Cuando tomamos la sabia decisión de apoyarnos en un presupuesto para manejar nuestras finanzas personales por la ruta de la seguridad y la tranquilidad, uno de los renglones básicos que debe componerlo es el fondo de emergencia.
Primero, comencemos por una definición clara y sencilla sobre lo que significa este componente del presupuesto. Un fondo de emergencia es un ahorro que apartas para cubrir las necesidades de dinero que surgen de imprevisto, esas cosas inesperadas que pueden llegar a ser muy costosas. No debe considerarse ni confundirse con un ahorro para gastos previsibles, ni calcularse como parte de un plan de ahorros a largo plazo para algún proyecto o sueño. En realidad, este fondo actúa como una red de seguridad a la que solamente se debe recurrir cuando se produce una emergencia, como bien se define.
Por la importancia vital que tiene de garantizarnos ese respaldo para cubrir los imprevistos que afrontamos invariablemente a lo largo de nuestra vida, te recomendamos que, si no tienes un fondo de emergencia considerado en tu presupuesto general, es el momento de empezar a crearlo. Es bueno aclarar que tenerlo no evitará posibles gastos extraordinarios, pero te ayudará a evitar crisis financieras que dañen de manera irreversible tu gestión patrimonial a largo plazo.
¿Cómo lo hago y cuánto necesito guardar?
El monto que necesitas guardar en tu fondo de ahorros para emergencia dependerá de tu situación. Trata de recordar los tipos más comunes de gastos inesperados que hayas tenido y sus montos. Esto puede ayudarte a establecer una meta de cuánto quieres guardar.
Existen diferentes estrategias para comenzar a ahorrar para tu fondo de emergencia. Estas incluyen que tengas habilidades para ahorrar o que tus ingresos tiendan a fluctuar. Si reconoces que tienes pocas habilidades para el ahorro, estas podrían ser las formas más fáciles de empezar:
Existen diferentes teorías sobre cuánto dinero se debe tener reservado en el fondo de emergencia, y aunque no existe un único criterio, se recomienda mantener un ahorro capaz de sufragar entre tres y seis meses de gastos corrientes.
Es importante que te mentalices de que el dinero que forme parte del fondo de emergencia debes utilizarlo únicamente para pagar gastos imprevistos que se escapen de tu control, como daños mecánicos, una reparación en la casa, sufrir un despido o una enfermedad, son algunos ejemplos.
Recuerda que, tener tu fondo de emergencia te brinda tranquilidad al tener liquidez inmediata en caso de alguna crisis, de manera que siempre consérvalo completo y listo por si lo llegaras a necesitarlo.
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