La construcción, las actividades financieras y la minería son los sectores que más reflejan pérdida de empleos formales, según el análisis del informe del mercado laboral del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) a octubre de 2024.
Entre agosto de 2023 y octubre de 2024, la población ocupada disminuyó en 14,454 empleos, al pasar de 1.93 millones en agosto 2023 a 1.92 millones; aunque hay 32,530 personas más, interesadas en trabajar. En total, la población económicamente activa para octubre de 2024 se ubicaba en 2.12 millones de personas.
“La población ocupada cayó en 14,454 empleos y los empleos formales en la economía (población agrícola y no agrícola) disminuyeron en 41,522 trabajadores. Esto quiere decir que se generaron solamente 27,068 nuevos empleos informales en ese período de tiempo (41,522- 14,454), lo cual compensó parcialmente la dramática caída del empleo formal”, menciona el analista laboral René Quevedo.
La cantidad de empleos perdidos entre 2023 y 2024 fue impulsado por la contracción en los sectores de construcción (-12,701 empleos), las actividades financieras (-6,021) y la minería (-5,351).
El asesor empresarial René Quevedo destacó también que en el sector de la salud (-4,904), las actividades inmobiliarias (-4,393) y las actividades administrativas (-3,942) también sufrieron caídas significativas. En total, la pérdida neta de empleos formales en la economía fue de 41,522, la mayor desde la pandemia.
Por otro lado, la agricultura generó 14,566 nuevos empleos formales. También se registraron incrementos menores en sectores como la logística (+2,804), el entretenimiento (+2,799) y los hoteles y restaurantes (+2,269).
El análisis también recalca que el cierre de la mina en 2024 y la pérdida del grado de inversión de Fitch Ratings agravaron la situación laboral. Según la exministra de Trabajo y Desarrollo Laboral, Doris Zapata, el cierre minero aumentó el desempleo en un 1.5%, lo que se tradujo en la pérdida de 31,413 empleos formales.
Esto tuvo un fuerte efecto indirecto en sectores relacionados, ya que la actividad minera generaba $888 millones anuales en compras a otros sectores.
Los jóvenes han sido los más afectados por la crisis laboral. El desempleo juvenil (15 a 29 años) subió del 15.4% al 17.8%, con un aumento mayor entre las mujeres (de 19.6% a 23.4%) en comparación con los hombres (de 12.6% a 13.7%).
Además, el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan (Ninis) pasó de 238,851 a 252,894 en este periodo, representando el 25% de la población juvenil.
Entre 2019 y 2024, la inversión privada nacional cayó un 14%, mientras que los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) disminuyeron un 35%. Esta contracción, junto con el aumento de las tasas de interés bancario, redujo significativamente la generación de empleo formal, afectando particularmente a los jóvenes.

Durante este período, el Mitradel procesó 34% menos contratos laborales por mes que en 2019.
El asesor asegura que la contracción del empleo formal también afecta el consumo, un pilar clave de la economía. La disminución de aproximadamente $5,100 millones en inversión privada entre 2019 y 2024 ha reducido el poder adquisitivo de los panameños, intensificando la crisis económica.
Simultáneamente, la deuda externa del país se ha duplicado, pasando de $26 mil millones en julio de 2019 a $52 mil millones en julio de 2024, lo que aumenta la presión sobre las finanzas públicas y complica la atracción de inversión privada.
Quevedo recomienda crear condiciones que fomenten la inversión privada, tanto nacional como extranjera, y restaurar la confianza en la economía panameña para recuperar la generación de empleo formal y garantizar un crecimiento sostenible.