El Municipio de Panamá intentaba avanzar a tambor batiente en la controvertida y repudiada licitación para la construcción del nuevo mercado del marisco, publicando esta semana el pliego de condiciones en el que ha quedado en evidencia cómo pretendían financiar la obra de $43 millones.
Pero sus intentos de convocar a la licitación el 21 de junio han sido frenados, al admitirse ayer una demanda de amparo de garantías constitucionales que suspende provisionalmente el acuerdo emitido por el Consejo Municipal del distrito de Panamá, que autorizó la construcción del mercado.
Sin embargo, la publicación del pliego de condiciones revela que la financiación se pretende hacer bajo el modelo llave en mano, esquema a través del cual las empresas contratistas financian los proyectos y la entidad contratante lo paga, conforme a un calendario preestablecido.
En este tipo de contratación se debe considerar el costo financiero que asume inicialmente el contratista.
En la administración de Laurentino Cortizo se ha utilizado una especie de llave en mano modificado, con el cual se acortan los tiempos de pago. Y ese es el modelo al que ha estado apostando el alcalde José Luis Fábrega, anticipando la baja en los ingresos que recibe.
De acuerdo con el pliego de condiciones, la propuesta es que se ejecuten dos pagos: la mitad al completarse el 50% de avance y la otra mitad, una vez recibida la obra y terminada en perfecto estado de funcionamiento y rendimiento, apto para proporcionar al Municipio la capacidad de uso. Es así cuando se procedería al trámite final del pago.
La licitación, por ahora estancada, establece que el contratista tendría 730 días para desarrollar la obra. Los primeros 180 días estarían destinados a la confección y aprobación de planos, mientras que 550 días se habían programado exclusivamente para la etapa de construcción. En total, serían exactamente dos años para desarrollar el mercado.
El economista Carlos Araúz alertó sobre los riesgos en el modelo de financiación, ya que la estructuración de un repago de un llave en mano requiere disciplina en la recaudación de ingresos para hacerle frente al compromiso y disciplina en la asignación de los recursos.
Araúz indicó que si una estructuración llave en mano no es bien manejada, puede representar un “enorme dolor de cabeza” para la próxima administración alcaldicia.
Por otro lado, advierte que la obligación seguramente costará más de $43 millones, teniendo en cuenta que estamos en un escenario de plena inflación que durará más allá de 2023.
“Es un proyecto al que no se le ve el impacto en la vida de los ciudadanos y si la estructuración financiera no sale bien, puede ser nefasta para futuras obras y para los ciudadanos que viven en la comuna capitalina”, sentenció.
La Alcaldía había determinado convocar a una licitación por mejor valor, procedimiento de selección de contratista en el cual el precio no es el factor determinante, y se podrá realizar cuando las obras o los servicios que van a ser contratados tienen un alto nivel de complejidad.
El proponente tendría que acreditar su experiencia en construcción de proyectos similares, centros comerciales, escuelas, mercados o grandes desarrollos urbanísticos durante los últimos 10 años. Al menos un proyecto de construcción de mercado o centro comercial debería ser superior a los $30 millones.
“La preocupación que viene al caso es que el momento y la coyuntura en la que estamos indican que la obra no debe ser una prioridad. En un ambiente en el que el desempleo nos está ahogando y los emprendedores no tienen cómo salir adelante, el Municipio de Panamá tendría oportunidad de encauzar sus prioridades”, dijo Araúz.