En un informe de actualización sobre el sistema bancario de Panamá, la agencia Fitch Ratings apunta a un proceso de recuperación, pero también a ciertos retos para la industria, que pasan por la normalización de la cartera de créditos modificada, es decir, de los préstamos que se acogieron a medidas de alivio durante la pandemia. Además, la agencia pronostica un moderado aumento de las tasas de interés en la segunda mitad del año.
Fitch señala que, como se preveía, los bancos están en una fase de recuperación, con ratios de rentabilidad superiores a los niveles de 2020 y 2021, años marcados por la pandemia.
No obstante, la agencia señala que las mejoras en los beneficios han ido con cierto rezago respecto al crecimiento del crédito y de la economía en general.
Esto se explica en parte por los aplazamientos de los préstamos, que según la agencia siguen representando una carga significativa.
Durante la pandemia, un gran número de clientes bancarios se acogieron a las medidas de alivio financiero, que permitieron aplazar o reducir pagos de las letras. Los créditos con esta condición se clasificaron como “cartera modificada”.
Con la reactivación económica y el fin de las medidas de alivio, bancos y clientes llegaron a acuerdos para reestructurar los préstamos, con unas condiciones más cónsonas a las nuevas realidades de los clientes.
En la medida que los clientes cumplen durante seis meses seguidos las nuevas condiciones pactadas, los créditos salen de la categoría de modificados y se consideran nuevamente normalizados.
Así, el saldo de la cartera modificada pasó de $14,706 millones en junio de 2021 a $4,714 millones a junio de este año. Se trata de una reducción importante, de 68%, pero el saldo sigue siendo considerable. Dentro de ese grupo, los préstamos se clasifican por su nivel de riesgo, siendo las categorías más riesgosas las de “modificado dudoso” y “modificado irrecuperable”, que corresponden a préstamos de clientes que aún no han hecho arreglo de pago con el banco. Al mes de junio, en estas dos categorías había $1,089 millones.
La propia Superintendencia de Bancos de Panamá recogió en el informe de actividad bancaria de junio que “la cartera clasificada en esta categoría es muy elevada y pudiese conllevar mayores niveles de provisiones”.
Mario Hernández, director asociado de Instituciones Financieras de Latinoamérica de Fitch Ratings, comentó a este diario que entre los principales retos del sistema está el proceso de normalización de la cartera modificada a través de arreglos de pago con los clientes. Si no se logran esos acuerdos, los préstamos pueden generar pérdidas, de ahí la importancia de su gestión.
El levantamiento de las medidas de alivio ha provocado también un aumento en los niveles de morosidad, según recoge la agencia en su reporte.
Fitch señala que el indicador de préstamos vencidos está en un 2.7% y espera que en el corto plazo se estabilice entre 2.5% y 3%. Hernández comentó que si bien es un nivel más alto de lo registrado históricamente, dado el contexto y comparado con otros sistemas financieros, es un nivel “razonable”.
Fitch se refiere también a la expectativa de un alza de tasas de interés, como efecto de la tendencia internacional a raíz de los ajustes implementados por la Reserva Federal de Estados Unidos a los tipos de referencia.
Al respecto, Hernández dijo que esta tendencia se va a transmitir en algún momento al sistema panameño, pero que el traslado no será al mismo nivel. “Esperamos que sean movimientos moderados”, sostuvo.
El analista se refirió en este punto al esfuerzo que efectúan los bancos por normalizar la cartera de crédito que se acogió al alivio financiero y comentó que “si se aplican aumentos de tasas muy libremente, podría tener un efecto contraproducente por el lado de calidad del crédito”.
Además, el hecho de que el fondeo de los bancos está basado principalmente en depósitos y que el sistema tenga un elevado número de jugadores, son, a juicio de Hernández, otros factores que limitan el aumento de tasas.