Los persistentes niveles de desempleo en Costa Rica asociados a otros factores internos afecta el crecimiento económico del país, por lo que se deben repensar las medidas de reactivación, reveló un estudio del Observatorio Económico y Social (OES) de la Universidad Nacional (UNA).
La investigación del OES llamada “análisis de la situación del empleo en Costa Rica, 2022″, indica que aún no se recuperan 37,474 puestos de trabajo perdidos durante la pandemia de la covid-19, mientras que de la gente que salió del mercado de trabajo, 59,867 personas aún no se reincorporan.
El economista de la UNA, Greivin Salazar, explicó en conferencia de prensa que las presiones sobre el mercado laboral, a diferencia del inicio de la crisis sanitaria, son más de carácter interno.
“Se debe repensar el patrón de crecimiento económico y tomar medidas de reactivación generales y otras más particulares, que estén más focalizadas en las necesidades para atenuar las brechas territoriales”, manifestó Salazar.
El desempleo está estancado en 11.8% (según datos del trimestre entre mayo y julio de 2022) y las personas desempleadas han tenido más problemas para encontrar trabajo, ya que los desempleados de mediano plazo y largo plazo han venido creciendo en 2022.
El perfil de la mayoría de las personas desempleadas sigue siendo mayoritariamente personas jóvenes, de 15 a 34 años, con estudios de secundaria como máximo (completa e incompleta) y de desempleados de corto y mediano plazo, según la investigación.
El desempleo continúa siendo un problema que afecta más a las mujeres, pues mientras el desempleo masculino se ubica en el 9.7%, en el caso de las mujeres alcanza el 15%.
Según el economista, Fernando Rodríguez, a fin de atender los problemas que el país sigue enfrentando por temas de desempleo, el país debe “impulsar medidas de reactivación focalizadas, que ayuden a disminuir el desempleo en todo el país, enfocadas en jóvenes, personas sin formación profesional y mujeres”.
Para los expertos, es urgente incrementar el nivel de escolaridad de la población para facilitar su transición desde la economía tradicional, hacia la nueva economía y un mercado demandante de nuevas tecnologías.
Además, es necesario facilitar la inserción laboral de las mujeres con un enfoque en reconocer, redistribuir y reorganizar las labores de cuido, ya que las obligaciones familiares son la principal limitante de ellas, así como impulsar fuentes de empleo con enfoque de género y valorar el esquema de jornada con 4 días de trabajo y 3 de descanso.