Los indicadores de desempeño económico empiezan a reflejar una moderación al compararse con el ejercicio anterior. En el mes de abril, el índice mensual de actividad económica (Imae) registró un aumento del 6.2% respecto al mismo mes de 2021, informó la Contraloría General de la República.
Se trata del nivel de crecimiento más bajo en el último año, en el que se llegaron a registrar crecimientos del 41.8% (mayo de 2021) y 33.2% (junio de 2021).
Esas tasas tan altas de crecimiento resultaban de la comparación de los primeros meses de la pandemia en 2020, con unos meses en 2021 con mayores niveles de libertad para ejercer la actividad económica.
Algo similar sucede al comparar el primer trimestre de este año con el mismo periodo de 2021. En las primeras semanas del año pasado el Gobierno aplicó nuevamente el confinamiento para controlar la segunda ola de contagios, provocando un choque en la economía, y eso explica en parte que por ejemplo en enero de 2022 el Imae reflejara un crecimiento del 12.3%.
El economista Luis Alberto Morán comentó a este diario que “el registro del 6.2% refleja la convergencia que está empezando a seguir la economía para volver a sus ritmos reales”, tras pasar el periodo de rebote. Es el resultado de empezar a comparar periodos con un menor efecto de la imposición o levantamiento de restricciones, como ha venido sucediendo hasta ahora.
En términos prácticos, Morán apunta que “la economía está aterrizando a niveles previos a la pandemia”.
En el conjunto del cuatrimestre, el Imae refleja un crecimiento del 11.2% respecto al mismo periodo del año anterior.
El informe de la Contraloría General de la República señala que la actividad comercial registró un desempeño positivo, reflejado tanto en el comercio al por mayor como al detal.
De igual forma tuvieron un desempeño interanual positivo la construcción, por la ejecución de obras públicas y privadas; los servicios de transporte, almacenamiento y comunicaciones, influenciado por las telecomunicaciones, el transporte aéreo y el movimiento comercial de la Zona Libre de Colón; así como la categoría de electricidad y agua; la producción industrial; y la intermediación financiera.
Algunos de estos sectores crecen en la variación interanual, pero no todos han recuperado el nivel de producción previo a la pandemia. Así lo reflejó la Contraloría en el reporte del producto interno bruto (PIB) trimestral, publicado el pasado 16 de junio.
Las dos actividades más rezagadas respecto al nivel de 2019 son la construcción y los hoteles y restaurantes, lo que explica la debilidad que aún refleja el mercado laboral, mientras que otras como minería, comercio y los sectores ligados a la logística sobrepasaron el nivel previo a la pandemia.
Las proyecciones de crecimiento de la economía para el conjunto del año apuntan un crecimiento de alrededor del 6.5%, con lo que el tamaño de la economía en un año completo superaría el registro de 2019, el último antes de la pandemia.
Tanto Morán como Olmedo Estrada, expresidente del Colegio de Economistas, destacaron que las expectativas de crecimiento para el país son superiores al resto de la región. Morán subraya, no obstante, que el país debe estar preparado para una eventual desaceleración global y que una forma para hacerlo es fomentar la inversión en infraestructuras que atienda necesidades de la población en materia de salud, agua y carreteras, generando a su vez dinamismo entre las pequeñas y medianas empresas.
Entre los riesgos que pueden mermar el ritmo de crecimiento está el aumento de los precios, que presiona los bolsillos de las empresas y los ciudadanos.
Estrada señala que por el momento los números de crecimiento económico son positivos, pero vaticina que los precios pueden seguir subiendo, lo que afectaría el ritmo de crecimiento por una disminución en el consumo de las familias.