Las mujeres tienen una participación reducida en las posiciones más importantes de los órganos directivos de las corporaciones de la región de América Latina.
Esta es una de las principales conclusiones que se pueden extraer del estudio “Análisis de la igualdad de género en los directorios corporativos latinoamericanos 2022″, elaborado por la iniciativa Bolsas de Valores Sostenibles de la Organización de las Naciones Unidas, y la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial.
El estudio analiza la composición de las juntas directivas y máximas posiciones gerenciales de los emisores más importantes de nueve de las bolsas de valores más grandes de América Latina, entre ellas la panameña.
En las bolsas, con más de 100 empresas listadas, se analizaron las 100 compañías con mayor capitalización bursátil.
En los casos en los que las empresas listadas no llegaban a 100, se analizaron todas, señala el reporte.
Uno de los principales hallazgos del trabajo es que de 5,477 puestos en órganos directivos a lo largo de los nueve mercados analizados, solamente 740, es decir, el 14%, están ocupados por mujeres.
De los nueve mercados analizados, Panamá tiene la mayor participación de mujeres en juntas directivas, con un 20%, seguido de la Bolsa de Valores de Colombia (16%), El Salvador (16%) y Brasil (15%), que también están por encima del promedio.
La última posición la ocupa la Bolsa Mexicana de Valores, con una participación de apenas 10%.
En el 60% de los órganos directivos analizados había al menos una mujer, mientras que el restante 40% está compuesto exclusivamente por hombres.
En el caso de Bolivia, el 52% de las empresas que cotizan en bolsa carece de mujeres en sus directivas.
Los niveles de participación no mejoran cuando el foco se pone en la cantidad de mujeres que presiden los directorios y que ocupan el cargo de CEO de las compañías listadas en las bolsas.
En promedio, solo el 3% de las directivas está presidida por mujeres y el 4% de las compañías tiene a una fémina ocupando el mayor cargo gerencial.
El reporte señala que Panamá, con el 9%, presenta el porcentaje más alto de órganos directivos presididos por mujeres, seguida por Bolivia, con el 7%.
Peores cifras presentan otros mercados de la región, como México, donde ninguna de las empresas más importantes listadas en la bolsa está presidida por mujeres, o Argentina, Brasil y Chile, donde solo el 1% de los órganos directivos está liderado por mujeres.
En lo que se respecta empresas con mujeres como CEO, la Bolsa de Valores de El Salvador tiene el porcentaje más alto, con el 11% de sus 45 empresas. Panamá, un mercado más grande que el salvadoreño, tiene la cantidad más alta de mujeres CEO en términos absolutos y el segundo valor más alto en términos porcentuales, un 8%.
Por contra, ninguna mujer ocupa el cargo de CEO en las empresas listadas en Bolsas y Mercados Argentinos y en la Bolsa Boliviana de Valores.
Olga Cantillo, CEO de la panameña Bolsa Latinoamericana de Valores y presidenta de la Federación Iberoamericana de Bolsas, que agrupa a bolsas de América Latina y España, señaló que “a lo largo de las últimas décadas, ha habido avances en materia de igualdad de género en los puestos de liderazgo, pero todavía estamos muy lejos de garantizar que las mujeres tengan una representación equitativa en juntas directivas y en la alta dirección en nuestra región”.
La equidad de género es una cuestión de derechos humanos y de justicia, pero además hay ventajas desde el punto de vista de la gestión y los resultados del propio negocio.
Cantillo dijo que al representar la mujer a la mitad de la población, “hace todo el sentido que nosotras estemos en esas mesas de toma de decisión”.
Además, puntualizó que está confirmado que incorporar a mujeres en las decisiones de las empresas, ya sea desde las juntas directivas, como CEO, o en otros cargos ejecutivos, brinda resultados económicos más favorables por la diversidad que aportan al pensamiento de la empresa.
Uno de los factores que destaca el estudio es que existe un déficit en los datos disponibles públicamente sobre el liderazgo de las empresas que cotizan en bolsa en América Latina, y esto resalta el papel fundamental que juegan las bolsas de valores para mejorar e impulsar las prácticas de divulgación y transparencia de sus emisores.
Cantillo complementa esta idea añadiendo que los inversionistas son cada vez más sensibles a la divulgación de información y a la reducción de brechas de género, por lo que también desde el lado de la demanda se promueven estas buenas prácticas.