La administración de Enrique Lau, en la Caja de Seguro Social (CSS), consiguió todos los vistos buenos que necesitaba para poner en marcha un proyecto que implica una inversión de $28.9 millones en lo que hasta ahora ha sido un fracaso tecnológico.
El pasado 17 de mayo se publicó en la Gaceta Oficial la Resolución de Gabinete N° 46, del martes 16 de mayo de 2023, en la que se aprobó la contratación, mediante procedimiento excepcional, entre la CSS y la empresa Telecomunicaciones Digitales ( Tigo), el proyecto de modernización tecnológica integral de los Sistema de ingresos y Prestaciones Económicas (SIPE), el Sistema de Información de Salud (SIS), y del Sistema Administrativo Financiero (Safiro).
La justificación del millonario proyecto es que la entidad cuenta con tres plataformas tecnológicas que se encuentran desactualizadas y con grandes limitaciones operativas y funcionales, por lo que están intentando evitar un escenario en el que la CSS de se vea comprometida desde el punto de vista administrativo.
Tal proyecto se convierte en el de mayor envergadura en el área tecnológica en la administración de Lau, que ha programado entre 2019 y 2024 un presupuesto de $50 millones en esta área de trabajo.
Ahora están prometiendo evitar las enormes filtraciones que tienen los sistemas informáticos, con lo que se afecta la logística de compra y la distribución de medicamentos, el manejo eficiente del inventario, el uso óptimo de quirófanos y la gestión de camas para los enfermos.
Si es por los montos que se ha invertido, esto no ha sido garantía de cambios. En la última década, la CSS ha destinado $176 millones a sistemas de computación que no se utilizan de forma eficiente.
Si se concretan todos los proyectos que Lau tiene en su organigrama, la entidad habrá invertido, en poco más de una década, más de $226 millones en sistemas informáticos.
El llamado proyecto de modernización tecnológica integral que recién ha aprobado el Consejo Gabinete tenía en realidad dos años de estar dando vueltas a lo interno de la CSS.
Sin embargo, de forma sorpresiva cambió su alcance y su monto, lo que motivó que su primera versión, ya aprobada por la junta directiva de la entidad, fuera descartada para dar paso a que las reformas que proponía Lau pasaran por todo el peregrinar interno de la Caja, y así darle luz verde a la última y más costosa versión, tal como ha sucedido en mayo de este año.
La plataforma Sipe debe contar con la afiliación de los asegurados, inscripción de los empleadores; declaración y facturación de la planilla de los empleados y gestión de los ingresos, pero esto ha sido una utopía, al menos hasta ahora.
El presupuesto del proyecto de integración de los programas era de $23.2 millones y se aumentó a $28.9 millones.
Inicialmente, la junta directiva de la entidad frenó el cambio y el consecuente aumento de costos del proyecto, pero terminaron aprobando el proyecto final, dejando sin efecto una primera resolución en la que se había estructurado una inversión de $23.2 millones.
Estuvieron a favor del alza presupuestaria los representantes de los trabajadores en la directiva de la CSS: Miguel Ángel Edwards y Guillermo Puga, del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (Conato); Gregorio Guerrel, designado por la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (Conusi), y Roberto Valencia, como representante de la Federación Nacional de Servidores Públicos (Fenasep).
Manuel Pérez, en representación de los jubilados; Esmeralda Buchanan, por los gremios de salud; Victoria De La Rosa, por parte del Ministerio de Economía y Finanzas, y Fernando Méndez, en representación de los empleadores, también dieron su visto bueno.
Mientras que Camilo Valdés y Aida Michelle de Maduro, ambos del sector privado, se abstuvieron; porque en su momento no se dieron mayores justificaciones que pudieran razonablemente explicar el aumento de $5.6 millones.
Los representantes del sector privado habían estado de acuerdo con el monto y el alcance del proyecto original, que incluso se había enviado al Consejo de Gabinete para su aprobación final, pero que nunca se incluyó en la agenda.
Con cerca de un año sin respuesta, la administración de la CSS decidió retirarlo del Gabinete para que no se someta a discusión en el Ejecutivo y reformar el monto acordado previamente en la junta directiva.
El corazón del proyecto es integrar en un sólo proyecto de inversión todos los sistemas críticos: el Sipe, el Safiro y el Sis. Pero con las reformas, se agregó la compra de equipos, con lo cual se genera la diferencia total de $5.6 millones.
La CSS justifica los cambios en el hecho de que en el nuevo presupuesto se estarían incluyendo los requerimientos para nuevas instalaciones, como es el caso de Ciudad de la Salud, en Panamá; centros en Aguadulce (Coclé) y Puerto Armuelles (Chiriquí) y el Instituto de la Salud de los Trabajadores.