En medio de una ola de protestas por el alto costo de la vida, la corrupción y el mal manejo de los fondos públicos, se conoció el dato del índice de precios al consumidor (IPC) al mes de junio, que refleja un aumento de 5.2% al compararse con el mismo mes del año pasado.
Se acentúa así la tendencia de alza de precios, superando el nivel de 5%. En mayo, la inflación había sido de 4.2% y apenas a inicios de año, en enero, estaba en 2.6%.
En 2020, en plena pandemia, el IPC llegó a marcar valores negativos, con la mayor caída registrada en mayo de ese año (-2.5%).
Desde entonces la tendencia ha sido creciente, y los aumentos se han acentuado en lo que va de año.
En los últimos meses la inflación se ha elevado por el encarecimiento del petróleo en los mercados internacionales, a raíz de la invasión rusa a Ucrania, elevando el precio del combustible localmente y añadiendo presión a otros factores que ya existían, como el precio de los materiales y las materias primas, así como el costo de los fletes de transporte.
Luis Frauca, presidente del Sindicato de Industriales de Panamá, dijo ayer sábado a este diario que estos factores siguen presionando los precios.
El empresario dijo que la inflación propia del sector industrial es mayor que el IPC, lo que significa que se está reduciendo el margen de las empresas, en niveles que calculó entre un 6% y un 8%.
El último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec) refleja que los principales aumentos en el último año se dieron en el grupo de transporte, con un 20.4%, donde se incluye el precio del combustible; restaurantes y hoteles, con un 4.4%; alimentos y bebidas no alcohólicas, con 4.2%; educación, con 2.5%, y vivienda, agua, electricidad y gas, con una variación más moderada de 1.8%.
Son todas actividades que están en el día a día del ciudadano, muchas ligadas a necesidades básicas, que han ido subiendo de precio, mientras el ingreso no se ha repuesto en la misma medida tras el fuerte impacto sufrido por las restricciones impuestas en la pandemia.
El resultado es una limitación del poder adquisitivo de la población, que ha contrastado con la falta de control del gasto por parte de las instituciones del Estado, elevando el malestar popular.
En un intento fallido por contener las protestas, el Gobierno aprobó el congelamiento del precio del combustible para vehículos particulares en $3.95 el galón e incorporó diez productos a la lista de aquellos que se rigen bajo el control del precios.
Paradójicamente, unas protestas que reclaman bajar los precios de combustible y alimentos para facilitar su acceso, está provocando el desabastecimiento de estos y otros productos a lo largo de la geografía nacional.
Yoris Morales, presidente de la Asociación de Comerciantes de Merca Panamá, comentó que ayer sábado de madrugada recibieron pequeños suministros de plátano procedente de Darién, así como yuca y ñame.
El comerciante califica este hecho como “pequeñas luces en la oscuridad”, porque algunas personas han podido llegar con productos.
Sin embargo, desde el pasado martes, no han recibido en el principal mercado de abastos de la capital ningún cargamento de plátano de Chiriquí y Bocas del Toro; tampoco lechuga, apio, brócoli, coliflor, papa, zanahoria, remolacha, tomate, tomate perita, pimentones o pepino, productos de consumo masivo por parte de la población, relató el comerciante.
No se han recibido tampoco mazorcas de maíz, fresas, papaya ni maracuya, mientras que el inventario de guineo se está agotando. “De no darse rápidamente un abastecimiento, también tendremos problemas [con este producto]”, sostuvo.
Según Morales, queda cierto suministro de melón y sandía, que llega de provincias centrales, y de piña, que procede de La Chorrera.
La situación de desabastecimiento se deja notar en los supermercados, donde se ven anaqueles sin productos.
Los comerciantes están pendientes de la eventual apertura de las vías, pero también preocupa en qué estado llegará la mercancía. Ayer, ante la imposibilidad de llevar los alimentos a otras provincias, productores de Tierras Altas, Chiriquí, donaron legumbres en la ciudad de David.
Morales añadió que esta crisis no solo afecta a la producción actual; también pone en riesgo, en algunos casos, la siembra para futuras cosechas, ya que muchos productores utilizan los ingresos de las ventas en Merca Panamá para hacer la siguiente siembra. “En la medida que ese flujo de caja se aguanta, se para toda la cosecha futura”, planteó.
La menor producción y el desabastecimiento ponen presión igualmente a los precios de los productos, comenta Frauca. Si la demanda de un producto sube y su oferta disminuye, eso tiene un efecto al alza en su precio.
El empresario señala que una vez que se reabran las vías, tomará varios días recomponer la cadena de suministro. Para poder suplir nuevamente el mercado, la industria tendrá que trabajar sobretiempo y a mayor capacidad para abastecer el mercado, lo que genera costos adicionales.
Estos factores pondrán presión sobre los precios hacia adelante, mientras que el congelamiento del precio del combustible, fijado por el momento en $3.95 el galón, será un mitigante que podrá contener la inflación en los próximos meses.