El año pasado, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) registró 278,946 contratos, cifra que representa un incremento del 6% frente a los 262,874 reportados en 2023.
Aunque el número de nuevos contratos ha mostrado una tendencia ascendente desde 2021, el ritmo de crecimiento es inferior al reportado en 2022 y 2023.
Aún más preocupante, advierten economistas consultados, es que la cifra registrada el año pasado fue un 26.3% menor que la de 2019, cuando la economía generó 445,722 nuevos contratos, evidenciando la dificultad para generar más puestos formales.
Actualmente, la tasa de desempleo en Panamá, según la encuesta realizada por la Contraloría General, es del 9.5%, lo que representa un incremento de 2.1 puntos porcentuales con respecto a agosto de 2023. Además, el porcentaje de trabajadores informales alcanza el 49.3%, superando los niveles reportados en agosto de ese mismo año.
Otro aspecto que preocupa a los analistas es que el 73% de los nuevos contratos registrados a nivel nacional fueron por tiempo definido o por obra terminada, mientras que solo 73,350 fueron de carácter indefinido, lo que limita a los trabajadores en el acceso a créditos y financiamientos bancarios al no contar con estabilidad laboral.
Para la presidenta de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), Giulia De Sanctis, es clave resolver la situación de la Caja del Seguro Social (CSS), ya que es fundamental para dinamizar la economía y atraer más inversión extranjera directa (IED).
Destaca también la importancia de diversificar la economía con nuevos sectores que generen más empleo, al tiempo que se aumente la inversión en infraestructura para fortalecer industrias tradicionales como el turismo y la logística.
Hasta septiembre de 2024, la IED alcanzó los $2,337 millones, lo que representó un incremento del 69.7% en comparación con el mismo período del año anterior.
Sin embargo, a pesar de este aumento, el flujo de capital extranjero se mantuvo muy por debajo de los $4,735 millones registrados en el mismo periodo de 2019, cuando la economía recibió un total de $4,835 millones.
De acuerdo con la Cepal, los años 2015, 2016, 2017 y 2018 fueron, desde 2003, los de mayores flujos de inversión extranjera en el país, con más de $5,000 millones anuales. Antes de la pandemia, Panamá era el principal destino de la IED en Centroamérica y el Caribe; sin embargo, ese puesto ahora lo ocupa Costa Rica, seguido de cerca por República Dominicana.
Falta de confianza
Para René Quevedo, asesor en temas laborales y consultor empresarial, la crisis laboral de Panamá no es de empleo, sino de confianza.
Explica que el comportamiento de los contratos está directamente relacionado con los menores niveles de inversión privada, a raíz de la pérdida del grado de inversión y el aumento de las tasas de interés en los financiamientos bancarios al sector productivo, lo que ha impactado la capacidad de la economía para generar empleos formales.
Quevedo señala que los datos oficiales indican que entre agosto de 2013 y agosto de 2023 se perdieron aproximadamente 26 mil empleos asalariados en el sector privado, mientras que en el mismo periodo se sumaron 77 mil funcionarios y 235 mil trabajadores informales a la economía.
Según sus cálculos, por cada trabajador formal del sector privado que perdió su empleo en esa década, la economía incorporó a tres funcionarios y nueve informales, lo que refleja un proceso de precarización y estatización laboral sin precedentes en la historia del país, producto de la pérdida de confianza en el clima de inversión privada.
“En agosto de 2023 teníamos casi la misma cantidad de asalariados privados (853,938) que en agosto de 2012 (853,663), y, además, solo el 18% de los trabajadores informales cotiza en la CSS. Las cifras demuestran de manera contundente que nuestra economía no genera empleo formal; lo genera el Gobierno, a través de préstamos. Somos una economía de informales y funcionarios financiada con deuda, lo que es insostenible”, agregó.
El número de nuevos contratos registrados por el Mitradel el año pasado estuvo un 38.5% por debajo de los reportados hace 10 años, cuando sumaron 453,946.
Para el economista y catedrático Raúl Moreira, el país carece de una estrategia para revertir el creciente desempleo y la informalidad en Panamá. Además, advierte que, por el contrario, se están permitiendo prácticas que van en contra de lo establecido en el Código de Trabajo.
“El Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral ha sido el gran ausente en esta tarea, ya que se ha incrementado la práctica de no pagar las jornadas extraordinarias laboradas, como establece el Código de Trabajo, y en su lugar se otorga el llamado ‘tiempo por tiempo’ a los trabajadores. Esto no solo no compensa proporcionalmente el tiempo trabajado, sino que también disminuye sus remuneraciones del XIII mes y reduce los aportes al Tesoro Nacional y al Seguro Social”, indicó.
Tendencia regional
La baja generación de empleos formales y el aumento de la informalidad no son problemas exclusivos de Panamá, sino tendencias que afectan a toda Centroamérica. Esta semana, la Federación de Cámaras de Comercio del Istmo Centroamericano (Fecamco) presentó los resultados de su estudio “El empleo en Centroamérica: desafíos y oportunidades para el desarrollo de la región”, el cual concluyó que cada año se suman al mercado laboral regional más de 500 mil jóvenes en búsqueda de empleo, pero las economías no están generando suficientes plazas formales para absorber esa nueva mano de obra.
“Por lo tanto, la problemática de la informalidad crece anualmente en toda la región, lo que se traduce en trabajos con baja remuneración, poca estabilidad y sin acceso a prestaciones laborales ni seguro social, generando inestabilidad para el trabajador.
Centroamérica es una región cuya tasa de desempleo en 2023 oscilaba entre el 1.7% y el 7.8%, niveles relativamente bajos en comparación con otros países de Latinoamérica”, resalta el estudio.
