El flujo de inversión extranjera directa (IED) se recuperó en el primer trimestre del año, en medio de una mejora generalizada de la actividad, tras un parón provocado por la pandemia del nuevo coronavirus.
El resultado, no obstante, no es suficiente para regresar a los niveles de IED previos a la pandemia.
Entre enero y marzo, el flujo de inversión al país fue de $716.1 millones, cifra que representa un aumento de 203.3% cuando se compara con los $236.1 millones del mismo periodo del año anterior.
Roger Durán, analista económico del Centro Nacional de Competitividad, señaló que para el primer trimestre de 2021 la situación económica mundial todavía estaba marcada por la crisis de la covid-19, afectando la confianza del inversionista, lo que se traducía en poco dinamismo de la IED a nivel mundial. En consecuencia, “un efecto rebote en la IED era de esperarse”, sostuvo.
Pese al repunte, las cifras se quedan cortas cuando se comparan con los primeros trimestres de 2019 y 2020, cuando el flujo de IED fue de $1,128 millones y $1,028, respectivamente.
Durán explicó que en esos periodos todavía no había impactado directamente la pandemia a la IED en Panamá, efecto que sí se vio reflejado a partir del segundo trimestre de 2020.
Consultado sobre los principales desafíos del país para atraer más IED, el economista se refirió a tener mano de obra calificada, la calidad de la educación, aumento de la productividad, estabilidad jurídica, fortalecer el marco legal asociado a la transparencia, ética y corrupción, reducción de la burocracia y diversificar la matriz productiva.
Varios economistas y gremios empresariales han advertido en las últimas semanas de que las protestas de julio y las medidas tomadas por el Gobierno en virtud de los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo, que se basan en una mayor intervención del Estado en la economía, pueden afectar el clima de inversión.
El economista Luis Alberto Morán dijo al respecto que hay clasificaciones que valoran el clima de negocios –como el Índice de Libertad Económica de Heritage Foundation–, en los que el país podría perder posiciones, lo que se traduciría en un menor interés y atractivo para los inversionistas.