El mes de febrero dejó resultados mixtos en la recaudación de ingresos. Tras iniciar el año con un superávit de 111 millones de dólares en ingresos corrientes, febrero cerró con un déficit de 90.3 millones de dólares.
Durante el segundo mes del año, los ingresos corrientes totalizaron 503 millones de dólares, cuando el Gobierno había proyectado 594 millones. A pesar de no llegar a la meta, la recaudación sí superó los números registrados en igual mes del año pasado, cuando ingresaron 442.8 millones de dólares, dejando un saldo a favor de 61 millones o un 13% más.
Al desglosar el informe de la Dirección General de Ingresos (DGI), se observa que el traspié se registró en el renglón de ingresos no tributarios, donde la cifra quedó 57% por debajo de la meta establecida por el Gobierno de 236.7 millones de dólares, pero solo se reportaron 100.4 millones.
En los ingresos no tributarios se contabilizan aquellos que el Estado percibe sin aplicar impuestos, y se obtienen de diversas fuentes, como el alquiler de propiedades estatales o intereses de inversiones; la participación en utilidades de empresas públicas o mixtas, como los aportes del Canal de Panamá o los dividendos de la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA); las tasas y derechos que pagan los ciudadanos por servicios como la expedición de licencias, registros públicos o matrículas vehiculares, entre otros.
Además de quedar por debajo de la meta prevista, la recaudación de ingresos no tributarios tampoco superó los números del año pasado, cerrando el mes con una diferencia negativa de 36%.
Por su parte, en los ingresos tributarios, la DGI reportó que sí se alcanzó el presupuesto, con un total de 396.4 millones de dólares, quedando un saldo a favor de 48.2 millones, una diferencia de 13%. Asimismo, el monto superó en 39.3 millones de dólares los 284.5 millones reportados en febrero de 2024.
Exceptuando el seguro educativo, que se cancela en tres pagos en junio, septiembre y diciembre, la gran mayoría de las líneas que se contabilizan dentro de los ingresos tributarios cerraron el segundo mes en verde, con aumentos de hasta el 60% en el impuesto de persona jurídica o empresas.
Al revisar el acumulado de los dos primeros meses del año, la recaudación de los ingresos corrientes totaliza 1,120 millones de dólares, principalmente por el incremento registrado en enero pasado, cerrando el periodo con un superávit de 20 millones.
En comparación con el monto ingresado durante enero y febrero de 2024, este año la cifra registra un incremento de 161.2 millones de dólares, donde el 75% corresponde a ingresos tributarios.
Durante los dos primeros meses del año ingresaron 34.8 millones de dólares a través de documentos fiscales como la factura electrónica, superando los 23.1 millones de dólares de hace un año. La DGI resalta que, del total obtenido por documentos fiscales, 29.1 millones de dólares corresponden a la venta de combustible, una diferencia positiva de 9 millones de dólares en comparación con el año pasado.
El Gobierno apuesta a mejorar, a través de la factura electrónica, la recaudación de impuestos con el fin de elevar el perfil crediticio del país, mismo que se deterioró aún más durante y después de la pandemia respiratoria.
A pesar de la recomendación de las calificadoras de riesgo y bancos internacionales de implementar una reforma fiscal que le permita al Estado sumar más capital, el presidente José Raúl Mulino dijo recientemente que su administración no tiene contemplado realizar ningún ajuste de impuestos en ningún rubro.
Fitch Ratings prevé que este año el déficit fiscal estará por debajo del 7.3% reportado el año pasado, pero es poco optimista respecto a que se alcance la meta del 4% prevista para este año por el Gobierno. Indica que, sin una reforma fiscal, es poco probable que la meta se logre al finalizar el año.
Mulino dijo que el hecho de que la recaudación va en aumento no significa que el Gobierno tiene carta abierta para aumentar sus gastos, y señaló que pidió a sus ministros ajustarse al presupuesto.
“Fuimos enfáticos en la preparación del presupuesto y este año lo haremos más; se trabajará con lo que está y no podemos gastar; debemos ser responsables. Salvo urgencia, nos ajustaremos en lo presupuestado… Ese cuento de crédito extraordinario no significa que son dineros que podemos poner a disposición”, sostuvo Mulino.
JP Morgan y Barclays advirtieron que el alto déficit fiscal pone en riesgo la estabilidad financiera de Panamá, ya que la falta de disciplina fiscal puede afectar la situación económica del país y, por ende, poner en riesgo la pérdida del grado de inversión otorgado todavía por dos calificadoras: Moody’s y S&P Global.
Para el economista Eric Molinos, la generación de más actividad económica se traducirá en más impuestos para el Estado, por lo cual la reactivación de sectores importantes, como la construcción, jugará un papel clave en la mejora del perfil financiero del país.
Igualmente, señala que el papel de seguimiento que viene realizando la DGI para que las empresas declaren impuestos como el ITBMS es importante para reducir la evasión fiscal, que, de acuerdo con el Gobierno, supera los 1,500 millones de dólares por la no declaración del Impuesto de Transferencia de Bienes Muebles y Servicios.

El reporte de la DGI indica que, hasta el mes de febrero, la recaudación del ITBMS relacionado con las ventas fue de 171 millones de dólares, cuando la cifra presupuestada para esa fecha fue de 186 millones de dólares, terminando con un déficit de 8%.
Molinos indica que, al generarse más actividad económica, se acelerará la contratación de más personas, lo que impactará el consumo, aumentando así el pago de impuestos por parte de los consumidores y de las empresas a través del impuesto sobre la renta.