La ciudad de Panamá y el aeropuerto JFK de Nueva York están aproximadamente a 2,207.20 millas de distancia. Por pasajero en clase económica, se pueden estar generando 508.30 libras (60.90 galones) de dióxido de carbono (CO2) al planeta, según la calculadora de la Organización de Aviación Civil Internacional. Si viaja en premium, sería el doble de las emisiones: 1,016.60 libras.
Cada vez más viajeros se preocupan por el medio ambiente, y aunque el placer de viajar en avión aumenta y no se detiene, el reto de hacer que el transporte aéreo sea más sostenible y limpio está en la ruta de vuelo de la industria. Se pronostica que al cierre de este año viajarán por este medio de transporte 9,700 millones de pasajeros en todo el mundo y 795 millones solo en Latinoamérica y el Caribe, según el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI World).
Para el 2042, la cifra de pasajeros alcanzará los 19,300 millones en todo el mundo: 8,700 millones internacionales y 10,600 millones pasajeros de tráfico nacional en los países. Con esta cantidad récord de viajeros en el horizonte, sigue siendo un desafío alcanzar de forma eficiente la reducción de la huella que deja el transporte aéreo en el planeta, siendo responsable de al menos el 2% de los gases de efecto invernadero.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) actualizó la semana pasada su hoja de ruta para reducir a cero las emisiones de carbono para el año 2050, comparando varios escenarios y medidas. El principal hallazgo es que se reafirma que uno de los elementos claves para descarbonizar la aviación es el combustible.
“Los combustibles de aviación sostenibles (SAF) serán responsables de la mayor cantidad de reducciones de CO2 para 2050. El papel de los SAF varía entre el 24% y el 70% (con un valor medio del 53%). Esta amplia gama refleja las incertidumbres respecto de la posible acción gubernamental de apoyo, el nivel de inversiones, el costo de producción y el potencial de ganancias, así como el acceso a las materias primas”, indica el reporte de la IATA.
En Panamá, al ser un hub de aviación, se requieren diariamente entre 600,000 y 800,000 galones de combustible de aviación, también llamado jet fuel, para todas las operaciones y aerolíneas en el Aeropuerto Internacional de Tocumen. Los principales proveedores son Petróleos Delta, Chevron y Terpel, y aún no se produce ni una sola gota de SAF y tampoco se importa porque no hay suficiente producción en la región.
Solo en el Aeropuerto Internacional de Tocumen se registran mensualmente 12,184 operaciones aéreas, de las cuales 10,676 son comerciales y el resto de aviación general y carga. Cada una de esas aeronaves requiere el suministro de combustible de forma segura y constante.
El plan de descarbonización de Panamá, según la Estrategia de Hidrógeno Verde, apunta a una meta para el año 2050 de lograr que el 30% de la oferta de combustible de aviación provenga del Hidrógeno verde H2V o de combustible de aviación sostenible (SAF).
Se estima que entre el 62% y el 65% de la reducción de emisiones de carbono de la industria aérea para 2050 provendrá de la adopción del SAF, el 3% de mejoras en el negocio, es decir, que sea más eficiente la operación, el 13% será aportado por las nuevas tecnologías de los aviones, el 11% de las tecnologías de captura, almacenamiento y uso de carbono conocidas como CCUS y el 8% con las medidas de compensación de carbono.
En 2022, la producción global de SAF se triplicó y alcanzó los 300 millones de litros (240,000 toneladas) luego de estar en 100 millones de litros en 2021. En 2023 alcanzó un total de 600 millones de litros de SAF, mientras que para este año se proyecta una producción de 1,875 millones de litros, pero eso solo significará el 0.53% de la necesidad de toda la industria de la aviación, mencionó el director general de la IATA, Willie Walsh.
Recalcó que la producción esperada para este año de 1,875 millones de litros (1.5 millones de toneladas) de SAF no alcanzará. “Incluso con ese impresionante crecimiento, SAF como parte de toda la producción de combustibles renovables solo crecerá del 3% de 2023 al 6% en 2024. Esta asignación limita la oferta de SAF y mantiene los precios altos. La aviación necesita entre el 25% y el 30% de la capacidad de producción de combustible renovable para las SAF”.
Según datos de S&P Global Commodity Insights, hasta el 25 de marzo de 2024, el precio del SAF fue casi el doble que el del combustible regular o el jet fuel, con un promedio mensual de $187.7 por barril. A pesar de esto, el precio del SAF mostró una reducción del 23% con respecto a marzo de 2023 y se ubicó 1% por debajo en comparación con febrero de 2024. Según la Asociación Latinoamérica y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) en marzo, el precio promedio del jet fuel fue de $109.41 por barril, alcanzando un máximo de $114.1.
Se tiene como meta que para el 2030, es decir, en apenas seis años, el 5% de todo el combustible de aviación que se consuma en el mundo sea sostenible, para eso se requieren 17,500 millones de litros. Y para ser cero emisiones para el 2050, la industria necesitará el suministro de 450 mil millones de litros de SAF.
¿Qué hace Copa para reducir su huella?
Laura Plata, responsable de las actividades de sostenibilidad de Copa Airlines, señala que la meta de la aerolínea es reducir en un 14% las emisiones de carbono de todas sus operaciones para el año 2026 a través de diferentes medidas como la eficiencia operacional y de combustible, reducción del uso del plástico de un solo uso, incorporación de la energía renovable, reciclaje, movilidad eléctrica en los equipos de tierra y apoyo de la operación, entre otros.
Entre las medidas explicó Plata que está el plan de desecho de combustible y aguas oleosas que resultan de las operaciones. Esas sustancias se envían a proveedores autorizados que las recolectan para su reutilización como combustible alternativo en sistemas de bajas emisiones.
En 2023, la aerolínea recolectó 11 mil galones de combustible contaminado y aceite automotriz usado, junto con 590 mil galones de agua oleosa. “El proveedor se encarga de recuperar hasta un 95% del agua oleosa recolectada, sometiéndola a un proceso de tratamiento para elevar su calidad a niveles aceptables”.
Otra de las medidas es que se han incorporado flotas de equipos eléctricos en las operaciones de asistencia en tierra dentro del aeropuerto. La aerolínea adquirió 21 tractores de equipaje eléctricos, 4 tractores eléctricos de retro empuje de aeronave, 10 correas de equipaje eléctricas y un camión de drenaje.
“Estos equipos eléctricos están impulsados por baterías de litio recargables, reemplazando los motores diésel tradicionales”. Con estas unidades se reducirán este año 500 toneladas de CO₂.
En el uso de plásticos, se adoptaron productos biodegradables. Se estima que mensualmente se eliminan aproximadamente 500,000 revolvedores de plástico, lo que equivale alrededor de 6 millones de unidades por año, y se eliminaron también 2 millones de vasos de plástico, además de la adopción de kits de amenidades sostenibles, que se hacen con botellas de plástico reciclado.
“Durante el año 2023, Copa Airlines recicló un total de 168 toneladas, incluyendo botellas de plástico de 1.5 litros, envases tetra pack y cajas de cartón. Para el año 2024, la Aerolínea está evitando el uso de 23 millones de vasos de plástico, lo que significa una reducción de unas 134 toneladas de este material que ya no se generarán. Esta cantidad se compara con el peso aproximado de dos aviones Boeing 737 Max 9″.