La gestión de Gobierno y el gasto público tienen que ser mucho más eficientes para preparar al país ante una eventual desaceleración o incluso recesión de la economía internacional.
En una entrevista con este diario, el presidente electo de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), Temístocles Rosas, señala que hay fenómenos internacionales que no se pueden controlar desde Panamá, como el precio del combustible, la inflación o las tasas de interés, pero que en una situación como esta adquiere importancia la eficiencia en el gasto público.
“Para generar empleo y para poder mantener niveles de crecimiento, el Estado tiene que impulsar con mayor acción las inversiones públicas, los proyectos que se tienen en ese gran banco que mucho se ha demorado”.
Se refirió expresamente a la demora en la ejecución de la línea 3 del Metro de Panamá. Aunque reconoce el efecto que tuvo la pandemia en el proyecto, también hizo mención a los cambios en el diseño original de la obra.
Otros grandes proyectos que habían sido licitados y adjudicados, como el cuarto puente sobre el Canal y el llamado corredor de las playas, fueron detenidos y sus alcances modificados.
Rosas fue elegido presidente de Apede para el periodo 2022-2023 el pasado 23 de junio y asumirá el cargo a partir del 1 de agosto.
Es licenciado en finanzas, contabilidad y administración bancaria y se ha desempeñado en distintos cargos en el sector público, por ejemplo, como vicepresidente de Administración y Finanzas de Tocumen, S.A, y en el sector privado, como socio fundador de la firma Consulting Plus.
Tomará las riendas del gremio en un momento en que la economía y el tejido empresarial tratan de recuperarse de la crisis ocasionada por las restricciones impuestas en la pandemia, mientras crece el descontento social.
En este sentido, dice que ve “con preocupación la eclosión social que puede darse dentro del país a raíz del aumento de los costos de los combustibles y los alimentos”.
La economía panameña creció un 15.3% en 2021, recuperando parte del terreno perdido tras una contracción de 17.9% en 2020. Y en el primer trimestre de 2022, el crecimiento fue de 13.6%.
Rosas apunta que hay sectores que crecen, como la minería y la logística, pero “tenemos rezagados a los que generan más mano de obra, como la construcción y el turismo”.
Aunque la tasa de desempleo se ha reducido desde el pico alcanzado en 2020, Rosas señala que “no podemos pasar por alto el elevado nivel de informalidad que tenemos”, que tiene una incidencia de 48.2%.
Para apuntalar la recuperación, “el sector privado espera condiciones que nos permitan hacer los negocios de manera más rápida y eficiente”, para lo que son necesarias medidas hacia la desburocratización de procesos y que esto repercuta en la inversión.
Finanzas públicas
La gestión de la pandemia tuvo un fuerte impacto en las finanzas públicas, que se reflejó en el deterioro de indicadores como el déficit fiscal y la relación entre la deuda y el producto interno bruto (PIB).
Rosas señaló que el gasto público debió ser más eficiente y dijo no estar de acuerdo con el aumento de planilla estatal, porque “trae más burocracia e ineficiencia a la gestión del Estado”.
Señaló que durante la pandemia hubo espacio para el endeudamiento público, con condiciones de acceso al crédito a un precio relativamente bajo. Sin embargo, cuestionó el uso de los fondos. “Ese dinero que se recibió de los préstamos tenía que ser inyectado en la economía, no utilizado en gasto corriente”, señaló.
Abogó, por tanto, por retomar el ahorro corriente, algo que “solo se hace reduciendo el monto y el tamaño del Estado”.
Un componente del gasto público que se disparó con la pandemia son los subsidios, debido a los programas para asistir a las familias afectadas por la crisis.
En ese sentido, Rosas opina que “los subsidios que fueron otorgados en época de pandemia tienen que tener una fecha de conclusión. No podemos dejar esos subsidios de manera permanente”. Además, defiende que el resto de subsidios “tienen que enfocarse en la mejora de las condiciones sociales de los panameños”.
Crisis del IVM
Uno de los grandes riesgos para las finanzas públicas y para la economía en general es la crisis del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS), del que se alimentan las pensiones y que ya está en déficit, con el riesgo de que las reservas se agoten.
Sobre este aspecto, Rosas dijo que “sería muy lamentable que en este periodo presidencial no se aborde el tema de la CSS y se busque una solución a la problemática del IVM... La acción que se tiene que tomar es inminente”.
Dijo que el hecho de haber creado un diálogo es positivo, pero cuestionó que no haya habido el nivel suficiente de concienciación para toda la sociedad panameña sobre la problemática de la CSS.
Si no se toman soluciones, “el Gobierno que entre en 2024 tendrá que sacar fondos y quitar presupuesto de inversión para cubrir las jubilaciones”, vaticinó.
Listas
Otro riesgo para el desempeño económico del país es la permanencia en las listas sancionatorias sobre blanqueo de capitales y falta de cooperación en materia fiscal. Panamá lleva más de tres años en la lista gris del Grupo de Acción Financiera (GAFI).
En este sentido, Rosas dijo que “Panamá jugó una estrategia de querer crear las leyes y no implementarlas”. Por ejemplo, cuestionó la demora en la implementación del registro de beneficiarios finales, que se lanzó en una primera fase más de dos años después de haberse aprobado por ley.
“Yo creo que el país tiene que cumplir con la normativa para ser un centro financiero y de inversiones... Como país, no nos beneficia estar en listas. Por el contrario, lo que necesitamos es tener un país que cumpla con la normativa y que pueda garantizar que las actividades de blanqueo de capitales y financiamiento del terrorismo en Panamá no tienen cabida”.
Entre los principales retos que ve para la economía, Rosas destacó el desempleo. “Tenemos que aumentar la masa de trabajadores con empleo formal y permanente”. Se refirió además a la necesidad de mejorar los niveles de inversión pública y privada para dinamizar la economía, y de potenciar los sectores de ventaja competitiva que tiene el país para que estos sean los propulsores de la actividad.