Felipe Chapman en primera persona: Hay que entender el estado de los ingresos y qué tanto se puede gastar



El presidente electo José Raúl Mulino tenía una prioridad al día siguiente de resultar ganador en las elecciones generales del país: tender un puente para que el economista Felipe Chapman fuese ministro de una de las carteras más importantes de su Gobierno.

Ese 6 de mayo, Chapman fue contactado, temprano en la mañana, por un emisario de entera confianza del presidente electo. “Recibí el mensaje con gran aprecio y accedí a reunirme”, comentó.

Pocos días después, Chapman y Mulino tuvieron lo que sería su primera reunión en privado, en la que identificaron los retos inmediatos que enfrenta el país y se comprometieron a abordarlos de manera decisiva.

Para asumir el cargo, en el análisis de Chapman y de su familia resultó determinante el discurso de proclamación de Mulino, en el que se comprometió a atender los problemas básicos de los panameños, generar empleos y poner alto al despilfarro de fondos públicos.

Cuando el mercado supo que Chapman sería responsable de la política económica del país, la reacción fue inmediata. Los bonos soberanos panameños experimentaron aumentos superiores a la mayoría de sus pares en mercados emergentes. Se anticipa que Felipe Chapman se centrará en sanear las finanzas públicas, mejorar la calificación crediticia del país y reducir el costo del financiamiento. Una tarea crucial para el futuro económico de la nación.


Ahora designado ministro de Economía, Chapman subraya que lo más urgente, una vez asuma el cargo, será la ejecución del presupuesto en la segunda mitad del año.

”Es fundamental entender bien el estado actual de los ingresos y qué podemos esperar de los gastos. Como decimos en buen panameño, se trata de cuadrar el círculo, es decir, cómo asignamos el dinero escaso de la manera más efectiva. Debemos tomar decisiones clave sobre la asignación de recursos limitados”, explicó.

Esta prioridad tiene sentido, cuando se considera que en el presupuesto de 2024, el último elaborado por la administración de Laurentino Cortizo, se determinó que no se ejecutarían más de $4,000 millones al finalizar el año 2024, según fuentes cercanas al MEF, porque se trataba de un año electoral.

Pero en realidad esa subejecución se daría porque los ingresos proyectados no pueden cubrir todos los gastos estimados, a menos que se rebase, por enorme distancia, lo que dictamina la ley de Responsabilidad Social Fiscal (RSF).

Chapman también se ha establecido como una necesidad, concentrarse en trabajar en el presupuesto para el año 2025, el primero que podrá delinear en un 100% y desarrollar un plan quinquenal para las finanzas públicas.

”Estas son, sin duda, las tareas más apremiantes que tenemos por delante”, dijo, reconociendo que el país debe cambiarse el chip de pensar en estrategias cortoplacistas, cuando se necesita fijar políticas de continuidad, independientemente de quién gobierne.”

¿Hubo alguna condición de lado y lado para que usted aceptara el cargo?

Tanto como condición no hubo. Creo que fue una muy buena conversación en la que lo importante fue que hubiera realmente coincidencia. Coincidencia en el diagnóstico del país, los temas más apremiantes, posiblemente cómo atacarlos, cómo priorizarlos...

¿En qué se podría parecer su gestión o en qué se diferenciaría de la del ministro saliente Héctor Alexander?

Lo primero es que quisiera contar con pleno respaldo del Presidente de la República, del Consejo de Gabinete y una armónica y respetuosa relación con la Asamblea Nacional que nos permita hacer cosas buenas por el país. Eso para mí sería lo ideal. Creo que habiendo tenido eso que acabo de comentar, la historia o la gestión del ministro Alexander hubiese sido otra.

¿Qué pasará con su práctica privada y cómo el país tendría la certeza de que no habrá un conflicto de interés entre lo que usted ha hecho hasta ahora y lo que va a ser a futuro?

Porque eso ha sido la característica de más de 50 años de los socios de Indesa. Eso está en nuestro ADN y nunca va a cambiar. Mis socios, aprovecho para comentar que también han sido muy generosos. Yo obviamente les dejo un vacío importante, que están supuestos a asumir con más horas de trabajo, más responsabilidad, más visibilidad en representación de la firma, con lo cual yo estaré tremendamente agradecido. Y obviamente muy celoso de los potenciales conflictos de interés reales y percibidos.

