La junta directiva de la Caja de Seguro Social (CSS) escogió la tarde de este martes 25 de abril de 2023 a Fernando Méndez, uno de los representantes del sector empleador, como el nuevo presidente de dicho colegiado, quien asumirá el cargo a finales de este mes, cuando venza el periodo de Aida de Maduro.
El vicepresidente será Guillermo Puga, quien es uno de los tres representantes del sector trabajador con cargo vencido en la directiva de la entidad.
Puga fue juramentado por la Asamblea Nacional el 8 de septiembre de 2016, lo que significa que su periodo venció en septiembre de 2021, por lo que tendrían un año y medio ejerciendo un cargo cuya vigencia expiró.
Gregorio Guerrel, otro de los representantes de los trabajadores con periodo vencido en la directiva de la CSS, alertó de lo que sucedía en dicha votación, en “la que el Ejecutivo, en conjunto con la administración y otras personas ajenas a la institución están imponiendo a cargos directivos a personas con cargos vencidos que no formaban parte de la nómina que los trabajadores habían realizado”.
#Denuncia URGENTE
— CONUSI (@conusi21) April 25, 2023
Gregorio Guerrel
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Méndez, por su lado, un empresario de la construcción con muy poca visibilidad hasta ahora, desafió la decisión que había tomado el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), cuando la semana pasada se reunió con los representantes del sector empleador para sugerir que no se postularan a la presidencia.
La posición del Conep respondía a la experiencia que ha tenido Maduro, quien en el puesto no logró ninguno de los cambios que intentaron impulsar vinculados con la gobernanza y la relevancia de los temas que se tratan en la junta directiva, demostrando que no tenía sentido liderar una directiva, que se resiste a reformas internas para ser más eficiente y transparente.
Fernando Méndez, por su lado, un empresario de la construcción, desafió la decisión que había tomado el Conep, cuando la semana pasada se reunió con los representantes del sector empleador para sugerir que no se postularan a la presidencia.https://t.co/DXqBK7hPBn pic.twitter.com/uAiGW4Gtl2
— La Prensa Panamá (@prensacom) April 25, 2023
Frente a este escenario, Méndez no pudo encontrar respaldo a lo interno de su gremio, y fue postulado por Manuel Pérez, el representante de los jubilados en la directiva. En tanto, Puga encontró como aliada a Esmeralda Buchanan.
¿Cómo se escoge al presidente de la Junta directiva?
De acuerdo con el artículo 29 de la Ley 51 de 2005, la junta directiva elegirá de entre sus miembros un presidente y un vicepresidente, mediante el voto afirmativo de seis de sus miembros.
El presidente y el vicepresidente de la junta directiva serán elegidos para un periodo de 20 meses, y no podrán ser reelectos para el mismo cargo, dentro del periodo para el que fueron nombrados.
El vicepresidente reemplazará al presidente en sus faltas temporales; en ausencia de ambos, presidirá uno de los miembros elegidos para tal fin por seis miembros de la junta directiva.
Méndez obtuvo justo los seis votos a su favor, contando su propia participación y con la bendición de los dos representantes del sector gubernamental, sentados en la directiva con derecho a voz y voto; además del visto bueno de las enfermeras, los servidores públicos y los jubilados.
Los trabajadores le negaron el respaldo, mientras que los representantes del sector empleador tuvieron una participación dividida, aunque con iguales resultados finales. Camilo Valdés votó en contra, mientras que Aida de Maduro se abstuvo.
Desde las entrañas del Conep han indicado que en la reunión que sostuvieron con Maduro, Valdés y Méndez, a semana pasada, se les indicó que eran libres para tomar su decisión, pero que ojalá fuera consensuada respecto a no postularse, aunque recalcando que cada uno tenía libertad de elección.
Esa libertad de elección ha sido reflejada, de antemano, en otras votaciones. Hay que recordar que en el ambicioso proyecto para instalar plantas de oxígeno en la CSS, a través de una licitación de $101.2 millones, Aida Maduro se abstuvo de votar, mientras que Camilo Valdés se manifestó en contra y Méndez le dio el visto bueno a la administración para seguir con su plan, a pesar de no haber demostrado un estudio de factibilidad que respaldara el proyecto.
