América Latina es la parte del mundo más desatendida por el Reino Unido, no sólo por sus instituciones políticas, sino también por sus empresas y medios de comunicación, que se dejan llevar habitualmente por un enfoque negativo de la región.
Ese es el diagnóstico rotundo, pero esperanzado, de Jeremy Browne, nuevo director general de Canning House, el foro de encuentro en Londres entre América Latina y el Reino Unido.
El Reino Unido tiene una predisposición global y debe tenerla. Pero la parte del mundo más desatendida en la conversación nacional, en mi opinión, es Latinoamérica.
Y no es sólo el Gobierno y el Parlamento, sino también los negocios, los medios y otras manifestaciones de la vida pública, señala.
Para este antiguo diputado liberaldemócrata y exsecretario de Estado para Europa y las Américas, resulta difícil mantener una conversación en el Reino Unido sobre la región, porque el conocimiento de base y la atención que se le presta es mucho menor que a otras partes del mundo.
Gran parte de ese problema se debe, según Browne, de 52 años, al prisma negativo que proyectan muchas veces los medios de la realidad latinoamericana, centrados en la corrupción, la violencia, y el tráfico de drogas.
Esto ofrece una visión desequilibrada de las oportunidades en América Latina. No es que no sean problemas reales, porque existen de verdad con la desigualdad de la riqueza o la tasa de asesinatos. Pero eso no es toda la película, dice.
Además de su experiencia política, Browne también ha trabajado en la City de Londres, uno de los epicentros financieros del mundo.
Y allí también pudo comprobar que los grandes inversores presumían de sus conocimientos de China y Asia, pero que su conocimiento de América Latina era mucho más superficial.
“Puede que algunos hayan estado en Brasil, pero probablemente en ningún otro sitio excepto quizá México, Santiago de Chile o algo así. Y sus negocios prestan mucha menos atención a Latinoamérica”, señala.

