El equilibrio entre la vida personal y las responsabilidades laborales es altamente apreciado por los trabajadores. La pandemia dejó muchísimas lecciones, y una de ellas fue que las medidas adoptadas durante ese periodo demostraron que ofrecer a los trabajadores más flexibilidad en cómo, dónde y cuándo trabajan puede dar resultados favorables, de acuerdo con la agencia laboral de la Organización de las Nacionales Unidas (ONU).
Con una mirada más reciente y dirigida al mercado panameño, el informe de Konzerta Work-life balance determinó que el 79% de los talentos panameños considera que si su empresa no tiene una cultura favorable a este equilibrio buscaría otro trabajo, mientras que el 21% no cambiaría de empleo por esta situación.

Según el informe, el 51% de los trabajadores panameños considera que en su trabajo no hay una cultura que permita lograr el deseado contrapeso, frente a un 49% que piensa lo contrario, al tiempo que el 81% estima que es vital lograr ese punto de armonía.
“No podemos hablar de trabajo en la actualidad sin pensar en su equilibrio con la vida. Las nuevas generaciones tienen una concepción distinta respecto a las dimensiones espacio-temporales de sus empleos. Necesitan flexibilidad, desde tener la oportunidad de trabajar desde cualquier rincón del mundo con acceso a Internet, hasta cortar media hora para ir a buscar a sus hijos al jardín”, explicó Jeff Morales, gerente de Marketing de Konzerta.
Work-life balance es un estudio de Konzerta en el que participaron 5,097 talentos de la región. En este se explora qué tan relevante es para los talentos una cultura favorable el equilibrio entre la vida personal y laboral y cómo actúan desde las organizaciones para alcanzar un punto favorable para ambas partes.
De la información que se desprende del reporte llama la atención que el 76% de los trabajadores en Panamá asegura que sí logra un equilibrio entre la vida laboral y personal, frente a un 24% que no lo tiene. Sin embargo, esto es básicamente por los límites que han puesto los propios colaboradores y no necesariamente por las políticas corporativas en sus entornos de trabajo.
Del 76% de talentos panameños que considera que logra ese equilibrio, el 43% es porque ha sabido establecer los barreras, el 38% sostiene que identifica sus prioridades en la vida personal y en el trabajo, el 12% porque respeta sus momentos de descanso y el 7% porque la organización en la que trabaja tiene políticas claras al respecto.
Cuando los límites no están definidos, los empleados tienden a sentirse abrumados ante la carga diaria de trabajo, lo que se puede convertir en un factor que altera su productividad y desgasta su creatividad.
Del total de los encuestados que respondió que no habían podido lograr el equilibrio, el 31% lo atribuye a que en su empresa la gente trabaja fuera del horario laboral y esto arrastra a todos a cumplir con dicha expectativa. Es decir, que entre los propios compañeros de trabajo se establecen mecanismos de trabajo que luego se convierten en una norma no escrita.
Identificada la inconformidad, en el estudio se consultó cómo creen que podrían lograr el work-life balance, los que actualmente no lo consiguen. Frente a la interrogante, 36% respondió que necesita que se respeten los horarios laborales y de desconexión.
Un 23% recomendó la aplicación de políticas claras por parte de la organización, el 21% opina que hay que aprender a separar los diferentes ámbitos de su vida; al tiempo que el 16% cree que deberían concederse permisos para compromisos familiares y personales como turnos médicos.
Un pequeño 4% dice que habría que poner en práctica licencias o programas específicos de maternidad y paternidad.
La misma encuesta se realizó en Argentina, Chile, Perú y Ecuador.
Comparado con los resultados locales, los argentinos y los chilenos sostienen lo mismo que los panameños, respecto a que en sus trabajos no hay una cultura favorable al work-life balance, en un 67% y 59% respectivamente.
Por su parte, los ecuatorianos y los peruanos creen que en su trabajo actual hay una cultura que permite alcanzar el equilibrio entre la vida personal y laboral, en un 51% y 54%.
El análisis de la ONU, publicado en enero pasado, reveló que una parte importante de la fuerza laboral mundial trabaja aproximadamente una jornada estándar de ocho horas diarias y 40 semanales.
Pero se observa que más de una tercera parte de esos trabajadores dedican a su empleo más de 48 horas semanales, mientras que una quinta parte de la población activa mundial trabaja menos de 35 horas semanales. Los trabajadores que se desempeñan en la economía informal tienen más probabilidades de tener jornadas largas o cortas.


