La teoría general de sistemas fue concebida por Ludwig von Bertalanffy en la década de 1940 con el fin de proporcionar un marco teórico y práctico a las ciencias naturales y sociales. Su proyección al mundo de la gerencia ha sido una excelente forma de comprender la actividad empresarial.
Aunque la teoría de sistemas cuenta con un profundo andamiaje teórico, lo cierto es que constituye un enfoque fundamental para comprender la realidad de las empresas y su relación con el entorno.
La teoría de sistemas plantea que una organización es un conjunto complejo de partes interdependientes que interactúan entre sí para adaptarse a un entorno en cambio constante, a fin de lograr objetivos precisos. Cada parte del sistema depende de las otras en el desempeño de las actividades de la organización.
Toda empresa moderna es un sistema abierto de relaciones (Cliente, trabajadores, proveedores, gobiernos, comunidad, etc.). En este sentido es un sistema abierto en el cual, lo que pasa dentro de la empresa, depende cada vez más de lo que pasa fuera de ella: entorno cultural, económico, tecnológico, mercado y consumo, poderes públicos, comunidad local, etc.
Las organizaciones proactivas tienen un eficiente pensamiento basado en la teoría de sistemas, esto les otorga la capacidad de liderar los procesos y/o adaptarse rápidamente al cambio y no esperar reaccionar a las influencias del entorno.
Los sistemas abiertos al entorno cuentan con una serie de propiedades que los hace sostenibles en el tiempo. La primera propiedad es la totalidad que se refiere a que el todo es más que la suma de sus partes. Las actividades combinadas y coordinadas de todos los componentes del sistema crean una sinergia, o energía agregada.
La segunda propiedad es objetivo, aunque un sistema haya sido concebido de manera disfuncional, siempre tiene un objetivo en común y tiende a la supervivencia, lucha por no desintegrarse.
La equifinalidad es el tercer gran componente de un sistema y se refiere a que el mismo resultado se puede obtener a partir de condiciones diferentes, así como el mismo origen puede llevar a finales diversos, porque el punto clave es la naturaleza de la organización y la interacción que se dé entre sus componentes.
La protección y crecimiento es el cuarto componente de los sistemas. En los sistemas coexiste una fuerza que hace que el sistema mantenga su estado anterior y otra que provoca cambios en el mismo, lo cual asegura a la vez la estabilidad y la adaptación a situaciones nuevas. A su vez, la entropía es un concepto fundamental de la teoría de sistemas y a través de ésta los sistemas tienden a conservar su identidad.
Por último hay que destacar la retroalimentación, los sistemas mantienen un constante intercambio de información. Sin una buena comunicación los sistemas ven afectada su dinámica y desempeño. En este sentido, la comunicación es el factor integrador para que el sistema opere con éxito.
Comprender y valorar la teoría de sistemas es una buena herramienta para la gerencia de organizaciones complejas y la toma de decisiones en la actualidad.
El autor es consultor en comunicación estratégica.