Granero de Chile, bajo amenaza por incendios

Granero de Chile, bajo amenaza por incendios
Fotografía de las afectaciones de los incendios en las regiones de Biobío y Ñuble (Chile), el 3 de enero de 2023. Casi 200 familias han tenido que ser evacuadas de la zona afectada. EFE


La imprudencia humana, sumada a una pésima gestión de los bosques, las altas temperaturas, el viento y los escasos medios humanos y técnicos se han combinado en el centro de Chile, donde han muerto ya 22 personas y casi 200 familias se han quedado sin hogar en los peores incendios forestales en décadas.

En los alrededores de la pequeña localidad de Santa Juana, próxima a la ciudad de Concepción, y zona cero de la tragedia, a unos 700 kilómetros al sur de la capital, la tristeza del paisaje calcinado y aún humeante se combinaba con el rostro cansado de voluntarios y brigadistas con la congoja de aquellos que en un suspiro han perdido el esfuerzo de toda una vida.

“No puedo hablar, esto es demasiado terrible. Lo he perdido todo, todo”, dijo frente a uno de los albergues una de las afectadas.

Según los últimos datos, se han quemado ya más de 45,000 hectáreas en las regiones de Biobio, Los Lagos, La Araucanía y Ñuble, un área de bosques profundos y grandes latifundios considerada el granero de Chile.

Y escenario, además, de un conflicto ancestral entre pueblos originarios, latifundistas y grandes empresas forestales dedicadas a la explotación intensiva de bosques milenarios a las que el estado vendió grandes extensiones de territorio.

Uno de los más graves se produjo por una chispa de un soldador que ya ha sido detenido por la Policía.

Expertos consultados por Efe apuntan a esta explotación forestal intensiva, combinada con una repoblación desacertada -con especies ajenas, como el eucalipto y el pino, preferido por las madereras- y una mala gestión de los bosques, que no fueron suficientemente saneados, como las causas de la tragedia.

Condiciones favorables

La fórmula 30-30-30 -es decir, 30 grados de temperatura, 30 kilómetros por hora de viento y una humedad menor al 30 % favoreció que el fuego se haya propagado rápidamente, como ya ocurrió en las mismas zonas en 2017.

Pero más allá de condiciones climáticas desfavorables, desde hace años los expertos advierten que la tala de la vegetación originaria y la reforestación con pino radiata y eucalipto, de un crecimiento más rápido y pirófitas -amantes del fuego- ha multiplicado los factores de riesgo.

“La especie en sí no es más combustible que otras. El problema no es su presencia sino donde está presente y en que densidad”, señala Miguel Castillo, experto en incendios del departamento de Gestión Forestal y Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Forestales en la Universidad de Chile.

“Ciertamente es un problema, pero compartido con otros factores como la gestión espacial y silvícola”, agrega.

Según Castillo, son cuatro los factores que han disparado la tragedia: “la humedad de la vegetación, la pendiente, el viento y el modelo de combustible, superando la capacidad de respuesta”.

“Una cosa es atender los incendios cuando estos se inician, y lo otro es tratar de contenerlos cuando se han desarrollado y la expansión es muy violenta cuando tienes estos factores meteorológicos y topográficos”, subraya.

“Uno de los problemas ahora es la multiocurriencia, contener varios incendios graves al mismo tiempo y de rápida expansión porque superan la capacidad física. Y la accesibilidad, porque hay muchos incendios en zonas de difícil acceso que necesitan de ataque aéreo. Pero es una labor mucho más cara, la hora de vuelo es mucho más cara en comparación con los costos operacionales por tierra”, señala.

Entre los fallecidos hasta la fecha hay dos bomberos voluntarios, que como en el resto del país no son profesionales, y los dos tripulantes de un helicóptero, entre ellos el piloto, un ciudadano boliviano con gran experiencia.

Dos meses atrás, otro piloto, de nacionalidad española y gran experiencia, perdió igualmente la vida durante otra extinción.

En este contexto, el presidente de la República, Gabriel Boric, que ha interrumpido sus vacaciones ante la gravedad de la situación, ha solicitado ayuda internacional para frenar una tragedia que ha causado miles de evacuados y damnificados, y pérdidas millonarias.

“Estamos gestionando apoyo de distintos países para enfrentar emergencia. ¡No los dejaremos solos!”, añadió el mandatario, que el viernes suspendió sus vacaciones en la Patagonia chilena para visitar las zonas afectadas por el fuego y coordinar la respuesta a la emergencia desde Santiago.


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