‘Están contabilizando algunos gastos corrientes como gastos de inversión’, advierte Fitch de Panamá

‘Están contabilizando algunos gastos corrientes como gastos de inversión’, advierte Fitch de Panamá
Fitch Ratings. Archivo


Panamá tiene, como en la última década, muy buenas perspectivas fiscales y económicas en comparación a otros países de la región. Sin embargo, hay que prestarle atención a lo que Todd Martínez, el analista de Fitch para la región, llama “maniobras contables”, que se hicieron para cerrar el periodo fiscal pasado, entre ellas el registro de una parte de los ingresos de este año para el cierre del 2022.

Por otro lado, Martínez reveló a este medio que el registro de gastos en renglones de inversión también pone más presión a una eventual consolidación fiscal duradera. La visita del analista a Panamá se dio en el marco del foro “Estado de la banca y el sector real panameño ante entornos económicos y políticos desafiantes de la región”, organizado por la calificadora y llevado a cabo esta semana en el hotel Westin.

Háblenos de las últimas revisiones que han hecho al grado de inversión de Panamá

Nuestros competidores en 2019 subieron la calificación a BBB+, nosotros no lo hicimos porque en ese año había un deterioro fiscal bastante importante, había una desaceleración económica, no solo no subimos la calificación sino que revisamos la perspectiva a negativa y eso fue antes de la pandemia. Esos temas de fondo propios del país junto con el daño de la pandemia en términos de la economía y la deuda del país nos llevó a rebajar la calificación. Mantuvimos una perspectiva positiva después de la rebaja, pero eventualmente lo revisamos a estable, basado en la recuperación económica que vimos y también por el anuncio de la ayuda fiscal - que representaría la actividad- de la mina de cobre.

¿Cuál sería el análisis de riesgo actual que hacen para Panamá?

En grandes líneas la fortaleza para Panamá sigue siendo que es una economía dinámica, diversa, que se beneficia de altas tasas de crecimiento, de las más altas de la región. Si prevemos que se va a mantener así en los próximos años, será uno de los países más dinámicos de la región. Tiene un contexto macro bastante sano, un sector bancario fuerte, bien administrado, inflación baja. Sin duda la pata débil de la calificación de Panamá es su situación fiscal, que ha demorado más que otros para reducir sus déficit después de la pandemia.

Esa reducción del déficit ha tenido bastante que ver con algunas maniobras contables en vez de medidas verdaderas para reducir el déficit fiscal y en adelante vemos medidas que podrían aumentar el déficit en vez de bajarlo. Por ejemplo, el aumento en gasto educativo y otros aumentos que han anunciado con el nuevo presupuesto, y el hecho de que los ingresos mineros de cobre puedan ser comprometidos con algunas promesas de gasto en vez de consolidación fiscal.

Por ahora tenemos una perspectiva estable porque prevemos que a pesar de que, tal vez, Panamá no va a poder lograr las metas fiscales, podría mantenerse estable. Pero, claro, estamos mirando de cerca el tema fiscal y todas expresiones de gasto y si son de tal magnitud que hay un mayor desvío de las metas fiscales en los próximos años y un aumento de la proporción deuda/PIB. En ese caso, sí podría haber presión a la baja en la calificación, pero por el momento no es lo que estamos proyectando.

‘Están contabilizando algunos gastos corrientes como gastos de inversión’, advierte Fitch de Panamá

Puede profundizar su visión en las maniobras contables versus medidas verdaderas para reducir el margen fiscal.

Voy a mencionar tres cosas. Hemos notado que Panamá, por ejemplo, en 2021 anunció un déficit que cumplió con el tope fiscal, pero varios meses después hubo una revisión al alza muy grande del déficit comparado con lo que se anunció inicialmente.

También el año pasado hubo dos cosas que ayudaron al déficit contable pero no fueron, en nuestra visión, medidas verdaderas de consolidación. La primera fue lo que las autoridades llamaron un swap de flujo de caja escalonado”. Fue una operación con Citibank que el Gobierno llama “swap” o una postergación de los intereses, pero en nuestra visión no se postergaron ningunos intereses. Los bonohabientes recibieron sus intereses. Para nosotros lo que pasó es que el Gobierno se endeudó con Citibank, con un préstamo, para pagar esos intereses.

Así que el Gobierno dijo que eso redujo la cuenta de intereses, aunque nosotros no estamos incluyendo eso en nuestras cifras fiscales porque lo vemos como una operación de endeudamiento en vez de un swap . La otra cosa que hizo (el Gobierno) es que este año está contando algunos ingresos de enero para el cierre fiscal del año pasado, ingresos tributarios pero también peajes del Canal. Eso es como un movimiento contable que ayudó el año pasado pero va a complicar el cierre fiscal de este año.

