su vulnerabilidad ambiental a la que está sometido y que también tiene efectos en su superficie: desde la década de los 70, ha pasado de perder al año entre uno y dos centímetros, a entre seis y siete centímetros.
Dependiendo del aumento de las temperaturas globales, y si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, el Caspio verá también amenazada la economía y la estabilidad regional, en la que alrededor de unos 100 millones de personas viven en sus países ribereños.
A falta de horas para el comienzo de las COP29, los mandatarios mundiales piden una “acción conjunta” para mitigar los efectos de la contaminación que padece y hacen hincapié en mejorar la acción climática a través de una mayor participación de los actores no estatales.
En palabras del presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, el Caspio, componente principal del ecosistema y la economía de la región, se enfrenta a graves problemas debido al cambio climático: “El rápido descenso de sus aguas en las últimas décadas es un vivo ejemplo de las consecuencias del calentamiento global”.
Desde el punto de vista geopolítico, el Caspio goza de gran interés, por varios motivos: el primero por ser rico, sobre todo en petróleo y gas, y en segundo lugar por su importancia como nudo estratégico de comunicaciones y comercio marítimo, entre sus puertos y grandes economías de Europa y Asia, a lo que se suma la carencia de un estatuto legal aceptado por los estados ribereños.
Cabe destacar que las últimas semanas los gobiernos de los países que rodean el Caspio han ultimado un proyecto de plan de acción regional “Plan del Protocolo de Aktau” para la implantación del protocolo sobre cooperación, preparación y lucha contra los sucesos de contaminación por hidrocarburos del Convenio de Teherán.
Además, esta aguas únicas también cuentan con otros proyectos e iniciativas internacionales como Caspinfo, financiado por la Unión Europea, y que tiene como objetivo fortalecer la infraestructura de gestión de datos en torno al Caspio, o Casseadi, la creación de un gemelo de simulación digital de sus aguas.