No obstante, el documento advierte que la principal fuente de ocupación en la región sigue siendo el trabajo informal, el cual en 2023 representaba entre el 45.3% y el 80% de la fuerza laboral total. “Por ello, la creación de empleos formales se vuelve un reto clave para garantizar estabilidad, oportunidades de desarrollo y acceso al Seguro Social”, destaca el informe.
La Fecamco recomienda aumentar la inversión nacional e internacional, lo que requiere un entorno favorable para los inversionistas. Esto implica garantizar certeza jurídica, simplificar trámites, mejorar la infraestructura y la movilidad, fortalecer la interconexión regional y asegurar una mano de obra capacitada.
Asimismo, el gremio destaca acciones concretas para fomentar la generación de empleo, como la integración regional, el fortalecimiento de la seguridad jurídica, la incidencia en políticas públicas para atraer inversión, la mejora de la conectividad entre los países, la capacitación de la fuerza laboral y una revisión de las políticas laborales para adaptarlas a las necesidades del mercado.
Para reducir el desempleo y la informalidad en Centroamérica, el estudio resalta la importancia de formar cadenas de valor entre los países, eliminar barreras arancelarias y no arancelarias, y crear un Observatorio Regional de Competitividad. Además, enfatiza que el fortalecimiento del Estado de derecho y el combate contra la corrupción son esenciales para brindar certeza jurídica y seguridad a los inversionistas.
En este sentido, Fecamco sugiere homologar y simplificar la regulación fiscal en la región, así como apoyar la implementación de medidas de seguridad para mejorar el entorno empresarial.
También señala que es fundamental que los gobiernos adopten políticas de largo plazo enfocadas en atraer inversión y generar empleo formal. Para ello, el informe recomienda reducir los trámites burocráticos que dificultan la apertura de empresas y establecer una oficina regional que coordine los esfuerzos de atracción de inversión extranjera.
“La interconexión regional también juega un papel determinante, por lo que se deben impulsar proyectos conjuntos de infraestructura ferroviaria y vial, mejorar la eficiencia portuaria e incentivar la conectividad aérea, facilitando así el comercio y la movilidad en la región”, concluye el estudio.
Expectativa
Aunque todavía no se sabe cómo terminarán los cambios propuestos por el Gobierno a la Caja del Seguro Social, sumado a la tensión entre Panamá y Estados Unidos debido a las amenazas de la administración de Donald Trump, la expectativa laboral para este año se mantiene alta.
El estudio Balance 2024 y expectativas 2025, realizado por la firma especializada en temas laborales Konzerta, indica que el 38% de los especialistas en recursos humanos encuestados prevé una mejora en el mercado laboral para 2025.
Esta cifra representa un avance respecto a la edición anterior del estudio, cuando solo el 15% tenía una valoración positiva sobre el panorama laboral esperado para 2024.
El documento destaca que el 50% de los expertos tiene una perspectiva optimista respecto a incrementos salariales y nuevas contrataciones.
Panamá es el segundo país de la región con la mayor proyección de aumentos salariales para 2025, solo superado por Argentina, con un 80%. Le siguen Perú, con un 47%; Ecuador, con un 36%; y Chile, con un 35%, según el informe de Konzerta.
“Cuatro de cada 10 especialistas en recursos humanos de Panamá prevén una mejora en el mercado laboral durante 2025, lo que representa un aumento de 23 puntos porcentuales respecto al año anterior y posiciona al país como el tercero de la región en términos de visión positiva sobre el año entrante”, explica Jeff Alejandro Morales, gerente de marketing de Konzerta.
Acciones a tomar
El presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Gabriel Diez Montilla, considera que es necesario aplicar ciertas medidas mientras se resuelven los problemas que limitan el crecimiento del país y la generación de empleos. Entre ellas, menciona la nueva ley de intereses preferenciales y ajustes a la normativa de las asociaciones público-privadas, que, en su opinión, reactivarían el sector construcción.
Igualmente, estima fundamental establecer una política de desarrollo turístico con la debida promoción, ya que la construcción y el turismo son dos sectores que generan empleo formal a corto plazo.
“Adicionalmente, tenemos que trabajar en políticas públicas de desarrollo productivo para formar más profesionales que, a su vez, puedan ser empleados por el sector privado. Por ejemplo, el Instituto Técnico Superior Especializado tiene su capacidad de estudiantes copada en un 97% y más del 80% de los graduados son contratados inmediatamente. Tenemos que llevar ese modelo a los IPT a nivel nacional y al Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano, pero no podemos quedarnos allí. Nuestro sistema de aprobación de nuevas carreras debe estar alineado con el mercado, y tenemos que establecer procesos dinámicos que permitan a los estudiantes terminar su formación con prácticas estructuradas”, comentó.
Diez sostiene que la reducción del desempleo solo es posible con preparación profesional y académica, reglas claras para invertir, menos burocracia y planes coordinados entre el gobierno y el sector privado.
Sectores clave
El presidente del Conep considera que, en la última década, el crecimiento del producto interno bruto del país se sustentó en el desarrollo de sectores como la logística, construcción, banca, turismo, comunicaciones, comercio y agroindustria.
Señala también la importancia de fortalecer el sector agropecuario y agroindustrial, por su capacidad de crecer de manera exponencial, al igual que el turismo y la construcción. “Las decisiones que tomemos sobre Minera Panamá y la reserva multipropósito de agua de Río Indio tienen el potencial de generar empleo formal y de calidad. Todos estos sectores tienen un efecto multiplicador en la economía, lo que impulsa la generación de empleo”, explicó.