El Premio Nobel de Economía fue atribuido este lunes a los estadounidenses Paul Milgrom, de 72 años, y Robert Wilson, de 83, dos expertos en subastas cuyo trabajo innovador ha sido utilizado en particular para la asignación de frecuencias de telecomunicaciones.
El “premio del Banco de Suecia en ciencias económicas en memoria de Alfred Nobel” se les otorgó por “mejorar la teoría de las subastas e inventar nuevos formatos de subasta”, dijo el jurado de la Academia Sueca de Ciencias.
Milgrom y Wilson, que estaban entre los favoritos para el premio de este año, crearon un concepto que se utiliza para la venta de licencias de frecuencias de telecomunicaciones en Estados Unidos.
Los dos economistas, ambos profesores de Stanford, también han trabajado en los mecanismos de asignación de las franjas horarias de aterrizaje en los aeropuertos.
“Las subastas están en todas partes y afectan nuestra vida diaria”, dijo el jurado.
En 2019, el premio se concedió a un trío de investigadores especializados en la lucha contra la pobreza, los estadounidenses Abhijit Banerjee y Michael Kremer y la franco-estadounidense Esther Duflo, la segunda mujer distinguida en la disciplina y la ganadora más joven en la historia del premio.
El premio de economía cierra una temporada Nobel marcada el viernes por el premio de la paz otorgado al Programa Mundial de Alimentos, la agencia de la ONU que lucha contra el hambre.
El jueves, la poetisa americana Louise Glück recibió el premio de literatura.
Además de la estadounidense Andrea Ghez, coganadora del Nobel de Física el martes, dos mujeres pasaron a la historia del Nobel por su descubrimiento de las “tijeras genéticas”: la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna, que se convirtieron en el primer dúo femenino en ganar un Nobel científico, el de química.
Los laureados recibirán su premio este año en su país de residencia debido al coronavirus.