La informalidad sigue siendo el talón de Aquiles del mercado laboral panameño, que si bien se ha recuperado lentamente tras la estrepitosa caída que experimentó el empleo en el 2020, en medio de la pandemia, lo ha hecho aumentando las plazas en los campos informales.
La última medición del mercado laboral que realizó el Instituto de Estadística y Censo, que corresponde a agosto de 2023, da cuenta de 765,171 personas que trabajan en la informalidad, es decir, 47.4% de todos los trabajadores en sectores no agrícolas. Si contamos a la mayoría de los trabajadores del sector agrícola, sin duda la cifra se dispararía.
Peor aún contabilizando la informalidad solo en el sector no agrícola por el INEC, el porcentaje es preocupante. Esto se traduce, según el último Análisis del Centro Nacional de Competitividad (CNC) en que 5 de cada 10 empleados en Panamá es informal o tiene un trabajo con algún grado de precariedad.
En cuanto al año pasado, los informales fueron 437,922. Un año después, la cifra creció 3.7%, es decir, 27,249 personas más están trabajando informalmente este año.
La informalidad significa que la persona no cuenta con contrato de trabajo y/o no está inscrita en el Seguro Social por parte del empleador, por ende se considera que está en condiciones de vulnerabilidad mayor para exigir el respeto a sus derechos laborales, el pago de sus prestaciones y otros derechos contenidos tanto en el marco legal laboral como en la protección el Seguro Social.
Cabe aclarar que en Panamá se identifica a los trabajadores informales que incluyen a los empleados de la empresa privada sin contrato de trabajo, trabajadores independientes que no estén inscritos en el Seguro Social, patronos cuyas empresas cuenten con menos de cinco empleados, personas que prestan servicio doméstico y trabajadores familiares.
La tendencia de la informalidad se ha mantenido por encima del 45% en los últimos cinco años de acuerdo al análisis del CNC, lo que “deja en evidencia que es un problema que persiste y se ha venido agravando tanto laboral como empresarial”.
Puesto sobre el tapete el problema reiterativo de la informalidad que se agrava año con año, la gran incógnita es: ¿cómo vencerla? El CNC exploró las posibles respuestas en el estudio “Impulsando la transición a la formalidad”, que publicaron recientemente tras la revelación por parte del INEC de los últimos resultados de las cifras de desempleo e informalidad que datan de agosto de este año.
El del CNC concluye que se necesita un importante impulso político para ampliar la productividad y oferta de mano de obra, aumentar la inversión y el comercio y explotar el potencial del sector de servicios.
Por otro lado, instan a ver la economía como un proceso complejo y de largo plazo, que requiere una combinación de fórmulas, desde la promoción hasta la formalización, pasando por otras medidas más generales como impulsar la economía en su conjunto, eliminar la burocracia procesal, prestar atención al Estado de Derecho y aumentar la productividad.
Es así como, bajo el prima de la integralidad y la adaptación de las soluciones a la realidad de cada país, el estudio propone concretamente soluciones que se dividen en los siguientes bloques:
1. La promoción de estrategias de desarrollo sostenible, erradicación de la pobreza y crecimiento inclusivo, como herramienta para impulsar o propiciar la formalización.
2. El fomento de un entorno empresarial y de inversión propicio.
3. El acceso a la educación, el aprendizaje a lo largo de la vida y el desarrollo de las competencias laborales.
4. El establecimiento de un marco legislativo y normativo apropiado; así como simplificar la normativa fiscal para reducir el costo de operar formalmente y aumentar el costo de operar informalmente.
5. El fortalecimiento de la aplicación de las normas laborales y la eliminación de los desincentivos al empleo formal.
6. Medición de parámetros.
7. Implementación de un Plan Integral