Panamá perdió el grado de inversión con una calificadora. ¿Cuándo se podría recuperar y qué se necesita realmente hacer para que esto suceda?

Esa pregunta se la debemos hacer a Fitch, pero si me la pregunta a mí, en su último reporte la calificadora tiene un cuadro bien interesante donde colocan el tiempo que le ha durado a muchos países recuperar el grado de inversión y el rango es bien amplio. El promedio, no sé si es ponderado, es de 7.7 años, si no me falla la memoria. Y ahí encontramos países y casos muy interesantes. A Islandia le tomó dos años, Croacia, Lituania y así hay varios que le tomó poco tiempo. A otros les ha tomado más de siete años. Obviamente el entusiasmo nuestro sería poder lograr lo que esos países lograron... en poco tiempo. Nuestro compromiso es hacer lo que esté a nuestro alcance para que esa meta se alcance en el menor tiempo posible.

¿Cómo cree que se va a poder cumplir con la ley de responsabilidad social fiscal?

Déjeme llegar al 1 de julio. Después, dame unos 60, 90 días y con mucho gusto, con propiedad y responsabilidad... trato de responder esa pregunta, que es muy válida y a mí me preocupa.

Año electoral. Como persona particular quisiera comprarme una propiedad. Como empresa, quisiera hacer una gran inversión. ¿Qué recomienda Felipe Chapman, el consultor y el ministro designado?

Lo fundamental es que el país necesita confianza y optimismo en el futuro. La confianza es esencial para generar el crecimiento económico, pero sobre todo para generar progreso social y desarrollo humano. La confianza se traduce en dinamizar la economía a través de la inversión y el consumo privado, tanto de personas, hogares, empresas.

Pero sí que se frena en un año electoral el ritmo de la inversión...

Sí, yo creo, sí, buena observación. Nosotros analizamos el comportamiento de la economía en todos los años electorales desde el año de la elección de 1994. Todos esos años la economía creció menos que el año anterior, pero no hubo contracción. Y en este caso, ya la elección se acabó. Yo creo que la gente está pasando la página. La gente ahora está mirando del segundo semestre en adelante... La posible incertidumbre que normalmente genera un torneo electoral ya se agotó o está llegando a su fin. Le falta muy poco tiempo para que esté completamente agotado.

Hablando de lo que resta del año, el MEF había calculado más de 4 mil millones el gasto en planillas. ¿Usted piensa que esa proyección seguirá siendo parte del presupuesto que usted manejará?

No sé. Yo les pido que esperen después del 1 de julio. Obviamente estaré manejando la transición con el doctor Héctor Alexander, con quien afortunadamente tengo muy buena relación y comunicación. No de ahora, sino de siempre.

Haría un paragón muy sencillo; es como si un médico hiciera una consulta por Zoom y solamente viera los laboratorios del paciente y con eso pretenda tomar una decisión sin hacer un examen clínico... Es algo similar. Es decir, yo tengo los datos, lo equivalente a las pruebas a los laboratorios de sangre, pero debo acercarme a corroborar que lo que estamos viendo, en efecto, es 100% así.

Felipe Chapman en primera persona: Hay que entender el estado de los ingresos y qué tanto se puede gastar
Felipe Chapman ha sido socio director y presidente de la junta directiva de Indesa, una firma especializada en investigación y análisis económico. Alexander Arosemena

La compra de Bayano se barajó como una posible solución a la crisis del agua. ¿Observa esto como algo posible?

Si lo vemos estrictamente desde el punto de vista de un plan hídrico, no le compete al MEF hasta el momento en que se acerca a la esfera de las finanzas públicas...Primero viene la evaluación estratégica de país, que lo ha mencionado el Presidente electo. De ocurrir eso y que esas sean las decisiones estratégicas que tome el país para atender los problemas tanto de consumo humano como para el Canal... ahí encontrarán un aliado dispuesto a ayudar.

¿Qué información usted cree que se necesita transparentar desde el Estado?

