La falta de un sistema transparente y confiable en el conteo de votos en las elecciones presidenciales venezolanas ha resquebrajado las relaciones diplomáticas de Venezuela con la mayoría de los países de la región.
Panamá fue el primero en tomar una decisión en firme, cuando el presidente José Raúl Mulino anunció el retiro del personal diplomático panameño de Venezuela. Con ello, puso en suspenso las relaciones diplomáticas con el país sudamericano.
Antes, tanto Panamá, como los gobiernos de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay expresaron su “profunda preocupación” por el desarrollo de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en Venezuela.
Exigieron “la revisión completa de los resultados” con la presencia de observadores electorales independientes que aseguren el respeto de la voluntad del pueblo venezolano.
Venezuela, por su lado, no tardó en reaccionar y exigió a Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay “el retiro, de manera inmediata, de sus representantes en territorio venezolano”, en rechazo a sus “injerencistas acciones y declaraciones”. Estos gobiernos pidieron un recuento de votos.
Estas medidas diplomáticas trascenderían al plano comercial y migratorio entre Venezuela y los países vecinos. Esto ha quedado en evidencia en el pasado, con medidas de retorsión aplicadas por el régimen de Nicolás Maduro.
En el año 2018, el gobierno de Maduro anunció que durante 90 días suspendería cualquier tipo de contacto con Panamá, incluyendo al sector privado, luego de que el entonces gobierno de Juan Carlos Varela anunciara una lista de ciudadanos venezolanos considerados un riesgo financiero por la posibilidad de que participaran en actividades de lavado de activos, en la que incluyó a Maduro.
En ese momento, Venezuela puso en su lista negra a 46 compañías de origen panameño o instaladas en Panamá, con vínculos o servicios en Venezuela.
Orlando Soto, presidente de la Cámara de Empresas Venezolanas de Latinoamérica, está convencido de que la postura, a futuro, del gobierno de Maduro provendrá del mismo manual.
“No tengan ninguna duda de que el gobierno del dictador Maduro va a tomar medidas similares” a las del pasado, entre las que se encontraba la solicitud de visas o la suspensión de vuelos de la local Copa Airlines.
El consultor empresarial René Quevedo también considera que pudiera haber un impacto en las operaciones comerciales de la Zona Libre de Colón (ZLC).
“Venezuela es un destino importante para la Zona Libre de Colón, y en Panamá hay registradas más de 5,000 empresas venezolanas, con una inversión que superó los $1,800 millones entre 2013 y 2023, que generan unos 40 mil empleos y están usando a nuestro país como una plataforma logística para el mercado latinoamericano y los Estados Unidos”.
Es probable que la afectación venga a través de la Zona Libre de Colón, así como el comercio bilateral, dijo el consultor.
Soto coincide con Quevedo respecto a los sectores que podrían afectarse, listando a la industria aérea, al sector logístico y las reexportaciones desde la zona franca.
Precisamente, en cuanto a las reexportaciones, entre los principales destinos de la carga despachada por la zona franca, además de la ciudad de Panamá, se encuentran Costa Rica y Venezuela.
En este contexto, el presidente Mulino definió como “frágil” la relación entre ambos países durante los últimos años, la cual se agrietó el pasado 26 de julio, a raíz de la decisión unilateral del gobierno venezolano de cerrar su espacio aéreo a vuelos de la panameña Copa Airlines, cuando uno de estos transportaba a varios expresidentes de la región, invitados por la oposición venezolana como observadores del proceso electoral.
Maduro se está embarcando en una estrategia de aislacionismo económico “suicida”, precisó Quevedo, “particularmente en estos momentos, cuando la economía venezolana no se recupera de 25 años de sistemática destrucción de su aparato productivo y exclusiva dependencia de las mermadas exportaciones petroleras”.
Venezuela ha enfrentado una crisis sin precedentes, con una contracción del 70% en su economía entre 2013 y 2019 y una reducción adicional del 30% en el 2020, de acuerdo con las estadísticas de organismos multilaterales y de los derechos humanos.
Esta profunda crisis resultó en una caída del poder adquisitivo de los hogares, aumentando la pobreza y la desigualdad a niveles alarmantes.
Aunque la economía venezolana ha frenado su caída en los últimos años, y el país ha salido de la hiperinflación, los expertos advierten que es prematuro considerar que Venezuela se ha recuperado completamente de las pérdidas sufridas en la última década.
Los supermercados, que alguna vez estuvieron vacíos debido a la escasez, ahora muestran signos de mejora, pero las cicatrices no se han curado.
En febrero pasado, Maduro anunció que la economía venezolana creció un 5% en 2023 y proyectó un aumento de al menos 8% al cierre de 2024.
Sin embargo, estas cifras son vistas como optimistas en comparación con la proyección del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que pronosticó en abril un crecimiento de más del 4% para 2024.
La Venezuela que celebró elecciones presidenciales el pasado domingo dista mucho, en materia económica, de la que acudió a las urnas en 2018 -cuando enfrentaba hiperinflación, desabastecimiento e inestabilidad cambiaria, entre otros males-, aunque todavía persisten problemas de vieja data, como los bajos salarios, la pobreza y la crisis de los servicios, dijo la agencia EFE.
El impacto de la crisis ha sido profundo en la población venezolana, con 7.7 millones de personas emigrando, en busca de mejores oportunidades.
La mayoría de los migrantes se encuentran en edad laboral, lo que refleja una significativa pérdida de capital humano para el país.
Según los datos difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Maduro ganó con el 51.2 % de los votos.
Mulino pronosticó un aumento de los migrantes venezolanos por la situación política en su país.
“Yo creo, y ojalá me equivoque, que el flujo de venezolanos va a aumentar por razones evidentes y tenemos que adoptar las decisiones que corresponda para salvaguardar su vida e integridad”, dijo el mandatario panameño.
