Durante el Foro de Descarbonización Marítima y Combustibles Alternativos, desarrollado por la Cámara Marítima de Panamá (CMP), el pasado jueves 24 de octubre, se trataron temas sobre la transición hacia la descarbonización en el sector marítimo, enfocándose en los retos que enfrenta la industria.
Uno de los retos que se mencionó fue la competencia que las diversas industrias están enfrentando por las nuevas fuentes de energía.
Camilo Angulo Ferrando, director de Trading Américas de Monjasa, explicó que mientras el barril de petróleo se ha subdividido de manera natural en productos finales para diferentes sectores, como el jet fuel para la aviación o el diésel para el transporte terrestre, las materias primas para las nuevas energías alternativas no se dividen tan fácilmente.
“La industria marítima, que históricamente ha pagado menos por el combustible que otras industrias, se enfrenta a un cambio significativo en esta dinámica”, señaló Angulo.
Destacó que, a diferencia de la industria terrestre y aérea, que han desarrollado moléculas como el diésel renovable o el combustible de aviación sostenible (SAF) que no requieren cambios en la infraestructura de los motores, la industria marítima enfrenta un reto mayor con combustibles como el gas natural licuado (GNL), metanol y amoníaco, que sí requieren modificaciones sustanciales en la infraestructura de los barcos.
En cuanto a soluciones a corto plazo, Angulo mencionó que los combustibles de transición, como el biodiesel (FAME) y el diésel renovable (HVO), que permiten reducir emisiones sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura.
Sin embargo, también indicó que la adopción de estos combustibles implica un costo adicional, lo que ha llevado a que muchas empresas utilicen mezclas con combustibles tradicionales para mantener los costos bajo control.
Otro de los retos destacados fue la falta de regulación en la materia.
Aunque la Unión Europea ha sido pionera en imponer regulaciones sobre la descarbonización, todavía hay muchas áreas del mundo que carecen de normativas claras, lo que genera incertidumbre en la industria.
“El enfoque voluntario requiere mucho capital y, hasta que no haya una regulación firme, es poco probable que veamos cambios significativos en la industria marítima, a menos que sean impulsados por grandes compañías con bolsillos profundos”, aseguró Angulo.
Según su percepción, en un futuro existirán plataformas multicombustibles que integrará diversas opciones, como biocombustibles, metanol, GNL, amoníaco e incluso hidrógeno.
Sin embargo, subrayó que este futuro dependerá de una inversión significativa en infraestructura y una mayor claridad en la regulación global.
“Este proceso conllevará una inflación, ya que todos los actores de la cadena de suministro, incluidos los consumidores, tendrán que asumir parte del costo”, concluyó.
Panamá ya está desarrollando proyectos de estudio de factibilidad para identificar áreas de oportunidad en el campo de los combustibles alternativos, como el hidrógeno verde (H2v).
En el año 2022, el Gobierno Nacional aprobó la hoja de ruta de hidrógeno verde para el país, que entre sus procesos, facilitaba el uso de hidrógeno verde y sus derivados con especial foco en el transporte marítimo y aéreo, con miras a que Panamá se posicionara como la ruta global de este energético.