Expertos del sector inmobiliario que participaron ayer en el evento virtual Café con La Prensa coincidieron en que este es un buen momento para invertir en bienes raíces, mientras se está pasando de una situación de recesión a una de recuperación tanto de la economía como del mercado inmobiliario.
El presidente de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces (Acobir), Francisco Cheng, señaló que 2020 fue un año de muchos desafíos por la pandemia y las restricciones sanitarias impuestas.
Pese al menor ritmo de ventas, el inventario total disminuyó, ya que hubo muchos proyectos que estaban en construcción o preventa que se detuvieron, de manera que aquellas residencias que estaban listas para ocupar, se fueron absorbiendo, aunque lentamente, por el mercado. En este momento hay unas 24 mil unidades disponibles.
El experto dijo que las ventas se recuperaron en 2021 y en el primer trimestre de 2022, con la expectativa de que la tendencia continúe durante lo que resta de año y los próximos ejercicios.
El presidente de Acobir dijo sentirse optimista sobre la evolución del mercado porque para este año el Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento de la economía panameña de 7.5%, tras haber repuntado un 15.3% en 2021; se espera que la tasa de desempleo siga cayendo; mientras los indicadores de préstamos hipotecarios reflejan también una recuperación y podrían regresar a niveles prepandemia este año, hito que no se alcanzó todavía en 2021.
Aldo Stagnaro, asesor inmobiliario, dijo que el mercado de bienes raíces se suele mover entre cuatro etapas: recesión, recuperación, expansión y exceso de oferta.
Tras un ciclo de recesión entre 2019 y 2021, con el fuerte impacto de la pandemia, según el especialista actualmente estaríamos entrando en fase de recuperación.
Uno de los indicadores que va a marcar la tendencia es el empleo. A medida que las personas recuperan su puesto de trabajo y su ingreso, esto hace que aumente el consumo. Una economía robusta y que genere actividad de manera continua, más allá de los megaproyectos, será importante para afianzar esa etapa de recuperación a la que se refiere Stagnaro.
Otra variable fundamental, a su juicio, es la inversión extranjera, que se empieza a recuperar, como por ejemplo a través de los proyectos anunciados la semana pasada de un nuevo puerto en Colón y una planta de producción de biocombustible en Colón y Panamá.
En lo que se refiere a la inversión en bienes raíces, Cheng apuntó que desde en el primer trimestre del año se nota un mayor interés de inversionistas procedentes de Colombia, situación que podría estar relacionada con la incertidumbre política generada alrededor del torneo electoral que se vive en el país vecino.
Teniendo en cuenta estas premisas, Stagnaro dijo que en el negocio de bienes raíces no necesariamente se compra cuando todo el mundo lo está haciendo. Luego de llegar a su nivel más bajo, comentó, el precio rebota y el inversionista tiene que empezar a aprovechar esos precios porque la tendencia va hacia arriba, y lo que se quiere evitar es comprar en el pico.
Tendencias
El mercado inmobiliario experimenta nuevas tendencias, algunas marcadas por la pandemia del nuevo coronavirus.
Entre los temas más citados por la audiencia del foro estaba el precio de las viviendas, que en algunas ocasiones son inaccesibles para personas de determinado nivel de ingreso.
Stagnaro planteó en este tipo de situaciones que el alquiler puede ser una alternativa y rechazó la creencia de que alquilar es “botar la plata”, puesto que se está pagando por un espacio durante un tiempo y se está viviendo una experiencia.
También se refirió a la posibilidad de alquilar una propiedad con opción a compra, de manera que parte del canon de arrendamiento se pueda utilizar para la eventual compra de la propiedad.
Por su parte, Cheng señaló que el precio de la vivienda está determinado por el costo del terreno y de la construcción, afectado por las presiones inflacionarias.
Reconoció que la tendencia de construcción es hacia espacios más eficientes y compactos, lo que ha permitido a los desarrolladores ofrecer propiedades dentro del rango de interés preferencial, que llega hasta $180,000.
La reducción de espacio en las viviendas se ha compensado en términos generales con más áreas abiertas, espacios de trabajo compartidos o coworking y terrazas o rooftops, amenidades que se ofrecen en algunos proyectos y que han ganado protagonismo con la pandemia.
De igual forma, según Cheng, el mercado de playas se ha dinamizado ya que una persona puede trabajar desde su residencia en la costa.
En el interior, Stagnaro también se refirió a ubicaciones en Chiriquí, como Boquete, y en Veraguas, como Santa Fe, como lugares donde merece la pena invertir por su atractivo para los jubilados expatriados.