El presupuesto estatal del próximo año aumentó en más de $5,000 millones y una gran parte va a funcionamiento y al servicio de la deuda. ¿Cuál es el análisis de Fitch sobre eso?

Todavía tenemos que estudiar con más detalle el presupuesto pero sí nos llama la atención que implica un aumento bastante fuerte del gasto en un momento en que Panamá está prometiendo reducirlo para cumplir sus metas fiscales.

Así que no nos queda claro que si este es un presupuesto que va a cumplir con la regla fiscal, para hacerlo, en nuestra visión, tiene que haber una subejecución del propio presupuesto bastante por encima de lo normal para lograr las metas fiscales.

Eso es algo que estaremos estudiando en bastantes detalles, si se da un aumento educativo, salarial y en la cuenta de intereses y si esto va a ser compatible con la consolidación que ha prometido el gobierno. En este momento luce bastante difícil.

Su colega habló sobre los riesgos globales, siendo uno de ellos la devaluación de activos. El gobierno panameño incluyó la venta de tierras –y ya anunció la venta de tierras al Canal- y otros activos para sustentar su presupuesto. ¿Cómo ven esto?

No lo vemos mal. Todos los países podrían tener un beneficio de una venta de un activo. Así que, claro, si Panamá logra ejecutar esa operación con el Canal de tal vez $500 millones, claro, es de beneficio para las arcas fiscales. Ahora bien, Panamá no puede depender siempre de medidas de una sola vez. Eventualmente tiene que haber medidas más duraderas para llegar a una consolidación fiscal a largo plazo y eso quiere decir un aumento de los ingresos o una reducción de los gastos, que con este presupuesto (el de 2024) es difícil verlo, pero parece que tendremos que esperar al próximo gobierno para saber cómo se va a lograr. Medidas de una sola vez, como la venta de activos no es permanente.

¿Requerirá Panamá una inminente reforma fiscal?

Lo que nos importa es que haya una consolidación fiscal consistente con una deuda/PIB estable o descendente, volviendo paulatinamente a sus niveles prepandemia. Somos agnósticos de si tiene que ser por el lado de los ingresos o de los gastos, porque hay dificultades en ambos lados. Hay mucha resistencia a aumentar la muy baja carga tributaria. Por suerte Panamá se beneficia del Canal que ha sido muy rentable, así que podría haber un margen de mejora ahí.

Pero también en el lado de los gastos luce también difícil lograr la consolidación porque ya se ha reducido bastante el gasto de capital y Panamá es un país al que le gusta un presupuesto de capital bastante alto y hay un mayor gasto de funcionamiento, que suele ser más difícil de reducir, tal como estamos observando con el presupuesto de 2024.

No tenemos alguna preferencia de cómo se logra, pero de alguna forma queremos ver mayor claridad sobre una consolidación fiscal duradera. Tal vez una ayuda serían los ingresos mineros de 400 millones por año, pero parece que el Gobierno ha comprometido esos ingresos con una pensión mínima, gastos de inversión en las áreas afectadas alrededor de la mina y para ayudar al problema en el sistema de beneficio definido del sistema previsional.

La entrada de los $400 millones es una buena noticia para las arcas fiscales, aunque no nos queda claro si va a conllevar a una consolidación del déficit del gobierno central si buena parte de esos ingresos se han comprometido para gastos previsionales, de inversión y para el problema de las pensiones.

Para un país que gasta en planilla $400 millones al mes, recibir $400 millones no debe aportar mucho a una consolidación fiscal, viéndolo solo en números simples...

¿Qué tan sostenible es el ritmo de los gastos de funcionamiento y su dependencia en la adquisición de deuda?

Todavía Panamá tiene un perfil presupuestario más flexible que otros países. Uruguay tiene un gasto de capital bastante más bajo que Panamá, tiene una calificación más alta, lo mismo que para México. Pero sí es un desafío para la calificación que en los últimos años están subiendo los gastos de funcionamiento y bajando los de inversión.

Además en Panamá pasa algo algo curioso, que es que están contabilizando algunos gastos corrientes como gastos de inversión, me refiero a 120 a los 65, el vale digital. El gasto de inversión ha bajado y además se están registrando algunas cosas que no son gastos de inversión sino gastos. Eso es un desafío que deja al gobierno con opciones más difíciles para lograr una consolidación fiscal.


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