Como parte de las acciones para combatir la pesca ilegal, la Guardia Costera de Estados Unidos (EU) culminó su primera operación de abordaje e inspección en alta mar a las embarcaciones pesqueras bajo la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (SPRFMO), de la cual Panamá es miembro.
Durante la operación que se extendió por 10 días, la tripulación de la embarcación James de la Guardia Costera de EU patrulló la zona de alta mar en la zona del Santuario Marino Galápagos.
Esta zona es explotada por pescadores ilegales para mantenerse fuera del alcance de las instituciones de seguridad y de la ley de los países, informó un ayer un portavoz de la embajada de Estados Unidos en Panamá.
Indicó que las acciones de la Guardia Costera garantizaron la aplicación de la ley en una flota de más de 400 barcos pesqueros que operaban en alta mar y barcos de transbordo. Bajo la convención de SPRFMO, los 16 países signatarios, que incluyen a Panamá, acordaron que EU puede abordar, inspeccionar y reportar cualquier posible violación en embarcaciones con bandera de los países miembros.
Las autoridades panameñas cooperaron con esta operación, a través de un constante intercambio de información con la Guardia Costera, se informó.
“La presencia de la embarcación James en alta mar al sur de las islas Galápagos ofreció una presencia efectiva en una región de difícil acceso, y la oportunidad de detectar y disuadir las operaciones de pesca ilegal, no declarada y no regulada en nombre de todos los países signatarios de la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur”, dijo el capitán de la Guardia Costera Jim O’Mara. Añadió que, “en el futuro, nos basaremos en el éxito de esta operación y seguiremos ampliando la cooperación con todos nuestros socios”.
La mayor parte de la pesca ilegal en el Pacífico oriental se realiza en operaciones de gran escala que utilizan barcos de pesca que se mantienen en alta mar, apoyados por barcos de transbordo, que les proveen insumos y llevan la pesca ilegal a los mercados en las costas.
Estas operaciones irregulares incluyen otras violaciones a la ley, como trabajo forzado, tráfico de personas, abuso de los derechos humanos, y contaminación marina, además de tener un fuerte impacto ambiental en santuarios marinos. De manera que combatir la pesca ilegal protege la estabilidad económica de los países costeros, la subsistencia de pescadores de pequeña escala y artesanales, y los recursos marinos que alimentan a las poblaciones y las economías.
Además de la coordinación con las autoridades estadounidenses, Panamá también monitorea las embarcaciones del registro panameño para combatir la pesca ilegal, una de las prácticas que llevó a la Unión Europea a imponer a Panamá una tarjeta amarilla. La organización debe hacer una siguiente inspección a Panamá el próximo año para verificar si ha hecho las correcciones para combatir la pesca ilegal.