En distintos pronunciamientos que se sucedieron en el día de ayer, varios gremios empresariales del país alzaron la voz para exigir su incorporación a la mesa única del diálogo en la que Gobierno y grupos que lideran las protestas negocian una serie de medidas para controlar el costo de la vida.
En la mañana, en la sede del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP) se citó un amplio número de representantes de gremios productores, además de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura y el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep).
Luis Frauca, presidente del SIP, dijo que habían solicitado a la Arquidiócesis de Panamá, en calidad de facilitadores, que incluyan al sector productivo en la negociación.
En la tarde, la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, en una rueda de prensa de su presidenta, Elisa Suárez, también exigió formar parte de la mesa de negociación. “No se puede aceptar una mesa donde no estén todos los sectores representados, ya que las decisiones que allí se tomen nos afectan sin distinción”, dijo el gremio.
En ambas comparecencias se pidió el levantamiento de cierres de calles, así como acciones claras por parte del Gobierno para combatir la corrupción.
“Un elemento esencial de cualquier diálogo es la tranquilidad y la paz, pero aquí se está haciendo con mecanismos de presión con los cierres de calles”, dijo Rubén Castillo, presidente del Conep, que participó en ambos encuentros.
Los gremios llamaron la atención sobre el giro ideológico que tomó el diálogo, más allá de los ocho temas de discusión consensuados.
Frauca dijo que “la discusión en la mesa del jueves 21 de julio de 2022 no produjo un resultado consensuado para iniciar una discusión técnica, sino que giró en torno al modelo económico de nuestro país, lo que no solo no es objeto de discusión, sino que atenta contra todos los panameños”.
Añadió que “la ideología y el sistema económico que están intentando introducir los diversos grupos que protestan no es un experimento”, sino que se ha probado “que anula la capacidad productiva de un país, rompe el sistema constitucional y lleva a la pobreza, en los países donde erróneamente se ha implementado mintiéndole al pueblo”, dijo en referencia a modelos populistas de izquierda que existen en otros países de la región.
Castillo puntualizó que “si el tema es imponer utopías regresivas, hablar de cambios de modelo para dar un salto al vacío con modelos que han fracasado, entonces tenemos muchas cosas que decir, pero no es el momento. Es el momento de resolver esta crisis”, y advirtió de que “la empresa privada no puede quedarse impávida ni vamos a dejar pasar el cadáver de la democracia en Panamá. Eso es algo imposible. Tomaremos las medidas necesarias dentro de la prudencia y los contornos democráticos, como no lo hacen otros sectores, para hacer valer nuestra voz”.