La economía muestra síntomas de recuperación tras la fuerte contracción experimentada en 2020, pero el empleo muestra cierto rezago y la tasa de informalidad se elevó durante la pandemia.
Este fue uno de los temas abordados ayer en el evento Café con La Prensa por Domingo Latorraca, socio fundador de Elemente, y Felipe Chapman, socio de Indesa.
Latorraca señaló meridianamente que “el reto que tenemos como nación es recuperar el empleo”.
Las estadísticas oficiales reflejan una tasa de desempleo en 2021 de 11.3%, inferior a la del año anterior. No obstante, parte de la caída se explica porque la población que está dispuesta a participar en el mercado laboral ha disminuido respecto a los niveles previos a la pandemia, lo que reduce la tasa de desempleo.
El economista Felipe Chapman señaló que “si tomáramos los niveles previos a la pandemia de cuántas personas estaban dispuestas a trabajar, inclusive con una población total menor, la tasa de desempleo sería mucho mayor”.
Otro fenómeno agravado por la pandemia está en los elevados niveles de informalidad, con una incidencia de 48% en 2021. Chapman dijo en el foro que “esta es de las primeras cosas que debemos atacar si queremos pasar a ser un país más próspero y desarrollado”. En el mismo sentido, Latorraca apuntó que “hasta ahora esa informalidad ha permitido que el panameño resuelva, pero no podemos apostar a que eso sea de manera permanente. Tenemos que atacar esa realidad del alto nivel de informalidad y alto nivel de desempleo que tenemos hoy en día”.
Un mercado laboral débil se traduce en menores niveles de ingreso disponible, que pese a mostrar cierta recuperación, sigue por debajo del periodo prepandemia.
Chapman precisó que los países más prósperos y con mayores índices de desarrollo tienden a tener a la mayor parte de su población en niveles de ingreso medio y que si Panamá quiere dar ese paso se deben afrontar reformas estructurales en áreas como educación, salud y el mercado laboral.

Latorraca apuntó también a la importancia de generar confianza en el sector empresarial, ya que así el empresario seguirá invirtiendo y generando empleo, y se recuperarán los niveles de inversión extranjera directa, aprovechando la posición de “puerto seguro en una región totalmente convulsionada”. El resultado de las elecciones presidenciales en Colombia, con la victoria del izquierdista Gustavo Petro, podría generar llegada de inversiones tanto personales como corporativas al país, aunque Chapman cree que este fenómeno tendrá un carácter más temporal que permanente y que su profundidad y duración dependerá de la gestión de Petro como presidente y del equipo de gobierno que designe.
En la línea de apuntalar el potencial del país para la inversión extranjera, ambos expositores destacaron la importancia de salir de las listas discriminatorias.
Chapman recordó que en la medida que esto no suceda, no se va a atraer la inversión extranjera que se quiere, con empresas de mayor perfil y buenas prácticas corporativas y, además, hacer transacciones será más difícil y costoso, tanto para empresas como para personas.
Recuperación, en marcha
La economía de Panamá sufrió una fuerte contracción de 17.9% en 2020 producto de las restricciones impuestas para contener la pandemia. Eso se reflejó en el tamaño del producto interno bruto (PIB), y en el consumo, cuya caída fue la más pronunciada de la región.
En 2021, el PIB repuntó un 15.3%, por el levantamiento de las restricciones, pero el tamaño de la economía aún no regresó a niveles prepandemia en un año completo.
En el primer trimestre de este 2022, el PIB creció 13.6% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando aún había restricciones.
La lectura positiva es que el primer trimestre de 2022 superó a su similar de 2019. Chapman puntualizó que en un periodo de 12 meses aún no se llega a nivel prepandemia, pero que su estimación es que esto se logrará este año, cuando su firma estima un crecimiento interanual de 6.4%, similar a la del Banco Mundial (6.3%) y la agencia Moody’s (6.5%).
La recuperación, no obstante, está siendo desigual. En comparación con el primer trimestre de 2019, hay sectores que repuntan, como la minería y el comercio, y otros que reflejan un rezago, principalmente la construcción y el turismo.

Chapman dijo que hay indicadores del consumo que muestran buenas señales, entre los que citó el desempeño del impuesto a la transferencia de bienes muebles y servicios (Itbms), el consumo de electricidad y la venta de autos nuevos, que se ha estado recuperando pese a las limitaciones en la oferta por los problemas de las cadenas de suministro.
Los riesgos que pueden afectar las proyecciones de crecimiento pasan por una expansión a otros países del conflicto entre Rusia y Ucrania, y las disrupciones en la cadena de suministro por los cierres en China.
Ambos factores ponen presión sobre la inflación en Panamá, que llegó en abril a 4.2%, una variación impulsada por un incremento del grupo de transporte de un 16% como efecto de las fuertes subidas del combustible.
Chapman comentó que la inflación es superior para los grupos de población con mayor ingreso porque tienden a tener un gasto superior en combustible y también que este fenómeno puede derivar en un cambio de hábitos de consumo, potenciando el uso de energías renovables.
Pese a los desafíos, ambos analistas estiman que Panamá tiene oportunidades de recuperarse más rápido que otros países en un entorno convulsionado como el actual.
Latorraca puso en valor la diversificación de la economía, las oportunidades que hay en el sector agropecuario e industrial con una mirada al exterior, aprovechando una conectividad “que no tiene nadie en América Latina”; el hecho de que ser un país pequeño en población puede hacer más fácil abordar los desafíos; la dolarización de la economía; así como la existencia de un sistema bancario líquido y capitalizado “que genera confianza”, como algunas de las ventajas competitivas del país sobre las que afianzar la recuperación.