Todo lo que elimine la especulación. En ausencia de información todos los ciudadanos especulamos. Toda la información que ayude en transparencia, que realmente agregue valor a la sociedad para entender qué está pasando...

¿Cuál sería el momento límite para tomar una decisión respecto a la crisis de pensiones de la Caja del Seguro Social sin que sea demasiado tarde?

Yo he venido hablando de eso desde hace tiempo. A mí hubiera gustado ver el problema atendido desde hace 15 años. Han pasado tres gobiernos y esto no ha ocurrido. Pero bueno, no vamos a llorar sobre la leche derramada. Es un tema apremiante. No es una dependencia del Ministerio de Economía y Finanzas. Es primeramente responsabilidad de la junta directiva de la Caja de Seguro Social, de quien lleve la dirección, de los pensionados, de los cotizantes, del Presidente de la República. Y en la medida que pidan o se necesite la participación de este servidor, van a contar con todo mi apoyo y una voluntad irrestricta de ayudar para atender el problema.

¿Usted piensa que las calificadoras han sido injustas con Panamá o nos han dado un sorbo de realidad con sus últimas apreciaciones sobre la política fiscal y económica del país?

Ya me quieres meter en problemas y no he iniciado (risas). Broma aparte, a mí no me sorprendió la decisión de Fitch. Paso a comentar: La situación fiscal de Panamá fue un proceso largo. No es algo que ocurrió súbitamente. A Panamá le tomó 12 años alcanzar el grado de calificación de riesgo de grado de inversión y 12 años más o menos perderlo. O sea, son procesos muy largos. Y ya mucho antes de la decisión de Fitch, los bonos globales de Panamá ya se cotizaban a precios similares a países que no cuentan con grado de inversión. Entonces era previsible que eso iba a ocurrir. Donde no teníamos consenso era cuándo iba a ocurrir...

En los primeros 100 días de gestión veremos un viaje a Nueva York. ¿Es un viaje para renegociación de deuda?

No, no. La palabra renegociación es palabra sucia en los mercados. Refinanciamiento también lo es. Panamá no necesita hacer eso, que nos quede claro. Lo primero es bajar el costo del dinero para el país, para el gobierno y para el sector privado. Eso se logra bajando la prima de riesgo país, generando confianza, compromiso. Ese sería el primer objetivo de un viaje a mercados y a las instituciones financieras internacionales.

¿Cuál es el efecto de esta política de aumento de tasas de interés para el panameño de a pie y también para la deuda pública?

Aumento de tasas, en principio el aumento es para enfriar la economía, desacelerar el crecimiento económico. Eso es lo que busca Estados Unidos a través de su política monetaria, la Reserva Federal y su presidente Jerome Powell.

Panamá no necesitaba eso, pero obviamente Panamá no tiene banco central y no emite moneda propia, lo cual tiene ventajas y desventajas. Cuando sumamos las ventajas y desventajas... uno de nuestros costos colaterales es que si se mueven las tasas a nivel internacional, evidentemente nos afecta, de forma tal que desacelera el crecimiento económico, se hace más difícil aumentar el consumo y la inversión.

Si una empresa hace una inversión importante en tecnología, por ejemplo de digitalización, y tiene que obtener financiamiento, no es lo mismo pagar esa inversión a 4% que a 7%. Entonces esto hace que las inversiones tengan que ser lo suficientemente robustas para cumplir con ese compromiso.Mi anticipación es que las tasas de interés a nivel global van a empezar a bajar. Lo que no sabemos y no hay consenso es cuantía y tiempo... Va a tomar algo de tiempo que el país empiece a recibir tasas de interés más bajas, tanto para las empresas y como para las personas. Esa es, lamentablemente, la arquitectura global financiera en el mundo que vivimos.

¿Cómo usted esperaría que lo recuerden como ministro?

Que se reconozca, o que al menos haya algún grado de aceptación sobre el inicio de los cambios en la estructura fiscal y económica del país. Ojalá que mi gran legado sea el ánimo de continuar en subsiguientes gobiernos con las políticas públicas y estrategias de país. Cambiar esa mentalidad, ese microchip del país de cinco años...


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